Cuando se publicaron las primeras imágenes, el diseño de los personajes y los disfraces me parecieron tan cutres, que no tenía intención de ver esta serie, pero al final he terminado por darla una oportunidad y estoy, al mismo tiempo, decepcionado y gratamente sorprendido.
Antes de nada, todo lo que sé de estos personajes es por algunos capítulos sueltos de la serie de Cartoon Network que vi de niño, así que, si vas a seguir leyendo, ten en cuenta que voy a juzgar la serie por lo que es, sin prestar demasiada atención a su fidelidad al material original y cosas del estilo.
Lo mejor de la serie es -y debo de decir que para mi sorpresa-, los cuatro personajes principales. Su aspecto queda mejor en pantalla que en cualquier foto -oficial o no- que podáis encontrar, pero sobre todo están increíblemente bien escritos, y creo que parte del éxito se debe a que son personas primero y superhéroes después.
Teagan Croft hace un papel impresionante interpretando las dos personalidades de Rachel/Raven y me alucina como el mismo vestuario, exactamente la misma ropa, puede ser lo que se pondría una adolescente, el traje de una superheroína o la indumentaria de un ser oscuro y maligno.
Gar sigue siendo el miembro cómico del grupo, pero eso no significa que todas sus líneas tengan que ser un chiste. Es un friki y reacciona a los acontecimientos de la forma que lo haría un friki que no suele relacionarse con nadie y se pasa el día con sus maquinitas.
Y Starfire es, tal y como dice Rachel, la puta ama. Si quieres introducir un personaje femenino, de color, fuerte, sexy y algo fanfarrón, esta es la forma correcta de hacerlo. Ni una sola vez, ni una, su actuación resulta forzada, como si estuviera tratando de imponer una agenda política con el personaje, y creo que se debe a que el hecho de ser una chica, o ser negra, o ser una tía dura no son la razón de ser de su personaje, ni la característica que la define, sino que son sólo algunas de las múltiples facetas que conforman una personalidad real y creíble.
Las escenas de acción están muy bien coreografiadas, con pocos cortes y esos golpes duros que te hacen sorber saliva característicos del universo DC. Incluso cuando Robin usa sus bombas de humo o la pelea es a oscuras puedes ver que está pasando, y no escatiman en el uso de los superpoderes, a diferencia de otras series que optan por la opción barata de resolver todo imágenes oscuras, puñetazos y patadas.
Los efectos especiales están muy conseguidos, especialmente los del "alter ego" de Rachel, pero al mismo tiempo me gusta que sean conscientes de sus propias limitaciones.
No tienen el presupuesto para que Starfire se pase todo el capítulo lanzando fuego, pero te dan una justificación a porqué a veces tiene que recurrir a los puños, y luego son consecuentes con esas reglas. Lo mismo ocurre con las transformaciones de Gar: no tienen el presupuesto para que se transforme en pantalla, así que buscan una justificación que tenga sentido dentro de la narrativa para que lo haga fuera de cámara. Eso es un guión bien escrito.
Los problemas vienen con la historia. Los primeros capítulos siguen una clara línea narrativa, y me encanta como introducen a los cuatro personajes de forma progresiva, para que tengamos tiempo para conocerlos a ellos y sus historias, y cuando por fin están juntos, se toma cinco minutos para establecer cuales son exactamente los poderes de cada uno, todo ello sin dejar de avanzar la trama.
Esos primeros capítulos también van tejiendo las relaciones entre los personajes de una forma natural y orgánica: la confianza o el afecto no es algo que surja de repente, sino que capítulo a capítulo, escena a escena, puedes ver como toma forma o se desmorona, y lo que es más importante, siempre puedes entender e identificarte con el porqué.
La relación entre Dick y Rachel es la primera que introduce la serie y está impecablemente escrita. Podrías ponerla en una sería sin superhéreos, sólo con un poli normal y una huérfana normal, y sugería siendo igual de humana y efectiva.
Y entonces llega la debacle. Empecé a escribir el borrador para esta reseña cuando llevaba la mitad de la temporada y creía que sería una reseña muy positiva, pero hacia la mitad y muy a mi pesar, la serie pierde totalmente el rumbo...
El problema de fondo es que la serie no sabe que historia -o más bien historias, en plural- quiere contar y cada episodio parece un ente independiente. Un capítulo sigue a los cuatro personajes principales, y en el siguiente sólo sale uno de ellos sin mención alguna al resto o la trama principal. Y no sólo cambian los personajes, el constante cambio de tono también resulta desconcertante; es como si la serie no supiera que tipo de serie quiere ser. Un capítulo es de heróicas aventuras, el siguiente es detectivesco sin una sola escena de acción y el tercero es terror psicológico con experimentos de laboratorio.
Además, constantemente se introducen personajes secundarios del universo DC. Aparecen durante un par de capítulos, hacen referencias a los grandes nombres de la franquicia y luego desaparecen, lo cual no está mal en si mismo, si no fuera porque hay capítulos enteramente dedicados a esos personajes secundarios sin que aparezcan los Titanes por ningún sitio.
Y el final... madre mía el final... parece que estas viendo una serie distinta en la que da la casualidad de que trabajan los mismos actores. No quiero decir que esté mal escrito, porque la historia que cuenta está muy bien contada, pero es una historia encapsulada de un sólo capítulo, con principio y final, que nada que ver con los otros diez episodios, nada.
Es el final más decepcionante posible, sencillamente porque no es un final. No resuelve nada. Como mucho es un penúltimo capítulo en el que dejas todo en el aire porque aún te queda el gran desenlace.
Titanes podía haber sido todo lo que no eran The Defenders o The Umbrella Academy, con personajes bien escritos, relaciones creíbles y una historia interesante, pero lo tira todo por la borda al intentar abarcar demasiado del universo DC, tanto que se olvida de qué historia estaba contando...
Comentarios
Publicar un comentario