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Reseña | Tokyo Trial

Con esto del aislamiento y el no poder salir, estoy buceando mucho en el catálogo de Netflix, tratando de encontrar algo nuevo y digno de ver, y he topado con dos joyas ocultas que quería compartir con vosotros, mis lectores. La primera de ellas es Tokyo Trial.
¿Quién hubiera dicho que una miniserie sobre las diatribas de once jueces pudiera ser tensa, intrigante y entretenida? Yo no, desde luego (y eso que me encanta Doce Hombres Sin Piedad), pero lo es.

Tokyo Trial Netflix Serie Reseña

La miniserie (sólo cuatro capítulos, por desgracia) cuenta la historia de los juicios de guerra que se realizaron en Japón tras la Segunda Guerra Mundial; la contraparte asiática a los juicios de Nurenberg, que seguramente nos suenen más a todos.
Once jueces de once nacionalidades y culturas distintas acuden para presidir el tribunal. Su misión: decidir si los acusados son responsables de crímenes de agresión, de guerra o contra la humanidad, y la correspondiente pena aplicable.

Lo que parece una labor sencilla al principio, rápidamente crea divisiones dentro del grupo, cuyos miembros se ven arrastrados por ideales, culturas y presiones políticas de todo tipo.  Algunos quieren ratificar las decisiones de Nurenberg, pase lo que pase, para no crear una vía de escape para los nazis, otros quieren adherirse a la ley tal cual está escrita, aunque ello perdone a quien ellos ven como un culpable, otros están dispuesto a hacerse los suecos y dictar “nueva” ley, si ello crea un precedente legal que evite una tercera guerra mundial; algunos tienen libertad de opinión, mientras que otros se ven sujetos a las posturas de sus gobiernos.
El debate está servido y la serie hace una labor encomiable, tanto por explicar los preceptos básicos de lo que constituye cada tipo de crimen, como en mostrar los choques culturales, y la complejidad de las decisiones, hasta el punto de que, lo que en el capítulo uno tenías clarísimo, en el capítulo cuatro te genera una duda más que razonable.

La trama se narra con el juez holandés, una de las voces disidentes dentro del tribunal, como protagonista, pero todos los miembros reciben su debida dosis de importancia. A través de él, se nos muestra el lado más humano de los jueces cuando no llevan puesta la toga, y lo mucho que han sacrificado durante su larga estancia en Tokyo para presidir ese tribunal.
Aparte de esas escenas cotidianas fuera del juicio, toda la acción trascurre o bien en la sala de deliberaciones del tribunal, o bien el bar del hotel donde todos se alojan, o en el propio juzgado, donde se emplea una mezcla de escenas rodadas e imágenes de archivo.
Reconozco que no son los escenarios más atractivos, y literalmente todo lo que ocurre en la serie son debates y discusiones, pero puedo deciros que Tokyo Trial ha conseguido captar mi atención en todo momento. Y para alguien que en el momento que una serie echa el freno, saca el móvil, eso es decir mucho.

Encarecidamente os recomiendo la serie, no solo porque está muy bien, que lo está, sino porque nos muestra cómo juzgar las acciones de otros, incluso los de alguien que ha iniciado una guerra, es siempre algo mucho más complejo del veredicto rápido y contundente que emitimos con una cerveza en la mano y un codo anclado en la barra del bar.

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