Yo cada día entiendo menos cómo esta saga puede ser tan poco conocida, con lo buena que es. Retribution Falls me gustó, The Black Lung Captain fue incluso mejor, pero es que esta tercera entrega los supera a ambos.
El libro empieza, como no puede ser de otro modo, con la tripulación de la Ketty Jay metida hasta el cuello en el barro; es decir, con un tiroteo. A lo que sigue una persecución por las calles de un arrabal, un combate aéreo en el desierto, y el asalto a un tren blindado usando boogies con ametralladoras; todo en las cien primeras páginas.
Y eso es antes incluso de revelar el gancho que pone en movimiento la aventura: la maldición del Chacal de Hierro, un demonio que persigue a Frey y se alimenta de sus miedos, y que llevará a su tripulación a todo tipo de aventuras en su desesperado intento por levantar la maldición, desde robar en un museo, hasta asaltar un campamento minero.
El libro está repleto de escenas de acción y momentos trepidantes, pero es mucho más que una sucesión de persecuciones y tiroteos. El libro me ha hecho apretar puños y dientes de emoción en la recta final de una carrera de aviones por angostos desfiladeros, sí, pero también me ha hecho reír con las bromas y puyas que los personajes se lanzan entre sí.
La historia, es una constante combinación acción, humor, camaradería y momentos épicos, sin por ello descuidar el desarrollo de los personajes y sus relaciones, o el mundo que los rodea.
La propia naturaleza de la maldición, que se alimenta de los miedos y remordimientos de Frey, da pie a un importante cambio en la mentalidad de su personaje, pero quien experimenta una mayor transformación es Silo, el tripulante más antiguo de la Ketty Jay, y de quien hasta hora no sabíamos absolutamente nada. Este libro nos revela su pasado, cómo escapó de Samarla, cómo aprendió a reparar naves y hablar vardico, y muchas cosas más.
También nos adentramos un poco más en el trasfondo de Malvery, sus problemas con la bebida y los remordimientos que arrastra; descubrimos su patriotismo y presenciamos el comienzo de su camino hacia la redención.
Pero si hay un momento con la que tengo que quedarme en lo que a desarrollo de personajes se refiere, es la escena final entre Crake y Frey. Crake es mi personaje favorito de esta saga, y ver todo lo que ha cambiado, tanto él, como su relación con Frey, es de esas cosas que le llegan a uno al corazoncito, sobre todo si se compara con la escena inicial de la saga.
Por supuesto, toda esta acción y todos estos momentos decisivos en las vidas de los personajes, no ocurren en el vacío, sino en un mundo, con sus tensiones políticas y su pasado.
Este libro no solo revela la verdad tras la última guerra entre Samarla y Vardia, sino que mucho me temo será la semilla que conduzca a la próxima guerra, en la cuarta y última entrega de la saga: The Ace of Skulls, que para quien no lo recuerde de Retribution Falls, es una carta de Rake que, en caso de robarla, te hace perder cualquier mano, además de ser el nombre de la nave que Frey y compañía destruyeron por accidente, poniendo en marcha todos los acontecimientos que les han traído hasta aquí. No se si alguna vez el mero título de un libro me había dado tantas ganas de leerlo... ya lo tengo en la estantería, no digo más.
Y además, se desvelan nuevos secretos sobre la civilización perdida de los Azryx y los orígenes del daemonismo.
De verdad, estos libros están genial y creo que merecen ser mucho más conocidos. Solía decir que a quien le gustase la serie Firefly, seguramente le gustarían estos libros, por llenan un poco ese mismo nicho, pero voy a pasar a simplemente decir que a quien le guste la ciencia ficción y las novelas de acción y aventuras, debería dar una oportunidad a esta saga, porque está genial, y como ya he dicho, es mucho más que persecuciones y tiroteos.
Tiene personajes entrañables y carismáticos, que evolucionan a lo largo de los libros, y por los que te preocupas y cuyos trasfondos quieres descubrir. Y toda la historia de la tripulación, de los personajes, de las distintas aventuras, y del mundo en general, están interconectadas dándole una sensación de cohesión a la saga que pocas veces he visto en novelas de este estilo.
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