Tras mucho esperar, me he visto la segunda temporada de Jack Ryan y está genial, pero no es tan buena como la primera.
Primero, las obviedades. La producción de la serie es una pasada: fotografía, filmografía, vestuario, atrezo, efectos especiales, música… incluso la intro, la forma en que una imagen fluye en la siguiente… me la vi las ocho veces. Amazon se ha gastado los cuartos en este proyecto y se nota.
La historia también está chula. Un político venezolano corrupto, un asesino alemán, satélites chinos, empresas mineras... todo parece muy enrevesado al principio, pero lentamente Jack va descubriendo las relaciones entre unos y otros, y, una vez más, la serie hace un fantástico trabajo por que te enteres de todos los porqués.
Además, toda la trama se desenvuelve con una tensión y un ritmo medidos. Cada capítulo te incita inevitablemente a ver el siguiente y he perdido la cuenta de las veces que me ha tenido encaramado al borde del sofá repitiéndome a mí mismo “Ay, ay, ay, qué mal va a acabar este”. Todo ello intercalado con bastantes sorpresas y momentos emotivos que la excelente banda sonora no hace sino acentuar. Alguien, no yo, por supuesto, ha llorado un total de tres veces viendo esta temporada.
Mi principal queja, o por no sonar tan negativo, la mayor diferencia que veo con la primera temporada, es el villano. La temporada 1 es como un duelo entre dos protagonistas opuestos sumamente inteligentes, humanizando a Suleiman hasta el punto de que, aunque no simpatizaras con su causa, podías empatizar con él; conocías su pasado, a su familia, la historia con su hermano, sus motivos y, solo al final, descubrías su verdadero objetivo.
De Reyes, ¿qué sabemos? Era pobre, es corrupto y es malo malísimo. Ser malo parece ser su único rasgo característico, además de ser algo estúpido y prepotente. No te interesan ni sus motivos, ni sus planes, ni nada, lo único que quieres es que le peguen un tiro.
El otro aspecto que no me ha gustado es la parte «paiun-paiun» del final, al estilo comando. Entiendo que querían una pizca de acción para acabar por todo lo alto, en lugar de terminar con un comité de hombres trajeados en un salón imponiendo sanciones económicas, pero queda totalmente fuera de lugar y no encaja con la postura de los personajes a lo largo del resto de la temporada.
Por último, hablemos de la cuestión de los idiomas. La serie hace una cosa muy valiente y que ya alabé en mi reseña de la primera temporada, que es no traducir a los personajes al inglés; cada cual habla en el idioma que debería hablar su personaje. Esto esta genial, le da inmersión y realismo a la serie; solo hay un problema: el español y el alemán sí los entiendo y, dejadme que os diga que Harriet no tiene acento alemán, y Reyes… lo siento mucho, pero a un actor catalán, poniendo acento andaluz y tratando de sonar venezolano, me cuesta mucho esfuerzo tomármelo en serio.
En pocas palabras, sí, vedla, la recomiendo, la serie esta genial, me la he visto en un fin de semana y me tuvo con los dientes apretados y las emociones a flor de piel. Simplemente estoy triste de que la historia no sea tan buena como la de la primera temporada. ¿Para cuándo la tercera Krasinski?
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