Ahora que ha llegado el verano y tenemos más tiempo, hemos podido probar las expansiones del 7th Continent y sus nuevas maldiciones. Sin desvelar ningún misterio ni estropear ninguna sorpresa, voy a contaros qué nos ha parecido cada una. Para empezar, Icy Maze.
La maldición empieza con una pista bastante directa, en una posición relativamente conocida, y no requiere de grandes conocimientos del continente para llegar hasta tu destino. De hecho, creo que en términos de navegación, es incluso más sencilla que Voracious Goddess. Hay un par de cosillas que pueden hacerte la vida más fácil si sabes que hacer o donde buscar, pero en ningún momento tienes que dar vueltas en busca del camino correcto.
Entonces llegas al laberinto helado per-sé, y aquí el juego te sorprende con una nueva forma de explorar y moverte; no diré más. La resolución del laberinto consiste, como todos los enigmas, en primero dar unos pocos palos de ciego hasta saber que hay que hacer, y luego en hacerlo.
Sin entrar más en detalles, la primera parte, el averiguar qué hay que hacer, me gusta. Es sutil, es elegante y fácilmente puedes pasarlo por alto, pero aún así creo que lo resolvimos bastante rápido (aunque eso es porque mi novia tiene un ojo de lince y yo necesito media pista para resolver un puzle). Lo que no me gustó es que, una vez que sabes perfectamente qué hacer, la ejecución depende en gran medida de la suerte. Si las cartas no salen como tienen que salir, pues bueno, tu tampoco sales del laberinto, y eso resulta bastante frustrante cuando llevas más de tres horas de partida.
No he calculado la probabilidad de que te salga una serie de cartas que garantice la derrota hagas lo que hagas -demasiado combinatoria entre orden y posiciones-, pero sabed que puede pasar, porque nos pasó.
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