La semana pasada fui a ver la última entrega de Star Wars y, en contra de las abrumadoras críticas negativas, me gustó. No digo que sea perfecta, no digo que sea una pieza necesaria y fundamental en la saga, por favor, no me saltéis al cuello, pero es esta bien, no es una mala película.
Esta va a ser una reseña corta, porque no quiero entrar en grandes spoilers, pero voy a intentar responder, como mínimo, a las grandes preguntas que yo tenía al entrar al cine.
Entonces, ¿es perfecta? No, ya lo he dicho. De hecho, crea ciertas incongruencias con entregas anteriores, sobre todo en lo referente a la supervivencia de ciertos personajes y lo que los fantasmas de la fuerza puede hacer y dejar de hacer. ¿Pero está bien? Sí, no diría que está muy bien, pero sí está bien, que parece que hoy en día todo es una maravilla o una mierda; no, las notas medias están ahí.
La película es quizá algo larga y estirada de más en el segundo acto, introduciendo multitud de tramas y personajes que apenas tienen tiempo para ser explorados, pero al final cuenta una historia decente, cierra muy bien los conflictos que se plantearon en TFA y nos da un final satisfactorio a la trilogía.
Además, transmite un mensaje de superación y redención muy claro, totalmente en línea con el estilo narrativo de este universo: no importa quién seas o lo que hayas sido, sino lo que decidas hacer al final; un mensaje que queda patente en los arcos narrativos de Rey y Kylo, en menor medida en los de Finn y Jannah, y si Zorii hubiera tenido algo más de tiempo en pantalla, también en el de Poe.
Lo que me ha sorprendido es que las escenas de acción de la segunda mitad son oscuras, con muchas cosas pasando en pantalla al mismo tiempo, y es difícil ver nada; el gran momento marca registrada de los vengadores queda desafortunadamente eclipsado por el hecho de que soy incapaz de distinguir las naves. Las escenas de acción del principio, por el contrario, me han gustado mucho.
Vale, la pregunta importante, ¿soluciona los problemas causados por TLJ? Sí. Creo que una de las cosas que más me ha gustado es cómo se sobrepone al despropósito de TLJ (sí, esa me pareció mala, malísima, deleznable), arreglando muchos de sus desaguisados y dando respuesta a las preguntas que se plantearon al principio de la trilogía: ¿quién es Rey? ¿quién es Snoke? De hecho, mi escena favorita es la bofetadita a Johnson referente al respeto debido al arma de un jedi.
Lo que me da rabia es ver las buenas ideas que se han visto comprimidas en esta película, y que podían haberse introducido en el episodio 8 de haberse planificado bien las cosas. Los arcos narrativos de Poe-Zorii y Finn-Jannah son muy interesantes, pero apenas tienen tiempo en pantalla al competir contra el de Rey-Kylo, y lo mismo ocurre con C3PO. Solo puedo imaginar lo que hubiera sido si todos estos elementos se hubieran ido introduciendo a lo largo de la trilogía y se hubieran desarrollado debidamente.
Incluso se habrían evitado los problemas con los fantasmas de la fuerza... una pena.
La otra gran pregunta es si esta película da el giro y cierre revolucionario que nos prometieron a la saga de Skywlaker. No, obviamente no. Para eso ya teníamos los episodios I a VI con el ascenso, caída y redención de Vader, que, no lo olvidemos, era el elegido; él, no Luke, palabras de Lucas. Podría argumentarse que termina de cerrar el círculo, de la fuerza a la fuerza, pero no creo que añada nada trascendental a la saga.
En general, y eso no es ya una opinión sobre la película, sino sobre la trilogía al completo, no añade nada a lo que ya había. Las precuelas pueden gustarte más o menos, pero cuentan la historia de cómo Anakin se convirtió en Vader, de cómo se creó el imperio, cosas que tienen un impacto en la trilogía original. Esta nueva trilogía... afrontémoslo, no aporta nada nuevo. Los antiguos libros, los videojuegos o series de televisión como The Clone Wars han hecho más por ampliar el universo de Star Wars.
Y por último, ¿hay guiños a los fans? ¿se apela a la nostalgia? Pues sí, pero, ¿sabéis qué? Me da exactamente igual. No es tan flagrante como en TFA, es más sutil, más elegante, y aún así consigue arrancarte una sonrisa. Ha habido dos escenas en concreto de puro regocijo y, no importa el tiempo o el lugar, la combinación de los soles gemelos con la banda sonora de Luke me pondrá la piel de gallina ahora y siempre.
Incluso recompensa a los fans más acérrimos, incluyendo las voces de Ashoka y Kanan en las visiones de la fuerza, y estoy seguro de que hay muchas otras naves, además de el Espíritu, que no he conseguido ver en las tomas de la flota.
Conclusión: no, no es la película del año, ni es perfecta, pero es un buen final para las secuelas. Que las secuelas no hayan aportado nada a la trilogía original ya es otra cuestión, pero como cierre a las historias de Poe, Rey y Finn, está bien. Aunque Rogue One sigue siendo, de largo, mi favorita de la era Disney.
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