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Goodbye, things | Fumio Sasaki

Me gustaría empezar dejando claro que este libro queda muy fuera del círculo de mis lecturas habituales, y que no estoy yo aquí para defender o criticar el minimalismo, sino para hablar del libro. Eso sí, en honor a la temática, trataré de ser breve e ir a lo esencial.


El libro, creo, plantea casos y estilos de vida muy extremos —véase vivir cual nómada sin hogar, con todas tus posesiones en una mochila, o usar una única bayeta en casa, la misma para la cara, los muebles, los platos o al salir de la ducha—, o que solo son de aplicación en determinados ámbitos, ya sean estos la propia cultura japonesa, o el hecho de vivir en zonas urbanas con multitud de servicios a tu disposición.
Dicho lo cual, y sin necesidad de llegar a los extremos que alcanza el autor, creo que plantea puntos muy válidos sobre nuestra tendencia a acumular cosas, a no tirar nada, a comprar por el mero hecho de aparentar y a consumir en exceso. 
El capítulo 3, en concreto, ofrece pequeños consejos o formas de ver las cosas, que pueden ayudarnos desprendernos de un montón de trastos. Yo lo he estado leyendo en previsión de una futura mudanza, y hay un montón de cosas que me van a acompañar al montón de los donativos, no al camión de la mudanza. 
Por supuesto, hay consejos o ideas que he rechazado, por un motivo u otro —ni de broma me desprendo yo de todos mis libros, como ha hecho el autor—, pero la gran mayoría, como mínimo, me han dado qué pensar, y quizá han cambiado un poco mi forma de ver las cosas que me rodean y que tengo en mi casa.

Personalmente, creo que el ya mencionado capítulo 3 es donde se haya el verdadero valor del libro, y es media hora de lectura que recomendaría a cualquiera, siempre con la coletilla de que no es necesario aplicar los 55 puntos que ofrece, solo aquellos que por A o por B te sean útiles, encajen contigo, y te ayuden a desprenderte de trastos; ni mucho menos es necesario llegar a los extremos que llega el autor. 
Los capítulos 4 y 5, así como el epílogo, llevan esta idea más allá, y hablan un poco de la felicidad, de apreciar el momento, del valor de experiencias frente a objetos, de calidad frente a cantidad, no solo en cosas, sino en personas y relaciones... todo ello temas interesantes, y que no está de más leer. 

La parte del libro que no puedo recomendar —yo estuve a un tris de dejar el libro—, son el prólogo y los dos primeros capítulos. Resultan pretenciosos, presentan casos absolutamente descabellados, y ofrecen unas relaciones de causalidad que rondan el autoengaño. 
Esos diez-veinte lamentables minutillos aparte, toto lo demás son dos o tres horas de lectura que creo pueden merecer la pena. O si queréis ir a lo verdaderamente minimalista y esencial, el capítulo 3 se lee en media hora, y es de lo mejorcito de libro. 

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