Hace poco tuve la ocasión de probar Neuroshima Convoy, una
reedición del The Convoy original, y con cada partida que juego me gusta más. No
debería sorprenderme; aún esta por salir el juego de Ignacy Trzewiczek que no
me guste.
Convoy
es un juego de cartas para dos jugadores totalmente asimétrico, en el que el
jugador rojo (Moloch) trata de llevar un convoy de robots asesinos a través de
cinco ciudades, destruyéndolas a su paso, y el jugador verde (Outpost) comanda
un grupo de humanos que trata de detenerlos con tácticas de guerrilla.
Las
reglas del juego son muy sencillas: el jugador rojo juega robots, el jugador
verde juega soldados, el jugador rojo juega mejoras y se comprueba quien gana
el combate. Se aplican las condiciones de victoria, el distrito en disputa es
destruido, y el convoy avanza a la siguiente localización.
Y
sin embargo el juego ofrece un nivel de estrategia que va más allá de lo
aparente. Los robots son mucho más fuertes, y pueden descartar cartas para
serlo aún más, por lo que podrían aplastar a los humanos en cada combate, pero
no hay forma de recuperar las cartas, y si no dejan escapar alguno de los
combates y reservan sus fuerzas, llegarán demasiado agotados para destruir su
último objetivo y perderán la guerra.
Los
humanos, por su parte, no tienen ninguna posibilidad en un combate frontal, y
no gozan de la ventaja de avanzar a la siguiente ciudad tras cada combate, pero
sus tienen habilidades especiales para moverse por todas partes, otorgándose
bonus de fuerza unas a otras. Además pueden inutilizar o inmovilizar enemigos
con armas eléctricas, o atacar directamente el mazo del jugador rojo,
manipulando su robo o directamente eliminando cartas antes incluso de que
lleguen a su mano. Todo el juego sucio que sea necesario para detener el inexorable
avance de los robots.
Cada
carta de cualquiera de los mazos tiene utilidad, no hay carnaza o relleno, y con
contadas excepciones, hay una única copia de cada carta. Cuanto más conoces
ambos mazos, lo que resta por salir y las sorpresas que tu rival puede guardar
en la manga, más interesante se vuelve el juego. Además, como cada vez dispondrás
de tus recursos en un orden y momento distinto, en cada partida tendrás que
explorar nuevas estrategias y responder a las dificultades de forma distinta,
lo que ofrece mucha rejugabilidad.
Al
principio creía que los robots se encontraban en clara ventaja, pero he acabado
descubriendo que ambos bandos están muy bien balanceados y cualquiera, si se lo
propone, puede ganar un combate determinado. La clave reside en gestionar tus
activos lo mejor posible para llegar con fuerzas suficientes a la batalla final.
Los
componentes han mejorado notablemente desde la anterior edición. Las cartas,
que son el corazón del juego, son de muy buena calidad, aunque usen un borde
blanco que odio personalmente. Los dibujos del universo Neuroshima están chulos, aunque me gustaba más el estilo apocalíptico del juego original, pero han añadido unas líneas de texto que explican las habilidades sin
necesidad de iconografía, lo cual es muy de agradecer, ya que cada carta es distinta
y solía haber prácticamente un icono por carta.
El
resto de componentes de cartón (contadores y tableros) son robustos y se
distinguen con facilidad. El manual está bien, e incluye una sección con más
detalles de las habilidades de algunas cartas, aunque no todas.
Un juego
pequeño muy recomendable, con más estrategia y rejugabilidad de la que aparenta
por su tamaño, que ofrece partidas tensas y ajustadas. Si te gustan los juegos
de estrategia asimétricos, te mereces probar este juego.
Y vosotros, ¿qué opináis? Dejadme un comentario con vuestras impresiones.
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