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Reseña | El Camino de los Reyes (El Archivo de las Tormentas #1) | Brandon Sanderson

Continuando con mi (completamente sana y nada obsesiva) fijación con Sanderson, he empezado a leer su ópera prima, la gran saga, El Archivo de las Tormentas y vaya si es algo especial. No es perfecto, pero es verdaderamente especial.

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El mundo de esta saga es demencial: culturas, geografías, religiones, moda, múltiples sistemas de magia… Sanderson pone toda la carne en el asador, y no solo con palabras. El libro intercala pequeños dibujos, símbolos, diagramas a la cabecera de los capítulos, citas de libros aquí y allá…
Y más que la cantidad, impresiona la calidad y la originalidad. Pequeñas cosas, como convertir a todos los animales en crustáceos, hacer las plantas retráctiles, las monedas luminiscentes que necesitan recargarse, el modo en que la vida de los personajes y la arquitectura es gobernada por las tormentas… incluso los escenarios, como las llanuras quebradas, que cambian el paradigma de las batallas en la fantasía; todo ayuda a crear una estética y una ambientación única.
Mi toque favorito son los spren, seres etéreos que se ven atraídos por los más variopintos fenómenos físicos o estados emocionales. Me encanta cómo cada uno tiene su forma, color y patrón de movimiento claramente definido.

Para una novela de fantasía épica, aunque sea solo el principio, la trama gira en torno a un grupo relativamente pequeño de personajes. Aunque usa otras caras aquí y allá en los interludios, generalmente para introducir pequeños ramalazos de trasfondo, la historia se cuenta fundamentalmente desde tres puntos de vista: Shallan, Kaladin y Dalinar.
Los tres pertenecen a escalafones totalmente distintos de la sociedad, cada cual cargando con sus fantasmas y secretos, y a través de sus ojos vemos aspectos totalmente distintos del mundo, hasta el punto de que la propia atmósfera o sensación que transmite cada capítulo cambia de un personaje a otro.
Por primera vez, me cuesta decidir quién es mi personaje favorito. Dalinar parece el típico general honorable en una corte de víboras, pero es más que eso, y me ha gustado mucho cómo se tratan sus visiones, narrándolas en primera persona. Shallan es la más divertida y, pese a estar alejada de la acción, sus capítulos son tan interesantes como el resto; la relación y los intercambios dialécticos que tiene con Jasnah o Kabsal son buenísimos.
¿Y qué puedo decir de Kaladin? El héroe que empieza como un hombre roto, sus capítulos todo sufrimiento y miseria, interrumpidos únicamente por el contrapunto de adorable inocencia de Syl (adoro a Syl, por cierto). La forma en que su determinación lo impulsa e inspira a quienes le rodean, hace te vuelques en cada uno de sus esfuerzos con todo tu aliento.
Por último está el recurrente Szeth, el asesino que no quiere matar, posiblemente uno de los personajes más misteriosos de toda la novela. Sus capítulos son escasos, pero tienen un peso trascendental en la trama. 

Vida antes que muerte. 
Fuerza antes que debilidad. 
Viaje antes que destino.

En cuanto a la historia, bueno, el ritmo es endiabladamente lento. Como dice el primer ideal de las diez órdenes, “viaje antes que destino”. Esta es una filosofía que hay que tener muy interiorizada antes de enfrascarse en este libro, porque hay mucho camino, más de mil páginas de camino, pero estamos lejos de ningún tipo de destino. Hay que entender que es el primero de diez y que su objetivo es presentar al mundo y a los personajes, nada más.
El libro empieza con unos saltos temporales y cambios de perspectiva que me resultaron algo confusos, pero en seguida Kaladin y Shallan toman el timón y la historia empieza a desarrollarse con normalidad. Poco a poco vamos adentrándonos en su pasado y viendo su evolución, pero sus arcos narrativos son largos y distan mucho de estar completos, porque, de nuevo, estamos solo al principio.
La sección central del libro es la más dura. Ya conoces a los personajes y su mundo, pero la trama parece no querer arrancar, arrastrándose perezosamente. En realidad está dándote pistas y preparándote para lo que está por venir, pero en ese momento no eres consciente de ello.
Durante el último cuarto del libro, como veo que viene siendo habitual en Sanderson, es cuando acontecimientos y respuestas se precipitan uno detrás de otro. Los últimos capítulos sacan tantas cosas a la luz que te dejan paralizado: algunas chocantes, otras muy presagiadas. Estas últimas son las que más me gustan, porque Sanderson te va dejando caer miguitas de pan, y me encanta poder especular y debatir (mi novia y yo lo hemos leído en paralelo), e ir tejiendo los pequeños detalles y ver que nuestras teorías resultan ser ciertas, o parcialmente acertadas al menos.

El final es muy potente, pero poco conclusivo. Te deja con la boca abierta y las manos temblando, y entonces va Sanderson, te da una palmadita en el hombro y te dice “vale, ahora que eso ha quedado claro, puedo empezar a contar mi historia”, y vas tú, y como un buen mandado y ávido lector, te compras las segunda parte, porque necesitas saber más.
En cierto sentido, la estructura me recuerda a Canción de Hielo y Fuego, donde el primer libro era prácticamente todo trasfondo y también terminaba con varios bombazos para lanzar la verdadera historia que tendría lugar en los siguientes. 

El hecho de que la historia no conduzca a un verdadero final no significa que el libro no me haya gustad ¿eh?; de hecho, me ha encantado, pero no puedo dejar de enfatizar que si coges este libro es para comprometerte con la saga hasta el final, no para leer una historia completa aquí y ahora.
Entonces, ¿lo recomiendo o no? No tengo respuestas; es como si te hicieran esa pregunta cuando llevas solo las cien primeras páginas de un libro, es pronto para decirlo. De momento, me voy a leer la segunda parte, y luego la tercera y, con un poco de suerte, para cuando termine ya estará disponible la cuarta… tal vez, entonces, pueda dar una respuesta más en firme.
Por el momento, solo puedo decir que la atmósfera, el mundo y los personajes me han encantado, y que la historia es prometedora, con múltiples capas de misterios por desentrañar y aún más conflictos pendientes de resolver. Si esa promesa os es suficiente, o si el viaje os resulta atractivo, aunque sepáis que el destino aún queda borroso en el horizonte, desde luego, leedlo. En caso contrario, dadme unos meses para que siga leyendo.

Fun fact: Este ha sido el libro en el que me he dado cuenta de que Hoid aparece en todas las sagas de Sanderson. ¿Os habíais dado cuenta de eso? ¿En qué libro lo hicisteis?

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