Hay a quien le gusta decir que Brandon Sanderson es el heredero de Tolkien, o de R.R. Martin… aunque no me gustan esas comparativas, en mi búsqueda de esa nueva saga que me enganche a muerte, he decidido darle un tiento a Nacidos de la Bruma, y oh, vaya si me ha gustado… tras meses de lecturas descafeinadas y libros a medias, este lo he devorado. Las últimas 100 páginas me las leí de una sentada.
El libro cuenta la historia de un mundo gobernado por un tirano, en el que
la nobleza oprime al pueblo, y un grupo de rebeldes y ladrones trama un golpe
de estado. Hasta ahí, nada nuevo. Hasta ahí.
El mundo de El Imperio Final es diferente a cualquier otra cosa que hayas leído
antes, rompiendo con estereotipos del género de la ficción, y el caso más
representativo es la magia. La alomancia, que es como se llama aquí la magia,
permite a sus usuarios hacer ciertas proezas en función del metal o aleación
que usen. Hay una mezcla de reglas estrictas y al mismo tiempo, un misterio y un
misticismo, que lo hacen de lo más fascinante. Y los secretos de la alomancia
no son los únicos misterios que el libro se guarda…
Como tantos otros libros, El Imperio Final empieza introduciendo a los personajes,
y usando una relación maestro-aprendiz para explicarnos gradualmente las reglas
de la alomancia. Luego la trama se va desarrollando poco a poco, casi perezosa:
vamos conociendo más sobre el mundo cubierto de cenizas, sobre el pasado de los personajes, sobre los misterios de la alomancia… Hay un par de cosillas que cuando las lees dices "¿y esto porqué es necesario para el plan?", pero Kelsier ya lo va adelantando: planes detrás de planes. Todo cobra sentido... a su debido tiempo.
Entonces llega el final, inesperado, como una montaña rusa. En unas 100 páginas los acontecimientos se precipitan, las sorpresas se suceden y muchas verdades salen a la luz, aunque no todas. Es como el sprint final de una carrera: te deja exhausto, emocionado, satisfecho, pero ya pensando en la siguiente parte.
Entonces llega el final, inesperado, como una montaña rusa. En unas 100 páginas los acontecimientos se precipitan, las sorpresas se suceden y muchas verdades salen a la luz, aunque no todas. Es como el sprint final de una carrera: te deja exhausto, emocionado, satisfecho, pero ya pensando en la siguiente parte.
Y mientras todo esto ocurre, al principio de cada capítulo, el primer
párrafo (a veces sólo un par de líneas), nos cuentan fragmentos de la vida
pasada del villano, antes de que se convirtiera en el tirano que ven nuestros
personajes. Dejadme que os diga que me encantan estas pequeñas píldoras de
conocimiento sobre un personaje que, por lo demás, esta sumido en misterio y
reverencia durante gran parte del libro.
Además de un mundo completamente nuevo, lleno de historias y secretos,
muchos de los cuales solo empiezan a asomar en este primer tomo, lo mejor del
libro son las peleas. No quiero entrar en detalles, porque conocer los
misterios de la alomancia de la mano de Vin es una experiencia de la que no
privaría a nadie, pero al igual que el mundo es distinto a todo lo que hayáis leído
antes, las peleas entre Nacidos de la Bruma, no se parecen a ninguna pelea
entre guerreros o magos que hayáis visto jamás.
El tercer gran punto del libro son los miembros de la banda de Kelsier y la
relación que los une. Kel, Ham, Brisa y Dox parecen personas reales, con
personalidades complejas y bien definidas, para nada encajadas dentro de un
arquetipo, y la relación entre ellos es la que podría tener cualquier grupo de
viejos amigos. En cada intercambio, uno u otro (normalmente Brisa o Ham), consigue
arrancarme una sonrisa.
Este no es uno de esos libros que son trepidantes desde la primera página, no; se
lo toma con calma porque tiene mucho que explicar, pero es una maravilla de
lectura y una delicia para la imaginación. Las peleas al abrazo de las brumas, las
conversaciones en el comedor de la guarida, y la forma en que los misterios del
mundo se desvelan ante tus ojos como la niebla se disipa al amanecer, son un
placer que hacía mucho que no encontraba en un libro.
El segundo, El Pozo de la Ascensión, llega mañana a casa y ya estoy
deseando empezarlo.
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Estoy casi totalmente de acuerdo contigo, si te atrapan las primeras hojas ya no podras soltarlo. Yo me he leido los tres primeros y de lo mejor que he leido ultimamente con permiso de Joe Abercrombie.
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