Creo que nunca había leído un libro como este, capaz de combinar en una sola historia tantos subgéneros y tipos de ciencia ficción: novela policíaca, viajes (y bucles) en el tiempo, universos paralelos, exploración espacial, mundos alienígenas, apocalipsis cosmológico... casi parece demasiado, pero de algún modo, funciona.
Ya desde el prólogo, el libro te hace estallar la cabeza. Una terrible amenaza, un agujero blanco, se cierne desde el futuro, más cerca, no con el paso del tiempo, sino con cada observación; existen múltiples líneas temporales, hay una radiación de partículas cuánticas que enloquecen a la gente; existen múltiples versiones de los personajes que pueden intercambiar su posición en sus respectivos universos... Con todo eso te bombardean las primeras veinte páginas.
Luego la trama nos devuelve a tierra firme y sigue la investigación de un asesinato. Todo parece más normal, más sencillo, terreno conocido, salvo porque el principal sospechoso es un viajero en el tiempo, la escena del crimen es la casa de la amiga de la infancia de la investigadora, amiga que fue asesinada a la misma edad que la víctima, e investigadora que no es otra que la viajera en el tiempo del prólogo. Vamos, que de sencillo nada.
Como no podría ser de otro modo en una novela policíaca, la investigación se atasca, de modo que nuestra investigadora viaja al futuro en busca de información y pistas que traer de vuelta al presente, para adelantarse a los acontecimientos. Pero el futuro que visita solo es uno de los futuros posibles, no es garantía de nada. No os cuento más, pero creo que este resumen de los primeros tres capítulos os puede dar una idea de a qué ateneros. Y no es más que la punta del iceberg.
El libro no es muy largo, unas 350 páginas, pero resulta más denso de lo que el grosor de su lomo podría insinuar. Es de los que, de vez en cuando, tienes que cerrar un momento y dar espacio a tu cerebro para respirar y procesar todo lo que ha pasado. Es complejo, como poco, pero está genial.
Si tengo alguna queja, es que la prosa no es la más limpia. Predicados no verbales, sujetos elípticos, ese tipo de cosas. Creo que la trama es lo bastante confusa como para ponerse poéticos y embarullar más las cosas. Aunque quizá es intencional y pretende que participemos de la gimnasia mental que tiene que ejercitar la protagonista para unir todos los hilos y dar sentido a lo que pasa, pasó y pasará, en cuyo caso, objetivo conseguido.
En cualquier caso, me ha gustado mucho. Desde el planteamiento inicial de la investigación policial entrelazada con viajes en el tiempo, Minority Report elevado al máximo exponente, hasta la resolución final, que es una revuelta de tuerca de bucles temporales y universos concurrentes que te deja exhausto. Si te gustan las historias de viajes en el tiempo y no te importa que el disco duro eche algo de humo, esta es una novela más que recomendable.
Comentarios
Publicar un comentario