Ir al contenido principal

Exhalación | Ted Chiang

Valorar antologías es algo que siempre me ha parecido harto complicado. Incluso cuando todas las historias vienen de la pluma de un mismo autor, la varianza en temática, estilo, calidad y longitud, o simplemente el cómo estas encajan con mis gustos y apetencias, me hace imposible formular una opinión coherente del libro en su conjunto. 

Es como las cajas de galletas surtidas. Están las que todo el mundo quiere y vuelan nada más abrirlas, y luego están las de coco y jengibre —o lo que sea que no os guste en casa—, que nadie quiere, algún pobre ingenuo se atreve a probar, sale escaldado y acaban revenidas en la misma bandeja que venían hasta que alguien se decide a tirarlas. 

Con los libros lo que suele ocurrir es que marco el índice, por si algún día le presto o recomiendo el libro a alguien, poder remitirle a mis notas e indicarle qué historias merecen la pena y cuáles puede saltarse sin miramientos. 

Ese, me alegra decir, no ha sido el caso con Exhalación

Exhalación Ted Chiang

Por supuesto, hay historias que me han gustado mas y otras que me han gustado menos, pero lo importante es que la colección en sí me ha parecido muy sólida. Las historias buenas son francamente buenas, y las no tan buenas no son de esas que no querrías tocar ni con un palo. Siento que no me han colado ninguna de relleno para engordar la cuenta de páginas, que es algo que valoro mucho.

La primera historia, del alquimista y los viajes en el tiempo autoconsistentes, me ha parecido bastante normalita. Está bien, pero no me aporta nada que no haya visto antes. Y hay otro par que ni fu ni fa, pero hasta ahí llegan las malas noticias. 

Exhalación, la historia que brinda su título a la antología, sobre un robot que disecciona su propio cerebro para descubrir cómo funciona su memoria, es brillante. Es creativa, original, ingeniosa, evocadora, te sorprende, te da que pensar... Es todo lo que una historia historia corta debería ser y el motivo por el que leo ciencia ficción. Es perfecta.

Hay otra sobre unas maquinas capaces de enviar una señal eléctrica un segundo atrás en el tiempo, que con apenas diez páginas parece una tontunita, pero ha dado largo y tendido que hablar en mi grupo de lecturas. Y la de las mascotas digitales, que con cien páginas podría haber sido una noveleta de pleno derecho, me ha encantado. Es sorprendente la cantidad de situaciones que logra generar partiendo de esa idea, y cómo la historia va evolucionando, entrelazando dilemas de innovación y obsolescencia tecnológica, con otros puramente emocionales.

Luego hay una sobre una realidad alternativa donde hay evidencias científicas de la existencia de dios y el creacionismo, que como ejercicio de imaginación me ha parecido fascinante. De esas de leer despacio y pararse a pensar. Y finalmente, la antología termina por todo lo alto con una historia fascinante sobre realidades paralelas y un grupo de terapia, tipo alcohólicos anónimos, para gente obsesionada con la vida de sus "yos paralelos". Es una historia fascinante sobre culpabilidad, envidia y perdón, sobre libre albedrío, causa y efecto y el carácter de nuestra propia naturaleza. ¿Qué actos son propios de ti? ¿Cuáles son un accidente fruto de las circunstancias? Buenísima. 


Dicho todo esto, lo que más me ha gustado de la antología —comparándola sobre todo con La Historia de tu Vida, del mismo autor—, es que tramas y personajes no son un mero vehículo para exponer una idea, sino que los tres elementos se integran entre sí para darnos premisas creativas y situaciones que estimulan nuestro cerebro e imaginación, acompañadas de un personaje con quien poder identificarnos o de una carga emocional que logre llegarnos a la patata. Muy, muy recomendable.  

Comentarios