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Reseña | Tormenta | Jay Kristoff

Para empezar el mes, nueva saga y nuevo autor. Aprovechando la reciente reedición, me he decantado por Las Guerras del Loto, de Jay Kristoff, empezando por Tormenta, que, por algún motivo que escapa a mi comprensión, ha perdido la mitad de su título, Stormdancer, en la traducción al español. 

Tormenta Stormdancer Jay Kristoff

El mundo de Las Guerras del Loto tiene una estética steampunk ambientada en el japón feudal que... ¡Espera! ¿Qué? ¿Steampunk no va necesariamente asociado a un decadente Londres victoriano? Pues no, y a Dios gracias. No sabéis lo que agradezco este tipo de libros, que dan un nuevo enfoque al género, creando una imagen única y distintiva. 

De acuerdo, la ambientación es original, pero ¿qué tal está el libro?
Primero dejadme decir lo mucho que me ha gustado el estilo de escritura de Kristoff. No se limita a una descripción literal de paisajes o acontecimientos, sino que los muestra de una forma prosaica e imaginativa, acentuada por un rico vocabulario. 
Kristoff usa muchos términos japoneses, pero se toma la molestia de usarlos como descriptor de un sustantivo más común; por ejemplo, dice túnica uwagi o lanza naginata. No me importaría si empleara directamente la palabra japonesa (después de todo en la fantasía occidental hay muchos términos que quizá el lector medio no conozca, como greguescos, gorguera, barbacana, matacán, ricasso…), pero, aun así, agradezco el gesto.

Dicho lo cual... usa muchos términos japoneses de forma innecesaria. Lo entiendo cuando no hay un equivalente, pero hay partes en las que parece que necesite arrojar un par de palabras en japones por frase, llegando incluso a usar la forma japonesa de palabras occidentales (i.e. busiman en lugar de businessman).
Y luego están los términos que usa mal. Admito que no hablo japonés y lo poco que sé viene del anime/manga, pero si yo me doy cuenta de faltas de debida documentación, no me quiero ni imaginar lo que estará haciendo la gente que lea esto y de verdad conozca la cultura japonesa.
Estoy 99% seguro de que sama es un sufijo y no puede usarse de forma aislada para sustituir a "señor", y que hai solo se usa para decir "si" como respuesta a una pregunta u orden, nunca al final de una frase como confirmación retórica. 
Por qué Yukiko necesita traducir palabras japonesas a un tigre que habla japonés es algo que se me escapa... y, llamadme loco, pero juraría que las Nagarajas son mitología de la India y que los osos panda son de China, no de Japón...  

Vale, de acuerdo, de vuelta a la historia. La cruda verdad es que la trama es algo simple: solo hay un hilo argumental, un punto de vista y una cosa pasando al mismo tiempo. Quizá sea una obra orientada un público más juvenil... desde luego tiene el obligatorio triángulo amoroso.
Como personaje, Yukiko tampoco experimenta un gran arco narrativo, pasa de ser una adolescente cabreada con su padre a ser una adolescente cabreada con el mundo, y el resto de personajes son unidimensionales y arquetípicos: aparecen, hacen su aportación a la trama y desaparecen por donde han venido, para solo volver a ser mencionados aquí y allá.

Los secretos y misterios también son bastante predecibles: ¿quién es Kin?, ¿qué va a pasar tras la tormenta?, ¿quién son Daichi y Kaori?, ¿qué va a pasar con el Samurai de los ojos verdemar? Las respuestas son tan obvias como el hecho de que esas son las preguntas que te tienes que hacer.
Lo único que me llegó a sorprender un poco fue la historia de la madre y la naturaleza del Inochi. En ese momento pensé que el libro iba a ser algo más oscuro, más profundo, incluso que iba a apostar por un final dramático para dejarme enganchado para la segunda parte... ya, pues no.

De hecho, todo el último tercio de la novela me parece un poco estúpido. Los Kagés tienen agentes de sobra por la capital, situados en posiciones clave, han averiguado cómo entrar y salir de palacio, cómo superar el suelo del ruiseñor... y en lugar de actuar, deciden esperar a Yukiko para poner en marcha un plan más complicado de lo que realmente necesita ser.
Me da la impresión de que el autor se dio cuenta de que era poco realista creer que Yukiko podía hacer todo lo que hace ella sola, y que iba a necesitar aliados, pero la dan tantos aliados que te preguntas por qué estos necesitaban a Yukiko en primera instancia.

Sinceramente, este libro ha sido una gran decepción, y no me explico todo lo que se ha hablado de él estos últimos meses... marketing, supongo. Desde luego, no me ha dejado con ninguna gana de leer el resto de la saga, pero sí de terminar la de Musashi de Yoshikawa.

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