Menuda decepción. Cuatro meses he tardado en terminarlo, y solo por pundonor. Ni las cincuenta últimas páginas han conseguido engancharme como para leerlas del tirón.
Estaba perfectamente mentalizado para que, siendo el primero de nada menos que catorce tomos, el libro fuera lento, y ese tampoco ha sido el problema.
El problema con este libro es que las cosas simplemente ocurren, sin explicaciones, sin anticipación, sin sorpresas, como si hubieran sido añadidas sobre la marcha, a medida que avanzaba el libro.
Van a sitios, pero no sabemos porqué; encuentran objetos y símbolos, pero no sabemos qué significan o porqué son importantes; y se enfrentan a obstáculos cuya peligrosidad y desafío también desconocemos. Y los personajes nunca llegan a tener un plan muy detallado de lo que quieren hacer, porqué o con qué fin.
Todo ello hace que ni temas por lo que va a pasar ni, cuando pasa, te deje mayor impronta. ¿Han derrotado a ese enemigo? Bueno, supongo que no era tan peligroso. Si lo que querías era meterme el miedo en el cuerpo, tendrías que haber ido hablando de ese enemigo las últimas doscientas páginas, diciendo todo lo que puede hacer y lo que no...
En general, el libro no genera aprensión, temor o expectativas por nada. Solo va introduciendo ideas nuevas de golpe y porrazo. Página 600: se menciona por primera vez el color de pelo de Rand, que resulta que es muy importante... copón, dímelo antes, deja que yo saque mis conclusiones, y en la página seiscientos confirmas o desmientes mis sospechas.
Página 750: aparecen un nuevo enemigo para el enfrentamiento final del libro, todo el mundo se pone muy tenso, y tú solo puedes preguntarte ¿quién es? ¿por qué están tan asustados? ¿como han llegado aquí? De nuevo, si hubiera salido antes, si hubiéramos visto su poder, podría estar asustado e incluso saltarte un latido de corazón al verlo aparecer. Pero al introducirse ahí por primera vez, pues te quedas igual.
Lo peor de todo es que esperaba una gran revelación al final, algo que diera sentido a todo lo ocurrido y me incitara a seguir leyendo, pero el libro termina y no te explica nada. Cualquier cosa extraña, mágica, sobrenatural o que roza los límites de la casualidad más improbable queda justificada por medio de un "La Rueda gira según sus propios designios" o un "El entramado se teje a su voluntad".
Oye, pues muy bien, eh, eso lo deja todo mucho más claro... menudo recurso narrativo...
-Oye Jordan, colega, y esto, ¿por qué? No se explica muy bien.
-Er... la Rueda gira según sus propios designios.
-Y esto otro que pasa después, ¿qué sentido tiene?
-La Rueda...
-...ya, según sus propios designios. Vale, muchas gracias.
Admiro la dimensión de la novela y su universo, y admiro la forma en que ha influenciado a otros géneros, pero no puedo decir que sea una buena historia. Reconozco que me pica un poco la curiosidad por ver qué pasa y cómo sigue la cosa, pero no estoy dispuesto ahora mismo a enfrentarme a otras ochocientas páginas de narrativa lenta, con cero tensión y sin otra explicación de los acontecimientos más allá de que la rueda gira como la viene en gana. Lo siento, pero no.
Oh, y por cierto, el hecho de que los personajes masculinos se llamen Tam, Tom, Mat, Lan, Rand... todos igual, no ayuda en una novela con tantos nombres.
Oh, y por cierto, el hecho de que los personajes masculinos se llamen Tam, Tom, Mat, Lan, Rand... todos igual, no ayuda en una novela con tantos nombres.
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