Este fin de semana fui a ver el musical de El Médico porque había oído cosas muy buenas de él. ¿Cómo iba a quedarme sin ver el primer musical de gran presupuesto 100% español? La obra está bien, pero no es el espectáculo revolucionario que esperaba.
Al César lo que es del César, la puesta en escena es impresionante. Escenario
giratorio, decorados, vestuario, pirotecnia, proyecciones, coreografías… no se
le puede dar menos de un 10 en ese apartado. La parte en la que atraviesan el
desierto, se enfrentan a la tormenta de arena y Rob llega a Ispahan al final
del primer acto son sin duda el culmen artístico de la obra.
El reparto también es fantástico, todos cantan muy bien, incluso los niños
y los coros son abrumadores, con una fuerza que inunda la sala. Aunque
desperdiciar la voz de Noemí Mazoy en un papel tan secundario como Agnes Cole
debería estar penado…
La música tiene la evocación necesaria para transportarte en un instante de
Londres al desierto y de allí a Ispahan, y los temas de cada personaje consiguen
transmitir el atributo que los caracteriza: La música de Rob inspira
curiosidad, la del Sha despotismo y la de Avicena erudición… sin embargo, ahora
que estoy escribiendo esta reseña, me doy cuenta de que esos temas no han
conseguido quedarse conmigo, ni la melodía ni la letra. Ahora mismo no podría
tararear ni una sola canción.
La principal crítica al musical es su duración de más de tres horas, y
realmente se hace largo, sobre todo por la forma innecesaria en que se extiende
en los primeros compases de la historia. No eran necesarias tres canciones
sobre la panacea universal, de verdad que no. Acelera en esa parte y llévanos
cuanto antes al desierto e Ispahan, donde tienen lugar los acontecimientos importantes.
De hecho, ese esa es mi principal queja con la obra: dedica mucho tiempo y
atención a temas que en el libro son secundarios, y pasa de refilón por los
aspectos principales, como los prejuicios, el afán por el conocimiento, las
crisis de fe y los conflictos religiosos o la discriminación.
Y por dios, no necesitamos cinco minutos de el niño cantando soy mayor antes de que salga el actor adulto. Lo pillamos, vas a cambiar de actor ahora, cogemos el concepto.
Y por dios, no necesitamos cinco minutos de el niño cantando soy mayor antes de que salga el actor adulto. Lo pillamos, vas a cambiar de actor ahora, cogemos el concepto.
El hecho de haber leído el libro primero y saber lo que están dejando fuera
y lo que no podría condicionar mi opinión a este respecto, pero también había leído
Los Miserables antes de ver el musical,
y a día de hoy es mi musical favorito y el único que he visto en repetidas
ocasiones.
Quizá no sea una historia apropiada para ser llevada al género musical, y de
hecho en el segundo acto se toman ciertas libertades con el libro para hacer el
final mucho más apropiado, pero aún así creo que, aunque el musical cuenta la misma
historia, no consigue transmitir el mismo mensaje que el libro.
Por último, me gusta la forma en que cambian el final y cierran un círculo
en el epilogo, pero al ponerlo tras una caída de telón y un largo y climático
coro, casi me pilla saliendo de la sala.
En conclusión, el musical está bien, desde luego es mejor que otros que
hemos tenido en Madrid últimamente, como Billy
Elliot o Mamma Mia, pero dista
mucho de ser el Los Miserables
español que dicen por ahí. Lo que quiero hacer después de ver esta obra no es cantar o volver a
escuchar las canciones, es leerme el libro por tercera vez y volver a
experimentar el viaje de Rob de la mejor manera posible.
Y vosotros, ¿qué opináis? Dejadme un comentario con vuestras impresiones.
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