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Las Múltiples Vidas de Stephen Leeds | Brandon Sanderson

¿Os ha pasado alguna vez que lleváis un tiempo sin leer nada de un autor que os gusta mucho y empezáis a pensar si no lo tendréis idealizado, y entonces leéis algo suyo, y os dais cuenta de lo bueno que es? Pues esa ha sido mi sensación con este libro. 

Stephen Leeds Legion Brandon Sanderson

Las Múltiples Vidas de Stephen Leeds, sin embargo, no se parece en nada a otras novelas de Sanderson. Es breve, directo y con un ritmo trepidante. De hecho, es una compilación de tres relatos cortos (Legión, A flor de piel y Las Mentiras del Contemplador), en torno al mismo protagonista, cada uno como un caso independiente en una serie policiaca, pero que se alimentan entre sí y forman un arco narrativo cohesivo, con su principio y su más que satisfactorio final. Y tampoco es ciencia ficción, ni fantasía, sino que se ambienta en el presente contemporáneo.

El libro incorpora elementos de múltiples géneros —novela policiaca, comedia, tecno thriller futurista, y estudio psicológico—, pero todo gira en torno al protagonista, Stephen Leeds, y su particular psicosis. Stephen es capaz de compartimentalizar su psique en lo que él llama aspectos: personas imaginarias que solo él puede ver, y con las que puede hablar e interactuar físicamente. Uno es su calma, otro su capacidad de interactuar con personas, otro su instinto de preservación, otro su capacidad de observación, otro sus conocimientos de física, o de medicina, y así hasta cuarenta y pico. 

Esta disociación, por llamarlo de alguna manera, hace la investigación y la resolución del misterio mucho más interesante. Como una especie de Sherlock Holmes moderno, en el que podemos presenciar el diálogo entre las distintas partes de su cerebro y el modo en que va razonando, rebotando ideas entre los distintos aspectos. Y al mismo tiempo, está disociación del protagonista aporta un toque de humor a la novela. No solo por todas las pullas que los aspectos se lanzan entre sí  —y que no olvidemos, no dejan de ser cosas que el protagonista se está diciendo a sí mismo—, sino porque todos los aspectos tienen alguna tara. Igual que ha compartimentalizado sus conocimientos, Stephen compartimentaliza sus psicosis. Así, uno de los aspectos tiene germofobia, otro miedo a los espacios abiertos, otro es un paranoico, otro un megalómano que se cree rey, y así hasta los cuarenta y pico. 

Todo ello en suma hace una lectura de lo más divertida y entretenida. Y aún no he empezado a hablar de los casos. Cada uno de ellos gira en torno a algún dispositivo tecno-futurista, que podría revolucionar el mundo y la sociedad. Pero el libro va más allá del mero "los malos lo tienen y Stephen tiene que recuperarlo", sino que explora y reflexiona las posibles aplicaciones, beneficiosas y perniciosas, del aparato, y sus consecuencias a corto y largo plazo. Y sin entrar en detalles, que no quiero estropear la sorpresa, dejadme que os diga que, para una novela tan corta, hay reflexiones bastante profundas en estas páginas. 


No me extiendo mucho más, que la novela es corta y la reseña no puede ser larga. Lo más importante, y lo que hace a este libro especial, es la particular psicosis del protagonista. Si os llama la atención, con lo poquito que he contado, os invito a leerlo. De hecho, esta es una de esas lecturas ligeras, pero con mucho fondo, que recomiendo a todo le mundo. Un éxito. 

Ah, ah, y que no se me olvide. Quiée haya hecho las ilustraciones de principio de capítulo, todas distintas, pero relacionadas entre sí, es un absoluto genio. 

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