Acabo de terminarme el segundo libro de Andy Weir, Artemisa, y me ha encantado. Cuenta la historia de Jasmine Bashara una contrabandista en Artemisa, la primera ciudad de la luna, que se ve involucrada en una trama de ambición y avaricia, con el control de la ciudad en juego.
Jazz es el motor que impulsa toda la trama. Es inteligente, descarada, divertida, ocurrente, sarcástica y mordaz, la protagonista perfecta para un relato en primera persona. Su personalidad y picaresca hacen que su relación con cualquiera del resto del elenco de personajes sea una joya.
Uno de mis secundarios favoritos es la sutil, elegante y retorcida administradora Ngugi, aunque también me gusta mucho la relación que Jazz tiene con el introvertido Svoboda y el tira y afloja constante con Dale.
Todos los personajes tienen personalidades, motivaciones, conflictos y enemistades que los hacen parecer personas reales, y no accesorios puestos en el camino de Jazz, y una diversidad que, sorprendentemente, consigue resultar natural y orgánica.
Pero el libro no es solo sus personajes, es su historia y Artemisa ofrece una muy interesante, llena de acción desde la primera página.
El ritmo es trepidante y las páginas pasan volando, saltando de un problema al siguiente sin un segundo de descanso. Un fantástico thriller de ciencia ficción en el que todo queda justificado con una dosis de realidad. No hay imprevisto que aparezca sólo por necesidad del guion; Weir hace un esfuerzo por explicar los detalles del funcionamiento de todo en Artemisa, para que cuando un sistema de seguridad o una tubería cause un problema a Jazz, no aparezca de la nada, sino que, igual que ella, lamentes no haber sabido verlo venir.
Algo que me encanta de Andy Weir es su rigor científico, y como consigue introducir abundante detalle técnico e ingenieril sin resultar farragoso o dañar el ritmo de la novela. Incluso la compleja intriga industrial y financiera que se encuentra en el corazón de la trama, o los detalles sobre el proceso químico de fundición del aluminio, se explican de forma clara pero entretenida a través de narración, diálogos y pensamientos. Jazz siempre tiene la cantidad justa de información para que esta llegue al lector de la forma más interesante y dosificada, aunque a veces puede resultar un poco inverosímil la cantidad de cosas que sabe la hija de un soldador sin ninguna formación específica.
Durante el primer acto de la historia, el libro hace un trabajo fantástico de mostrarnos como es la vida en la luna y como de diferente es esta de la de la tierra a través de las observaciones y reacciones de Jazz. Además, hace una cosa de la que cada vez soy más partidario, que es arrojarnos directamente en el corazón de la trama, sin necesidad de emplear las primeras cien páginas en situar al protagonista donde necesita estar para que la trama se desarrolle, dejándonos entrever su trasfondo a través de pequeños flashbacks entre capítulos, en este caso mediante unas cartas que escribe de niña a su amigo por correspondencia en la tierra.
Aunque he leído otras opiniones bastante críticas con esta novela y su protagonista, siento que está novela esta escrita para gente como yo, un ingeniero apasionado por la ciencia ficción. Personalmente creo que es una gran sucesora de El Marciano, y la recomiendo encarecidamente.
Y vosotros, ¿qué opináis? Dejadme un comentario con vuestras impresiones.
PD: El audiolibro leído por Isabel Valls es una maravilla.
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