Después del despropósito de Tormenta, creí que había terminado con Jay Kristoff, pero en estas fechas no me dejan comprar libros nuevos, no vaya a ser que fastidie algún regalo, ya tenía Nuncanoche en el Kindle y bueno, algo tenía que leer… Por favor, leed hasta el final, porque, pese a lo que puedan sugerir mis primeros párrafos, el libro me ha gustado. Estoy genuinamente sorprendido por ello, pero así ha sido.
No mentiré, el primer tercio de este libro me pareció malo, malísimo. El paralelismo del primer capítulo es genial, pero a partir de ahí, uf… muy duro, casi lo dejo.
La trama es idéntica a la historia de Ezio en Assassins Creed II, y no muy disimulada, ya que Tumba de Dioses es una fusión entre la Florencia renacentista y la Roma clásica republicana. ¿Y dónde he visto yo un personaje antes como este? Pequeña, flacucha, cruzando el mar para entrenarse como asesina, repitiendo constantemente la lista de los hombres a los que ha jurado matar, los mismos hombres que mataron a su padre en una plaza pública… ¡Anda! Pero si es Arya Stark.
El mundo al principio parece muy original, pero rápidamente te das cuenta de que todos esos elementos solo están ahí para ganar puntos en la sinopsis, sin que lleguen nunca a explorarse en lo más mínimo. Un mundo sin noche donde los soles jamás se ponen, y sin embargo los hábitos, las costumbres, los ciclos diurnos y nocturnos, todo sigue siendo igual que en el mundo real; bueno, Mia se pone unas gafitas de sol una vez. Espadas de fuego que pueden cortar el acero como mantequilla, pero ningún cambio en el armamento o las tácticas militares. El hueso de tumba, un supermaterial, que solo se usa para hacer una daguilla aquí y una espada allá, no en arquitectura, no en ingeniería. Y así, suma y sigue…
Pero lo peor, lo doloroso, lo exasperante, es el ritmo. El libro es una constante sucesión de interrupciones. Por un lado, tienes los flashbacks, que aparecen en cada capítulo, cortando la acción, para mostrarte escenas que no aportan nada. No necesito la escena de ella en las calles, no necesito la escena en que Mercurio la encuentra, no necesito la escena en que matan a su gato; con los comentarios esporádicos y las reflexiones en la línea temporal principal, puedo unir los puntos yo solito. Pero no… flashbacks y más flashbacks… y encima de todo eso, las notas a pie de página.
Sí, descripciones del mundo, explicaciones y comentarios, no integrados orgánicamente en el texto, sino como notas a pie de página. ¿Qué editor decidió que esto era una buena idea? ¿Hay alguien ahí fuera al que le haya gustado este aspecto del libro? En el Kindle es todavía más engorroso, porque tienes que ir adelante y atrás constantemente para leerlos, y no son comentarios breves, hay explicaciones de una o dos páginas. Cuando vuelves a la historia, no sabes ni por dónde ibas y, encima, igual que los flashbacks, la mayoría de las veces no aportan nada.
Bueno, pues a pesar de todo esto, a pesar de la aberración de las notas al pie de página, el libro me ha gustado. No es una maravilla, pero está bien, ha ido mejorando con cada capítulo, me ha sorprendido y el último tercio me lo he leído casi de una sentada (hasta la una de la mañana a la luz de la mesilla).
A partir de la segunda parte, el libro parece escrito por otro autor, sinceramente, o revisado por otro editor. Desde luego, la experiencia es totalmente distinta.
Los flashbacks son menos frecuentes, menos intrusivos y siempre aportan algo. El de la masacre de la veroscuridad… uf, ahí fue donde ya no pude soltar el libro. Y, además, a esas alturas ya te has dado cuenta de que las notas al pie de página no aportan nada, y te las saltas sin el menor cargo de conciencia, lo que contribuye a una lectura más fluida.
Pensaba que iba a ser una trama de instituto con algo de asesinato de fondo, pero no. La historia se va complicando poco a poco, las muertes se suceden a izquierda y derecha, descubrimos la magia de este mundo, los secretos de todos los personajes… Y, aunque pasas de tres a veinte personajes en cuestión de meras páginas, y tienes que aprenderlo todo sobre la iglesia roja, la historia se presenta de forma que la información queda dosificada y todo el elenco bien definidos, sin aburrir al lector o bajar la tensión.
Las escenas entre Tric y Mia están sorprendentemente bien escritas y cuando llega el ansiado momento es bastante satisfactorio. Y desde ahí es todo un crescendo, con varios giros, engaños y traiciones que me pillaron totalmente por sorpresa. No son de esos que deberías haber visto, sino de los que el libro hace un trabajo excepcional apuntándote en otra dirección para luego clavártela por la espalda.
El final es bastante intenso, dando relevancia a múltiples escenas que hasta ese momento no habían tenido sentido y queda totalmente abierto, con más personajes vivos de lo esperado y aún más preguntas sin respuesta. Satisfactorio en cierto sentido, agridulce por otro. Me ha gustado. Hace una semana no lo hubiera creído posible, pero tengo curiosidad por leer la segunda parte.
Hay muchos libros que recomendaría antes que este, pero no diría que haya sido una mala lectura. Desde luego ha ido a mejor con cada capítulo. Si queréis una historia estilo Assassins Creed, algo más juvenil, pero oscura y con magia, es muy posible que este libro os guste. Eso sí, si decidís leerlo, haceos un favor y saltaos todas las notas al pie, e incluso los flashbacks de la primera parte a partir del del tonel.
Y si podéis, haceros otro favor y leedlo directamente en inglés. No solo porque el tercero por lo visto no lo van a traducir, sino porque el estilo de Kristoff, lleno de símiles, metáforas y juegos lingüísticos, pierde mucho con la traducción. Yo me he sorprendido volviendo mentalmente al inglés original para pillar algunas de las frases.
De hecho, si algún editor lee esto, decidme, ¿qué se hace en esos casos tipo Hodor? ¿Se traduce, aunque no tenga sentido, o se cambia el sentido para que la traducción encaje?
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