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No soy un Serial Killer | Dan Wells

Las historias de asesinos en serie no son algo que me atraiga particularmente, pero esta creo que ofrece un giro interesante en el género. La novela está narrada desde el punto de vista de un sociópata obsesionado con la muerte y los asesinatos, pero en lugar de ser el asesino, es el investigador que trata de detenerlo.

Serial Killer John Cleaver Dan Wells

La trama sigue a John, un chaval de quince años con tendencias sociópatas, obsesionado con los asesinos en serie y que está convencido de estar predestinado a convertirse en uno. Esta fijación le ha llevado a regir su vida por una serie de estrictas normas que garantizan que es "bueno" y "normal". O todo lo bueno y normal que puede ser un chaval falto de empatía que trabaja desde los siete años en un mortuorio. 

Su vida da un vuelco el día en que una serie de asesinatos sacuden su pueblo. Alguien que mata con periodicidad, victimas siempre del mismo perfil que toma trofeos de las mismas y deja los cuerpos donde cualquiera pueda encontrarlos. Todo parece indicar que se trata de un asesino en serie. 

La gracia de la novela es que pese a tener la personalidad de un sociópata y las inclinaciones violentas de un asesino, John no es el villano, sino que toma el papel de investigador y héroe, decidido a detener al verdadero culpable. Por el contrario, el "malo" de toda esta historia, y que parece comportarse como un vil asesino en serie, no es tal y de hecho no le gusta matar.

Es una inversión de los papeles muy interesante, aunque resulta un tanto difícil de explicar sin destripar elementos de la historia. Solo quedaos con eso, con la inversión de los papeles. El verdadero sociópata que trata de aparentar ser normal en el papel de héroe, tratando de detener a un villano que aparenta ser un sociópata pero no lo es. 

Eso es, en esencia, lo que este libro tiene que ofrecer: una novela sobre asesinos en serie, narrada desde el punto de vista de un protagonista falto de empatía, entretejida con las dificultades de un adolescente que lucha por reprimir un trastorno sociópata al tiempo que trata de sortear los obstáculos tendidos ante cualquier bicho raro en su paso por el instituto, y un final bastante más complejo emocionalmente de lo que a priori podría parecer. 

Las mejores escenas creo que son los cara a cara entre dos personajes. Ya sean los tensos diálogos internos, entre las compulsiones violentas de John, que se hacen llamar Señor Monstruo, y la parte de su mente que trata de mantenerlas bajo control, que deben ser brutales en audiolibro; o las discusiones entre un hijo y una madre en las que una parte es puramente racional y la otra todo emociones, o las sesiones de terapia que más parecen duelos dialécticos. La narración en primera persona y el tipo particular de narrador le dan un enfoque muy interesante a todos estos intercambios. 

Las descripciones de los cadáveres y del proceso de embalsamar, por el contrario y precisamente por la forma desapegada en que lo cuenta el protagonista, pueden ser un tanto demasiado detalladas para los lectores más sensibles. A mí desde luego hubo alguna cosa que me hizo arrugar el gesto.

Por último, debo decir que hay un giro hacia la mitad del libro que podría escamar a los fans del suspense más puro, quienes preferirían evitar la mezcla de géneros. Creo que si eres capaz de mirar más allá de ese recelo inicial, funciona bastante bien en la historia, pero también comparto la opinión de que le quita algo de solidez a una novela tan centrada en el estado mental y psicológico de los dos personajes principales, asesino e investigador.


En resumen, me ha gustado bastante y creo que ofrece un giro bastante interesante al invertir la personalidad del asesino y el "detective". A pesar del riesgo que asume con la mezcla de géneros, lo recomendaría para quien le gusten este tipo de novelas policiacas o de suspense, o series como Mindhunters Mentes Criminales

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