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Las bestias olvidadas de Eld | Patricia A. McKillip

A pesar de su relativamente reciente publicación en español (2021), que nos podría hacer pensar que se trata de un libro nuevo, la novela se publicó originalmente en el 74 y tiene bastante más en común con la fantasía clásica de Terramar, de Úrsula K. Le Guin (1968), que con obras más modernas. 

Bestias Olivdadas Eld Patricia McKillip

Se trata de una de esas historias de fantasía clásica, donde la magia es un misterio y el poder se haya en los nombres; esa idea de que si conoces el verdadero nombre de algo o alguien puedes controlarlo. 

Sybil vive en lo alto de una montaña, apartada y aislada del mundo, junto a su ménagerie de bestias de leyenda, subyugadas por medio de la magia: el último dragón, el jabalí que conoce todos los acertijos salvo uno, el halcón de no sé dónde que mató a siete caballeros en un día, el gato que le reveló conjuros secretos a la bruja de blablabla, etc. 

Un día, un caballero ensangrentado, le trae un bebé y le pide que lo cuide y lo proteja. Trece años más tarde, resulta que el bebé era hijo de un rey, emisarios empiezan a llamar a la puerta, y maga, niño y bestias se ven arrastradas a un mundo de intrigas y juegos de poder.

Pero tampoco penséis que a partir de ahí el libro teje una trama compleja de guerra e intriga política con múltiples bandos, facciones e intereses. En realidad, apenas hay cinco personajes más los animales, y la situación no es más que un tapiz de fondo sobre el que tejer una historia sobre amor, venganza, lealtades en conflicto y libre albedrío, centrada fundamentalmente en la maga, a la que el narrador no abandona en ningún momento. 


Pese a tener ya medio siglo, el libro es bastante accesible, con una prosa sencilla y un estilo evocador, casi poético, que me ha gustado mucho. Muy alineado con el carácter misterioso de la magia y las leyendas tras las bestias que acompañan a la protagonista. 

La historia se me queda un poco corta en ambición y los sistemas de magia que se llevaban entonces, sin reglas ni explicaciones, no son precisamente los que más me gustan, pero creo que el libro ha aguantado bastante bien el paso de los años. Desde luego, me ha gustado más que el clásico de los clásicos, Un Mago de Terramar.

Es una novela tierna, bonita, casi como un cuento, que si bien no es la fantasía compleja o trepidante que buscaría para mí mismo, sí es el tipo de historia cargada de magia, imaginación, leyenda y emociones que puedo verme leyendo a mi hija dentro de unos años. 


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