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La Energía Nuclear Salvará el Mundo | Alfredo García

Como Ingeniero Nuclear, este libro no me ha enseñado casi nada que no supiera ya, pero tampoco es eso lo que se propone. El libro aspira a informar, a un nivel muy divulgativo, sobre la industria nuclear, y eso lo consigue con éxito. 

Energía Nuclear Alfredo Garcia

Empecemos por el propósito del libro. La energía nuclear ha sido siempre un sector muy estigmatizado, sobre el que la gente suele tener opiniones bastante fuertes y arraigadas, aunque muchas veces carezca de los conocimientos necesarios para respaldar estos juicios de valor. Y en ese sentido, creo que la intención y la labor del libro es tan necesaria como encomiable.  

Tanto el libro como la labor que Alfredo hace en redes sociales está haciendo mucho bien por la industria (y por todos, en general). No sé cuántas veces he contado a amigos y familia lo de la radiactividad de los plátanos, solo para que me miren como si estuviera majara. Ahora tengo un libro, que parece que pesa más que mi título, para respaldar mis palabras, y me dan ganas de llevarlo a todas partes, solo para poder decir "toma, lee e infórmate, anda" cuando me tope con argumentos sacados de los Simpsons, como el del pez de tres ojos. 


No debería ser una sorpresa si os digo que yo soy totalmente pronuclear, pero tranquilos, podéis estar en contra y seguir llevándonos bien. No me lo voy a tomar como algo personal. Lo que me da mucha rabia es la gente que está en contra de algo sin tener la más mínima idea de ese algo, o basándose solo en dos noticias que leyó en diagonal, un titular de la tele, y una serie que ha visto en HBO.

Parece que hoy en día responder "lo siento, no tengo información suficiente para formarme una opinión sobre este tema" no es una opción aceptable cuando te preguntan por algo, y como tenemos los medios para hacerlo, todos queremos opinar sobre todo, y tenemos todo el derecho del mundo a tener nuestra propia opinión, pero no debemos confundirnos con tener derecho a nuestros propios datos, nuestros propios hechos, o a nuestra propia interpretación de la verdad. 

En ese sentido, creo que el libro es muy franco con sus lectores, y no trata de adoctrinar, sino de informar, y varias veces encomienda al lector a consultar fuentes adicionales, o a, como mínimo, mostrarse detractor de la energía nuclear por motivos fundados, y no por teorías conspiratorias. Personalmente, creo que es una postura muy acertada, dando la información, de la forma más clara posible, pero dejando (e incluso incentivando) al lector a sacar sus propias conclusiones. 


Propósito y temática aparte, ¿es un buen libro de divulgación? Pues sí, pero podría haber sido mejor. Me explico. 

La estructura del libro y sus contenidos son muy acertados, cubriendo prácticamente todo lo que hay que cubrir cuando se habla de la industria nuclear, desde cómo funciona, hasta los accidentes más sonados, pasando por su posición en el mercado eléctrico, el funcionamiento del mismo, las perspectivas de futuro, la gestión de los residuos... vamos, todo sobre lo que uno podría tener preguntas. 

Y, con la salvedad de los primeros capítulos, que tratan de física general y son algo confusos de leer, incluso para alguien que entiende de la materia, una vez que el libro entra en materia y empieza a hablar de la energía nuclear, las ideas y explicaciones están muy bien estructuradas, organizadas y presentadas, llevándote de una a otra cómodamente. 

Creo que esto no es sino un reflejo de dónde se centran los conocimientos del autor, que no deja de ser jefe de sala de control de una central, y no un profesor de física de partículas, y como digo, el problema son solo los dos primeros capítulos.  


Lo que no me ha gustado es el estilo. El libro está escrito de una forma muy coloquial (algo que entiendo es completamente intencional y posiblemente recomendado por los editores), como si te lo estuviera contando en un bar con unas cervecitas. Mete una gracieta aquí, una referencia a tu serie favorita allá... se va un poquito por las ramas de vez en cuando, añade frases motivacionales o de teletienda...  Y eso está muy bien en el distendido mundo de una conversación, pero, al menos a mí, a la hora de leer, no me gusta. 

Las frases demasiado largas, sumadas a las constantes interjecciones y bromitas, hace que a veces resulte difícil seguir lo que está diciendo, incluso para alguien que entiende de la materia. Numeraciones, esquemitas y frases más cortas son elementos que habrían ayudado a que el libro transmitiera de forma más clara las ideas. 

A veces da la sensación de que busca que te quedes con el chascarrillo gracioso, y no con el concepto físico que hay detrás. De nuevo, posiblemente intencionado, pero no lo que yo buscaría en un libro del que pretendo aprender. 


Además, hay secciones que se habrían beneficiado enormemente de unos gráficos o unas tablas. Por ejemplo, en uno de los primeros capítulos se compara la dosis de radiación de distintas fuentes, pero esto se hace al mismo tiempo que explica las propias fuentes de radiación natural, artificial y de fondo, por lo que se extiende a lo largo de varias páginas, usando milisievert aquí, microsievert allá, comparando ahora con las radiografías, ahora con una tomografía, que si los materiales, que si la altura, que si la latitud... e incluso encuentra hueco para introducir bromitas y referencias populares. 

Y lo cierto es que hay muchísima información en esos párrafos, pero no está presentada de una forma que sea útil. Cuando terminas de leerlo no tienes un orden de magnitud de lo que representa una fuente frente a otra, y si quieres analizar y hacer tus propias comparativas, es muy farragoso volver atrás en el texto a buscar el dato que necesitas. 

Si en su lugar hubiera descrito las fuentes de forma numerada, y luego hubiera incluido una tabla, con los datos, sería muy fácil comparar y ver que algo es inferior a otro algo, o equivalente a tres veces lo de más allá. Quizá no era posible, por cuestiones de maquetación y edición, pero creo que habría sido una mejor forma de presentarlo. 


Otro ejemplo que me viene a la cabeza es cuando habla de la estructura del átomo. Yo tengo perfectamente claro en la cabeza el modelo del átomo de Bohr, pero habrá mucha gente que no. ¿Tanto costaba incluir una figura?

Porque el libro tiene figuras, pero muchas veces crean más confusión que aclaran. En uno de los primeros temas aparece una figura de los cuatro tipos de radiación, pero ni el texto anterior ni el que viene a continuación habla de ello. Y poco más tarde aparecen las cadenas de semidesintegración del U-235, y de nuevo, el texto no está mencionando nada al respecto.

Lógicamente, al lector que no sabe qué representan estas figuras (y que recordemos es el tipo de lector al que va dirigido el libro), al llegar al gráfico, no solo este no le va a ayudar a entender mejor el texto, sino que le va a confundir aún más, porque va a ver el gráfico, no va a entender qué es lo que está viendo, y va a creer que no ha entendido el texto anterior. Y es una pena cuando tus figuras van en detrimento de tu texto. 

Y tampoco se puede decir que se hayan incluido como información adicional o complementaria, para aquellos lectores aplicados que quieran ahondar mas en la materia, porque no tienen pies de foto, así que no puede buscar en Google sobre el tema. Yo veo la figura, se lo que es, y entiendo que amplia el contenido del texto. Pero el lector objetivo ve la figura, no sabe lo que es, no ve la relación con el texto, y no tiene forma de averiguar qué es lo que está viendo. Ni siquiera hay referencias a las figuras en el texto (el típico "como muestra la figura 7"), solo una figura, aislada, solitaria, flotando en mitad de la página. 

Quiero pensar que no es así, pero hay muchas de ellas que parece que están ahí solo para que, cuando vayas a la librería y hojees el libro, veas que tiene dibujitos y pienses que mira qué bien, que con los dibujitos lo voy a entender todo mucho mejor. 


En general, creo que el libro, como herramienta de divulgación, está bien. Persigue un propósito muy necesario, y cuenta muchas cosas que el público general ignora. Con lo cortito que es, pensaba que iba a dejarse más cosas en el tintero, pero consigue tocar todos los palos, e incluso enseñarle algo a alguien que cursó la especialidad de energía nuclear durante la carrera. 

Sin embargo, me da rabia porque podría haber sido mucho mejor. El estilo chabacanero y coloquial no me convence, pero entiendo que los editores tendrán sus estudios de mercado, y que tendrá su público. Yo prefiero que me den la información más estructurada y sin palabras vacuas, pero yo soy yo, y cada uno tiene sus gustos.

Lo que no tiene escusa, explicación o razón de ser es el tema de la maquetación, el uso de imágenes que no tienen nada que ver con el texto y la carencia de pies de foto. Y si realmente esas imágenes, o parte de ellas, al menos, están ahí por meros motivos de marketing, como sospecho... ¡vergüenza les tendría que dar! Que viendo el "curro" que se han pegado con la portada (imagen de stock y fondo plano), no me extrañaría lo más mínimo. 

Imágenes aparte (y de las que culpo solo al a editorial y no al autor) creo que, si quieres saber un poquito más sobre la energía nuclear, y formarte tu propia opinión partiendo de una base sólida, y no de lo que publica la prensa, deberías leer este libro. 

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