Anoche vi The Bells , el penúltimo capítulo de Juego de Tronos, y, aunque a diferencia de la batalla de Invernalia, fue entretenido y disfruté viéndolo, no deja de ser una muestra más de la espiral de decadencia en la que se ha sumido el guión desde que dejaron atrás los libros. Dejadme que os cuente porqué. Atención, SPOILERS , estáis advertidos. El capítulo empieza genial, con Varys tramando en la sombra, Tyrion conspirando delatándolo a la reina pero al mismo tiempo conspirando para salvar a sus hermanos, Jon manteniéndose fiel a su palabra pero rechazando a Dany como amante... la clase de intrigas y personajes divididos en sus lealtades que quería ver. Entonces empieza la batalla, y no voy a negarlo, es algo alucinante de ver. El momento en que Drogon revienta la puerta me hizo saltar del sofá, literalmente. Así es como los dragones deberían ser, así es como los vimos comportarse en Mereen o el Muro o el Camino Dorado, así es como los describen los libros, capaces d...