Una historia cortita de ciencia ficción bélica, con sus batallas navales, sus cruceros, sus almirantes y sus cazas, pero que en realidad trata sobre la presión y las expectativas que se llegan a poner en los hermanos menores por emular el éxito del primogénito; sobre el papel que la genética tiene a la hora de conformar quienes llegamos a ser; sobre asumir nuestras nuestra falibilidad y carencias, y sobre saber ganar y aprender a perder.
La premisa no es gran cosa, y el primer giro narrativo se ve venir a la legua, pero el segundo está muy bien y da una mayor dimensión a los temas centrales de la novela.
Hay aspectos en los que me gustaría que se hubiera ahondado más, aunque esto es algo que siempre me pasa con este tipo de historias cortas —siempre quiero más contexto, más detalles sobre el mundo, que se explore más este o aquel concepto—, y creo que es más preferencia mía que una falta por parte de la obra.
En general, es una lectura entretenida, que toca temas bastante interesantes, perfecta para leer en una tarde. Y si la lees o comentas con alguien y da para abrir debate, tanto mejor. Tampoco te pierdes nada si dejas de leerla, no está relacionada con el Cosmere ni con otras obras de Sanderson, pero por la inversión de tiempo que supone una noveletta de 50 páginas, creo que merece la pena.
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