Ayer me terminé la 5ª temporada de Peaky Blinders y el mero hecho de que haya tardado 24 días en hacerlo debería decir mucho de lo que me ha gustado o dejado de gustar. Me encanta esta serie y me encanta Thomas Shelby (hoy mismo llevo una camiseta de Shelby Company Ltd.) pero, como a muchas otras series antes, parece que se les ha terminado la pólvora. La temporada empieza muy bien, con el hundimiento de Wall Street poniéndolo todo patas arriba, pero el arreón dura eso, los primeros minutos. A partir de ahí, capítulo tras capítulo, fracasa en conseguir engancharte, planteando distintas tramas, pero sin que ninguna parezca ganar peso. Los escoceses, los chinos, los fascistas… hasta el quinto capítulo no me quedó claro quién iba a ser el villano de la temporada. Dicho lo cual, el sexto capítulo está genial: es tenso, trepidante, hay un par de sorpresas, reaparecen viejos conocidos y queda todo perfectamente preparado para una sexta temporada. Por desgracia el momento ...