Este es, fácilmente, el mejor libro de Star Wars que he leído. Eso no significa que sea brillante ni nada parecido, pero está muy bien y, sinceramente, no me explico cómo lo descartaron como contenido para The Clone Wars. ¿Quizá demasiado complejo para la pantalla? ¿Por ser moralmente ambiguo? No sé, no comprendo.
El libro sigue la historia de Quinlan Vos y Asajj Ventress en su intento de asesinar al conde Dooku, pero sobre todo trata del amplio abanico de grises que existe entre los Jedi y los Sith, y que, por desgracia, no vemos con toda la frecuencia que deberíamos.
La relación entre los dos protagonistas está muy bien planteada y desarrollada, y la acción, de la que hay en abundancia, casi queda en segundo plano en comparación con los momentos más íntimos de amor, traición, sacrificio y confianza.
Donde otros libros de Star Wars ofrecen una historia mediocre en el mejor de los casos, cuyo único atractivo es estar ambientada en el universo de Star Wars y mostrar cosas de los personajes y lugares que ya conocemos, la historia de Vos y Ventress podría funcionar incluso sin el Star Wars en la portada. Es así de buena. Y los primeros dos tercios del libro, en los que solo están ellos (y la fuerza), sin ningún otro personaje, explorando la delgada línea que marca la frontera del lado oscuro, aprendiendo a usarlo sin sucumbir a él... esa parte me ha encantado.
Sin embargo, el libro pierde algo de gracia en su tercio final, cuando Obi-Wan entra en escena, acaparando todo el protagonismo. Y donde va Obi-Wan, Anakin le sigue, eclipsando aún más a los verdaderos protagonistas de la novela, que incluso hace un par de bromas a este respecto.
Esto es algo que ocurre con cualquier libro de Star Wars, e incluso con las series del universo expendido: sus mejores momentos son aquellos dedicados a personajes que no aparecen en las películas, y que por tanto pueden desarrollarse libremente. Cuando las historias se centran en los personajes de las películas, lo normal es que no haya arco narrativo que mostrar, porque la evolución del personaje se da en la película, no aquí, no ahora, y también desaparece toda tensión e incertidumbre, porque ya sabes que no están en ningún peligro real.
Hubiera preferido que el rol de Obi-Wan en esta historia lo desempeñara Akar-Deshu. De hecho, ese parecía ser el plan inicial: el libro, ya desde el prólogo, nos presenta a su raza y su característica habilidad, y el primer capítulo introduce a Desh como el mejor amigo de Vos.
Sin embargo, se ve rápidamente olvidado, y relegado a un par frases aquí y allá, siempre a la sombra de Obi-Wan. Podía haber sido un clon sin nombre y no habría habido diferencia. Y su habilidad, que hubiera encajado a la perfección con la temática del libro, es desperdiciada en una escena que ni aporta nada, ni conduce a ninguna parte, ni tiene consecuencias o ramificaciones.
Tiene toda la pinta de que alguien leyó el guión (no olvidemos que este libro está basado en el guión para unos capítulos de The Clone Wars que nunca fueron) y dijo: "¿Quién es este Desh? ¿Otro personaje nuevo? No, no. No podemos tener tantos capítulos sin Obi-Wan o Anakin. Hay que meterlos en la historia. A los dos, si puede ser". Incluso Padme tiene una escena, que no aporta nada, pero es como si se hubieran visto obligados a incluirla. No sé... una pena.
El caso es que luego el final es precioso y, sorpresa sorpresa, Obi-Wan y Anakin no juegan ningún papel en el desenlace de todo el entuerto, como si nunca hubieran tenido porqué estar ahí.
Lo dicho, el libro es posiblemente el mejor libro de Star Wars que he leído, y a quien eche en falta más historias que exploren los grises entre el lado oscuro y el lado luminoso, creo que este libro le va a gustar. La historia, cuando se centra en Vos y Ventress, como hace durante más de la primera mitad, está absolutamente genial. Cuando es Obi-Wan el toma el timón, la cosa se enfría un poco, justo hasta el final, que vuelve a tratar exclusivamente sobre ellos dos.
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