La mejor forma en que puedo definir este libro es como una fusión entre Los Tres Mosqueteros y La Purga. Un trío de magistrados reales, capa al hombro y estoque al cinto, apegados a su código de honor, pese a que la gente los desprecia y el rey está muerto, llega a una ciudad donde, durante una semana, todo esta permitido, todos los quieren matar y tienen que hallar el modo de sobrevivir y proteger a una chica.
Es una combinación original pero cuya trama, ambientación y florituras de espada aparte, se desarrolla de un modo muy similar a La Purga. Si habéis visto la película, ya sabéis por dónde van los tiros. O las puñaladas en este caso.
La novela es fantasía para principiantes. Narrado en primera persona, tiene un tono distendido y vistoso, casi coloquial, con el carisma dado a un espadachín de pluma en el sombrero de ala ancha. Esto, junto a la acción constante hace la lectura bastante llevadera.
Además, parece que hay una conspiración, intrigas políticas, magia, un plan secreto, cosas que van mucho más allá de la trama en primer plano, pero en realidad es solo eso, apariencia. La trama es muy sencilla: un personaje, su trasfondo, sus dos amigos y el problema que tienen delante, que es cómo proteger a la chica y sobrevivir a la semana de la sangre. El resto es atrezo. Está ahí, da la impresión de un mundo mayor, pero nunca llega a tener relevancia.
Una de las cosas que más me ha gustado es la dinámica entre los tres personajes principales. Sin llegar al nivel de Locke Lamora, su camaradería y amistad está muy bien escrita. El libro es muy divertido cada vez que los tres están en escena y sufre un poco cuando se separan y cambiamos las bromas por introspectivo diálogo interno.
Lo que no me ha gustado es que, una y otra vez, personajes importantes coinciden en el tiempo y espacio de la forma más conveniente, artificial y azarosa, justificado a lo sumo por un "una costurera siempre sabe dónde están todas sus hebras" que suena peligrosamente cerca del ultrajante "la rueda teje según sus propios designios".
Oh, este guardia aleatorio, resulta que es el general de aquella batalla de hace veinte años. ¿Y esta anciana en cuya casa hemos terminado por puro azar? Qué casualidad que sea la misma que nos dió refugio en aquella ocasión. Y este mercader aleatorio al que hemos decidido escoltar resulta que no es un mercader, sino la princesa... ¡Venga ya!
Al final del libro hay unas cuantas revelaciones, algunas poco explicadas y otras que eran bastante evidentes, y ahí es cuando el libro parece que va a lanzar la saga y dar justificación a todas estas casualidades de la vida que hemos ido viendo, como si este libro fuera un pequeño prólogo, pero lo cierto es que el resultado es un final poco satisfactorio.
En resumen, está bien, sencillo, para iniciarse en la fantasía, pero tampoco me aporta más. Hay demasiado que leer como para invertir mi tiempo de lectura en seguir con esta saga.
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