¡Guau! Me quito el sombrero. Al principio temía que el libro fuera tan lento como el anterior, pero en cuanto coge carrerilla... me cuesta encontrar las palabras para lo que me ha hecho sentir. En cualquier caso, aquí van unas cuantas.
Si habéis leído mi reseña de El Camino de los Reyes, ya sabréis que me encanta la magia, el mundo y los personajes de esta saga, y si habéis llegado hasta aquí, seguramente vosotros sintáis lo mismo, así que no me entretendré más de lo necesario, porque lo que quiero es que terminéis de leer esta reseña y salgáis corriendo a leeros este libro.
Si habéis leído mi reseña de El Camino de los Reyes, ya sabréis que me encanta la magia, el mundo y los personajes de esta saga, y si habéis llegado hasta aquí, seguramente vosotros sintáis lo mismo, así que no me entretendré más de lo necesario, porque lo que quiero es que terminéis de leer esta reseña y salgáis corriendo a leeros este libro.
Shallan es sin duda la que más ha crecido, pero es que a la fuerza ahorcan… no le ha quedado otra. También ahondamos en su pasado y entendemos un poco mejor qué ocurrió con sus padres y con su hermano. Las pistas estaban ahí, y ya nos olíamos algo, pero tener finalmente certeza fehaciente de ello... y la forma en que el hermano enlaza las distintas historias... uf. Y lo mejor es que, a pesar de todo, aún me quedan un montón de preguntas.
Del resto de viejos conocidos, empezamos a tener capítulos desde el punto de vista de Adolin lo cual humaniza un poco al chico perfecto que veíamos en El Camino de los Reyes, y Kaladin continúa luchando contra sus fantasmas, aunque se va abriendo a la gente que le rodea.
Algunos de los mejores y más divertidos pasajes del libro son los que nos muestran cómo evoluciona la relación entre los tres jóvenes, y estoy deseando ver cómo evoluciona la cosa.
El resto siguen más o menos en su dinámica. Renarin sigue siendo un misterio y hay algunos que sigo sin saber cómo encajan en la historia (te estoy mirando a ti Rysn), pero aún estoy por encontrar un personaje de este mundo que no me resulte fascinante.
Sin embargo, hay una nueva cara que me gustaría destacar: Eshonai. La inclusión de un punto de vista del lado de los parshendi supone un cambio tremendo en la forma en que entendemos el mundo y el conflicto entre sus habitantes. Ya no vemos a los parshendi no como un enemigo sin rostro, sino como un pueblo con su historia y su cultura, con sus personajes, tramas e intrigas. El hecho de que sepan mucho más que los humanos sobre los spren, la magia y todo lo que los rodea, no hace sino volverlos más interesantes.
Del resto de viejos conocidos, empezamos a tener capítulos desde el punto de vista de Adolin lo cual humaniza un poco al chico perfecto que veíamos en El Camino de los Reyes, y Kaladin continúa luchando contra sus fantasmas, aunque se va abriendo a la gente que le rodea.
Algunos de los mejores y más divertidos pasajes del libro son los que nos muestran cómo evoluciona la relación entre los tres jóvenes, y estoy deseando ver cómo evoluciona la cosa.
El resto siguen más o menos en su dinámica. Renarin sigue siendo un misterio y hay algunos que sigo sin saber cómo encajan en la historia (te estoy mirando a ti Rysn), pero aún estoy por encontrar un personaje de este mundo que no me resulte fascinante.
Sin embargo, hay una nueva cara que me gustaría destacar: Eshonai. La inclusión de un punto de vista del lado de los parshendi supone un cambio tremendo en la forma en que entendemos el mundo y el conflicto entre sus habitantes. Ya no vemos a los parshendi no como un enemigo sin rostro, sino como un pueblo con su historia y su cultura, con sus personajes, tramas e intrigas. El hecho de que sepan mucho más que los humanos sobre los spren, la magia y todo lo que los rodea, no hace sino volverlos más interesantes.
¿Y la historia? ¿Va cogiendo ya ritmo? Pues el libro empieza con mucha fuerza, tan despiadado como una puñalada al pecho que no ves venir. Todo ocurre tan rápido y con tan poca ceremonia (pero con grandes repercusiones), que termina el capítulo y aún no tienes claro si de verdad ha ocurrido lo que ha ocurrido.
Tras ese microinfarto, por desgracia, mis temores se hicieron realidad: el libro echa el freno y a punto estuve de dejarlo. ¿Cuánto puede tardar Shallan en llegar a las Llanuras Quebradas? Un tercio de libro, capítulo tras capítulo, diciendo que están solo a una semana, a unos días, a un día y medio, a un día, a unas horas… incluso cuando llegan a la puerta, acampan antes de entrar. Exasperante… he disfrutado mucho de los duelos lingüísticos que se trae con Tyn, pero al mismo tiempo quería azuzarlas la espalda con un látigo de nueve colas hasta hacerme ampollas en las manos.
Tras ese microinfarto, por desgracia, mis temores se hicieron realidad: el libro echa el freno y a punto estuve de dejarlo. ¿Cuánto puede tardar Shallan en llegar a las Llanuras Quebradas? Un tercio de libro, capítulo tras capítulo, diciendo que están solo a una semana, a unos días, a un día y medio, a un día, a unas horas… incluso cuando llegan a la puerta, acampan antes de entrar. Exasperante… he disfrutado mucho de los duelos lingüísticos que se trae con Tyn, pero al mismo tiempo quería azuzarlas la espalda con un látigo de nueve colas hasta hacerme ampollas en las manos.
Pero perseverad, lectores, porque al final todo merece la pena. Desde el momento en que Shallan cruza esa muralla y hasta el mismísimo final, el libro te tiene en un constante sinvivir de emociones y secretos.
Por un tiempo, fui incapaz de decidir qué escena me había dejado más anonadado: el combate al final de la segunda parte, el duelo al final de la tercera, Shallan jugando a he perdido la cuenta de cuantas bandas, sociedades secretas saliendo a la luz, el momento "al menos llévate esto", los secretos de Amaram, el pasado de Roshon, descubrir qué ocurrió a Helaran, los planes de Taravangian, los motivos de Moash...
Con cada pedacito de información que sale a la luz, las historias se entrelazan entre sí un poquito más, como un nudo tenso a punto de estallar.
Pero el ganador es sin duda el capítulo 85. Ese momento me hizo, literalmente, tirar el libro, pegar un salto, alzar los puños y corear. Es como cuando Capitán América coge a Mjolnir en Endgame, pero mejor... el equivalente literario de un orgasmo. ¡Dios, qué momento!
E incluso tras la batalla, cuando crees que va a caer en una suave calma hacia el final, dejándolo todo dispuesto para la siguiente parte, el libro te abofetea en la cara con más sorpresas. ¿Creías que ya estaba todo resuelto? ¡Ja! Va a ser que no, está más revuelto de lo que empezó. ¿No me digas que con todo este follón te habías olvidado de Sadeas?
Y luego, como colofón, la inesperada aparición de una vieja conocida de otro libro, dispuesta como siempre a erradicar el mal. Eso sí que me ha dejado con la boca abierta. Decir que mi cerebro cortocicuitó con esa escena es decir poco. Ahora no puedo dejar de ver similitudes y paralelismos entre las dos historias... Y ese epílogo... no digo nada.
Este libro es increíble y mis palabras no creo que le hagan justicia. Tras El Camino de los Reyes no estaba seguro de si podía recomendar una saga de 10 libros que aún está incompleta; hoy sí puedo. Incluso si Juramentada no existiera y el cuarto no estuviera en camino, solo por esta segunda parte, ya merecería la pena. Leedlo, de verdad, es increíble. Incluso mi novia está enganchada.
No quiero alzar las campanas al vuelo antes de tiempo, pero si mantiene el ritmo, El Archivo de las Tormentas va camino de desbancar a Juego de Tronos y El Señor de los Anillos como mis sagas de fantasía épica favoritas. Y como empiece a tejer elementos de sus otros tres universos, ahí ya sí que voy a empezar a salivar...
Por un tiempo, fui incapaz de decidir qué escena me había dejado más anonadado: el combate al final de la segunda parte, el duelo al final de la tercera, Shallan jugando a he perdido la cuenta de cuantas bandas, sociedades secretas saliendo a la luz, el momento "al menos llévate esto", los secretos de Amaram, el pasado de Roshon, descubrir qué ocurrió a Helaran, los planes de Taravangian, los motivos de Moash...
Con cada pedacito de información que sale a la luz, las historias se entrelazan entre sí un poquito más, como un nudo tenso a punto de estallar.
Pero el ganador es sin duda el capítulo 85. Ese momento me hizo, literalmente, tirar el libro, pegar un salto, alzar los puños y corear. Es como cuando Capitán América coge a Mjolnir en Endgame, pero mejor... el equivalente literario de un orgasmo. ¡Dios, qué momento!
E incluso tras la batalla, cuando crees que va a caer en una suave calma hacia el final, dejándolo todo dispuesto para la siguiente parte, el libro te abofetea en la cara con más sorpresas. ¿Creías que ya estaba todo resuelto? ¡Ja! Va a ser que no, está más revuelto de lo que empezó. ¿No me digas que con todo este follón te habías olvidado de Sadeas?
Y luego, como colofón, la inesperada aparición de una vieja conocida de otro libro, dispuesta como siempre a erradicar el mal. Eso sí que me ha dejado con la boca abierta. Decir que mi cerebro cortocicuitó con esa escena es decir poco. Ahora no puedo dejar de ver similitudes y paralelismos entre las dos historias... Y ese epílogo... no digo nada.
Este libro es increíble y mis palabras no creo que le hagan justicia. Tras El Camino de los Reyes no estaba seguro de si podía recomendar una saga de 10 libros que aún está incompleta; hoy sí puedo. Incluso si Juramentada no existiera y el cuarto no estuviera en camino, solo por esta segunda parte, ya merecería la pena. Leedlo, de verdad, es increíble. Incluso mi novia está enganchada.
No quiero alzar las campanas al vuelo antes de tiempo, pero si mantiene el ritmo, El Archivo de las Tormentas va camino de desbancar a Juego de Tronos y El Señor de los Anillos como mis sagas de fantasía épica favoritas. Y como empiece a tejer elementos de sus otros tres universos, ahí ya sí que voy a empezar a salivar...
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¿El Archivo de las Tormentas o Nacidos de la Bruma?
ResponderEliminarUf, durísima pregunta. ¿Porqué no ambos? Jajaja.
EliminarLo cierto es que El Archivo de las Tormentas me gusta más. Ya está, lo he dicho. Tiene más detalle, más profundidad, y unos personajes y trama más complejos, por no hablar de crosovers con otros libros del cosmere.
Pero también es mucho más lento, creo que requiere haber leído otros libros del autor para ver toda su dimensión, y sobre todo, llevamos solo la mitad, no sabemos como va a evolucionar la cosa, y eso es algo muy a tener en cuenta: faltan seis libros por publicarse.
Nacidos de la Bruma, por el contrario, es una saga increible, con un sistema de magia complejísimo que me encanta, y está casi completa. La primera trilogía está entera y a la segunda tetralogía solo le falta el capítulo final, que por lo visto esta al caer. Otro punto a tener en cuenta.