Ayer terminé el cuarto libro de El Archivo de las Tormentas y lo hice sin aliento, y sin palabras, en lo que más tarde sería el prólogo de una noche de esas en las que no puedes dormir, venga a darle vueltas a lo que dijo este, lo que ha hecho el otro y todo lo que podría pasar. Sinceramente, no se como voy a aguantar dos años para leer el siguiente.
No voy a entrar mucho en la trama, porque son 1500 páginas (ahí, intimidante) y habría demasiado que contar, y porque si habéis llegado hasta este libro, con un bagaje de tres mil páginas, ya sabéis de que va la cosa, que está en juego, quién son los actores principales y todo eso.
De lo que sí voy a hablar es de como este libro difiere de los anteriores, y lo que implica para el futuro, no solo de esta saga, sino del Cosmere en su totalidad. Además, he hecho una lectura conjunta, así que puedo compartir no solo mi opinión, sino una visión más global del libro.
Para mí este libro ha sido alucinante, desde la primera página. La cantidad de información que nos aporta sobre el mundo, su historia, la magia y el cosmere, está órdenes de magnitud por encima de lo que hemos podido descubrir en libros anteriores. Hay revelaciones brutales, que ponen todo patas arriba, y los crossovers aparecen ya por todas partes, y no como referencias veladas, no... se habla abiertamente de otros mundos, de Thaldein, de Scadrial, de Yolen; se mencionan los Alientos, en mayúsculas, por su nombre propio; incluso aparecen elementos de libros no publicados (pero disponibles en la web de sanderson), como la arena blanca de Taldain.
Sin embargo, todo ese tiempo dedicado a abrir nuestros ojos a los misterios del cosmere hace que el libro se centre menos en los personajes. No me entendáis mal, este libro no es La Fundación: pasan muchas cosas, presenciamos momentos cruciales en la historia de protagonistas y personajes secundarios, vivimos victorias agónicas y momentos trágicos, vemos a los héroes caer y sobreponerse a sus defectos, y descubrimos facetas de un pasado que creíamos nos era totalmente conocido. Y el final, por su puesto, las últimas doscientas páginas, son absolutamente frenéticas.
Es difícil enfatizar lo cruciales que son algunos de estos momentos sin decir que ocurre, pero creedme cuando os digo que hay escenas largo tiempo esperadas, y momentos capaces de conseguir que elementos que hasta ahora me habían parecido insufribles, como la complacencia del padre de Kaladin, o la tripolaridad de Shallan, al final, merezcan la pena.
Personalmente, siento que si el libro hubiera estado completamente centrado en los mismos personajes, cuyas virtudes, defectos y secretos ya conocemos casi en su totalidad, y cuyas relaciones están perfectamente establecidas, habría resultado repetitivo, sobre todo cuando resulta que hay tanta nuevo que descubrir. Pero la gente con la que he leído el libro dice que toda esa información, pese a ser interesante, no es suficiente para engancharles y tirar de ellos durante 1500 páginas, y lo entiendo.
Sinceramente, creo que este es un libro para la quién ya se ha leído toda (o casi toda) la obra de Sanderson, y va a poder exprimir hasta la última gota de información, dándole vueltas a las implicaciones de cada nueva revelación; gente como yo, que se pare cada dos páginas, tratando de decidir si lo que acaba de leer es una referencia a otro libro, o simplemente decoración; gente que se haya hecho tablas con los distintos poderes, con la ubicación y estado de cada esquirla de Adonalsium... gente que esté deseando ver el día en que la acción salte por fin de Roshar al Cosmere.
Y esa es la dirección en la que apunta el libro. Como ya he dicho, en este libro hay decenas de crossovers, se mencionan abiertamente otros mundos, y descubrimos planes (no diré de quién o quienes) que van mucho más allá de Roshar. De hecho, tened mucho cuidado porque si andáis finos pillando las referencias, hay un spoiler bastante gordo sobre el final de El Héroe de las Eras hacia la mitad del libro.
Sanderson ya ha dicho que El Archivo de las Tormentas se compone de dos arcos narrativos de cinco libros cada uno, y yo creo que con el quinto se va a cerrar el conflicto por Roshar, y a partir del sexto nos vamos a encontrar con un conflicto a lo largo y ancho del Cosmere.
A mi el libro me ha encantado, de principio a fin, sin llegar a sufrir un bajón, como me ha ocurrido en otros en sus secciones centrales más lentas, pero sabed de antemano que el libro es largo, muy largo, y que no hay un personaje central tirando de la trama, sino que van a ir ocurriendo un montón de cosas, en un montón de sitios, y que hay un montón de información que absorber. Eso sí, el final te deja con unas ganas de más, que igual me vuelvo a leer Arcanum Ilimitado o la saga de Mistborn, y el epílogo... uf, pelitos de punta.
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