Después de dos capítulos algo descafeinados y una decepcionante batalla de Invernalia, The Last of the Starks, el cuarto episodio de esta última temporada regresa a la esencia de Juego de Tronos y es, en mi humilde opinión, el mejor de la temporada hasta la fecha.
Sin embargo, y para mi sorpresa, está recibiendo duras críticas y ha sido el primero de toda la serie en bajar de un 8 de valoración. El capítulo tiene algunos fallos, no voy a negarlo, pero dejadme que os cuente porqué creo que es tan bueno.
Atención, SPOILERS, estáis advertidos.
El capítulo empieza tratando las consecuencias de la batalla de Invernalia, en un emotivo funeral con un discurso de Jon, con la voz partida, como única línea de diálogo. Todo lo demás son caras largas y el aullido del viento. Esta es una imagen muy potente que ha sido criticada por el reducido número de cadáveres tras lo visto en el capítulo anterior, pero recordad que son sólo los que murieron después de que el Rey de la Noche levantara a los muertos, el resto desaparecieron con él. El verdadero fallo es la aparición de Lyanna Mormont, que vimos claramente como se convertía.
Las siguientes escenas son la celebración de la victoria, que nos hacen recordar tiempos pasados. Tyrion, Jaime, Brianne y Podrick juegan al juego de adivinanzas que Tyrion jugó con Shae y Bronn en la primera temporada; Gendry es legitimado y nombrado señor de Bastión de Tormentas, enlazando con esa dura escena en la tercera temporada en que Gendry le dice a Arya que nunca podrán ser familia porque ella siempre será su señora, solo que esta vez se invierten las tornas y es él quien queda destrozado; y tras mucho esperar, vemos la resolución del triángulo amoroso Jaime-Tormund-Brianne.
Pero quizá lo más importante es que vemos el fin de la dinámica buenos contras malos, y volvemos al juego de intrigas y política, de traiciones y lealtades. Vemos la soledad de Dany, la forma en que el pueblo trata a Jon, y como se agravan los conflictos entre Jon, Dany y Sansa, con una posición muy despótica por parte de Dany en su discusión con Jon.
Esta primera parte termina con la aparición de Bronn y juro que esa escena de cinco minutos me tuvo más en tensión que toda la batalla de Invernalia, por no hablar de la perlita de Bronn sobre cómo un noble llega a ser un noble.
Toda esta primera media hora es un claro ejemplo de cómo se puede mantener al espectador involucrado y atento sin necesidad de una sola escena de acción, algo que no consiguió el capítulo anterior.
La segunda parte retoma campaña contra Cersei y me sorprendió mucho que dijeran que Dany y sus aliados aún conservaban la mitad de sus fuerzas, ya que no fue la imagen que se dio el capítulo anterior.
Sansa demuestra que es uno de los personajes más sensatos y luego vemos como Jon peca de los mismos defectos que Ned, es incapaz de mentir, aunque la verdad no le aporte ningún beneficio. Es una lástima no ver las caras de Sansa y Arya al enterarse de su verdadera identidad, pero supongo que hubiera sido la cuarta vez que oiríamos la misma historia, y se haría pesado.
Pese a haber jurado guardar el secreto, Sansa no tarda ni cinco minutos en contárselo a Tyrion, una acción por la que ha sido duramente criticada, pero recordemos que esto no es el bien contra el mal, esto es Juego de Tronos, y todos tienen su agenda y sus intereses: Sansa se lo cuenta deliberadamente para ponerlo en contra de Dany, porque su única preocupación es el futuro del norte y su gente. Aún sigue sorprendiéndome como he pasado de odiar el personaje de Sansa a ser uno de los que más respeto.
De modo que Jon se despide de Sam y Tormund de forma demasiado emotiva y marcha al sur. Tormund se va más allá del muro y puede que no se vuelvan a ver, por lo que la despedida tendría sentido, pero habrá que esperar y ver para entender ese abrazo tan finalista con Sam, que sabemos que no va a morir porque él es quien escribe los libros.
Lo que no me gusta es que envíe a Fantasma, que sorprendentemente está vivo, con Tormund y se marche sin despedirse de él. En general, no me gusta como han tratado los lobos en la serie, comparado con los libros donde son una parte muy importante, pero claro, en los libros Jon es un warg y en la serie no… la forma en que me gusta mirar esta escena es Jon alejándose de su lado Stark y aceptando su sangre Targaryen, pero con la presencia que Fantasma ha tenido en temporadas anteriores, parece que en esta lo han añadido a última hora y no habían rodado a nadie interactuando con él.
Finalmente, Arya y el Perro deciden cabalgar hacia Desembarco del Rey solos en lugar de con el grueso del ejército. Este dúo fue realmente bueno en sus viajes anteriores por los ríos, y estoy deseando ver que hacen a continuación.
Pero sin duda la mejor parte del capítulo y el momento en que recuperé la esperanza en la serie son las dos conversaciones entre Tyrion y Varys, que nos devuelven a ese mundo de intrigas en el que no tienes claro dónde están las lealtades de cada cual, por mucho que lo digan en voz alta, porque ves la duda en sus rostros.
Y entre esas dos conversaciones tenemos una tremenda escena de acción que, literalmente, me hizo saltar del sofá. Un dragón muere y vemos a Dany dejarse llevar por la rabia, justo como habría hecho su padre. La batalla naval sólo dura unos minutos, pero es mucho más entretenida que la hora y media de batalla de Invernalia, lo cual no quita que tire por la borda todo retazo de lógica en virtud del espectáculo, pero al menos fue tan intenso y visualmente interesante que no me di cuenta de los sinsentidos hasta que todo hubo terminado, lo cual dice mucho en favor de esta escena.
Cuando vi la primera flecha pensé que los Lannister habían tomado Rocadragón y les habían tendido una trampa, atacándoles desde el castillo, eso habría tenido sentido. Luego vi la flota, una imagen verdaderamente espectacular, pero es imposible que, teniendo ojos en el aire, Euron pudiera sorprender a Dany. La potencia y cadencia de fuego de esas balistas también es inverosímil, y en los libros se establece claramente que un dragón en el aire es invulnerable y que en toda la historia solo uno ha sido derribado con proyectiles, y eso fue una situación de uno entre un millón... la propia serie, en la temporada anterior, nos muestra como Bronn dispara la misma balista contra Drogon y no le hacia nada.
En las escenas finales, Dany da un discurso sobre como va a destruir la tiranía, hablando en términos que, como luego apunta Varys, son propios de un tirano. Esta es la tercera vez que la vemos inclinarse hacia el lado oscuro, pero aún no lo suficiente como para hacer oídos sordos a sus consejeros.
En Invernalia Jaime se entera de lo ocurrido y decide viajar al sur, dejando a la audiencia y a Brianne con el corazón roto. No queda claro donde estarán sus lealtades en adelante, pero creo que sus palabras tenían la intención de evitar que Brienne le siguiera para lo que sea que se propone hacer, y no son garantía de que vaya a ponerse del lado de Cersei.
Finalmente, las dos reinas se ven cara a cara, aunque es Tyrion quién lleva la conversación. Esta escena me tuvo en vilo desde que Tyrion dio el primer paso hacia la puerta. Sé que los parlamentos eran algo casi sagrado en el mundo medieval, pero la reducida comitiva Targaryen estaba a tiro y no sería la primera vez que Cersei atenta contra lo sagrado.
El hecho de que no ordenara abrir fuego es una prueba de que ella tampoco es 100% malvada, como dice Tyrion, quizá solo un 99%... o también podría ser que cuando Qyburn encargó a Bronn matar a Tyrion y Jaime en nombre de la reina, estuviera mintiendo y ella no lo hubiera ordenado. También podría ser un pésimo guión, pero prefiero creer que Qyburn no sigue ciegamente a Cersei y tiene sus propios planes.
El hecho de que no ordenara abrir fuego es una prueba de que ella tampoco es 100% malvada, como dice Tyrion, quizá solo un 99%... o también podría ser que cuando Qyburn encargó a Bronn matar a Tyrion y Jaime en nombre de la reina, estuviera mintiendo y ella no lo hubiera ordenado. También podría ser un pésimo guión, pero prefiero creer que Qyburn no sigue ciegamente a Cersei y tiene sus propios planes.
Lo que es una pena es que no enfocaran la cara de Euron cuando Tyrion menciona al hijo de Cersei, desvelando que no es suyo.
La muerte de Missandei, el último de los consejeros que vinieron con Dany de Essos, representa el empujón final que la lleva hacia la locura de su padre. Esa mirada al final no deja dudas.
En resumidas cuentas, el capítulo consiguió mantener mi atención en todo momento y puso fin a la dualidad del bien y el mal que habían creado los anteriores, devolviéndonos a esa escalera de caos que tanto amaba Meñique: El conflicto entre Dany y Jon es un polvorín a punto de estallar, Arya y el Perro parecen ir más por libre que con el ejército de Jon, no sabemos que hay en las cabezas de Varys, Tyrion y Jaime, no sabemos si Qyburn y Cersei siguen exactamente la misma hoja de ruta, y no sabemos cómo reaccionará Euron ante la noticia de su no-hijo. Esta es la clase de situaciones que hacen Juego de Tronos tan trepidante y estoy deseando ver más.
Lo que no me ha gustado ha sido la falta de explicaciones respecto a lo que ocurrió en el capítulo anterior y, por supuesto, que Bran, en su línea habitual, no haga ni diga absolutamente nada. Davos es el único que se hace preguntas sobre lo ocurrido, sólo para quedarse sin respuestas.
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