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La Quinta Estación | N. K. Jemisin

Las credenciales de este libro son impresionantes, todo hay que decirlo: la trilogía de La Tierra Fragmentada tiene el privilegio de poder decir que ha ganado el premio Hugo tres años consecutivos. Debieron de ser años flojos para el premio, porque el libro está bien, pero dista de ser una obra maestra. 

Quinta Estación Jemisin

Empecemos por lo que no me ha gustado. Lo primero, el prólogo. Es muy largo para lo que ocurre y, sobre todo, viene a ser un bombardeo de información que bien podría haberse sacado de un libro de geografía e historia. El continente tiene esta pinta, y lo llaman así por esto, y las ciudades están aquí y allá, y sus gentes son de esta forma y... ¿no había otra forma mejor de introducir toda esta información? ¿tal vez dosificada a lo largo del libro?
Lo peor es que toda la información que nos da es irrelevante o de poca importancia. Todo lo que de verdad hace a la sociedad de este mundo diferente, lo descubrimos a lo largo del libro. ¿Por qué entonces tenemos que soportar esta lección de geografía nada más abrirlo?

Lo segundo, el libro está escrito en tiempo presente, algo de lo que no soy ningún fan, pero puedo aceptar. Pero es que uno de los tres puntos de vista además está escrito en segunda persona. ¡Segunda persona del presente! Dejad que cale el concepto. Si esto no viola las Convenciones de Ginebra, debería estar, como mínimo, prohibido y penado por ley, porque me duele el cerebro solo de leerlo. Como mínimo deberían advertirlo en la portada, como con el tabaco; "Precaución, leer este libro escrito en segunda persona puede acortarle la vida". Será que tengo una mente muy débil... 

Por fortuna, una vez que te sobrepones al prólogo terrorífico y te acostumbras a la infame narración en segunda persona, hay una buena historia detrás. El libro mezcla muchos elementos de fantasía con algo de ciencia ficción (aunque imagino que las secuelas se inclinarán más hacia la ciencia ficción) para crear un mundo hostil, sacudido por terremotos, tsunamis y todo tipo de desastres naturales, pero también lleno de misterios, como obeliscos que flotan en su órbita, poderes sobrenaturales, y otras criaturas de fantasía
En este mundo, habitado en su mayoría por humanos corrientes, están los orogenes, humanos con el poder de controlar y subyugar la fuerza de la tierra, evitando los cataclismos, pero también con la capacidad para destruir cuanto les rodea; y los guardianes, aún más misteriosos y con poderes opuestos, que les mantienen bajo control. Y es en estas dualidades es donde el libro destaca. Constantemente nos hace enfrentarnos a una sociedad en la que el utilitarismo y la supervivencia a cualquier precio, se anteponen a la humanidad. Congregar a los útiles, expulsar a los inútiles, ese tipo de mentalidad. 

El libro está plagado de escenas duras (es casi una tragedia, más que una novela de épicas aventuras, y no en vano empieza con el apocalipsis y con una madre que ha perdido a su hijo), pero no digo que sean duras porque sean desagradables de leer, o porque estén pobladas de violencia. Son duras porque te hacen darte cuenta de lo inhumano del trato al que se someten unos a otros, de la injusticia; ves perfectamente que usan a las personas como objetos, únicamente por su valor práctico, pero al mismo tiempo piensas que, en aras de la supervivencia, en esas situaciones tan límites... tal vez... podría estar justificado.

La narración sigue a tres personajes, tres orogenes, Damaya, una niña que acaba de descubrir sus poderes, Sienita, una orogén en formación a la que envían en una misión junto a un maestro un tanto discordante, y Essun, una madre que acaba de perder a sus hijos tras el apocalipsis (obviamente en otra línea temporal, pues es posterior al apocalispis).
De todas ellas, la historia de Sienita es la más interesante con diferencia, no solo porque sea donde está toda la aventura, la magia, el aprendizaje, la acción y, bueno, todo; sino porque es a través de ella como vemos las dos caras del Fulcro, la organización que controla a los orogenes, y la crueldad a la que se puede llegar bajo el pretexto de la supervivencia. Ella cree fervientemente todo lo que la han enseñado, mientras que su nuevo maestro la (y nos) va revelando las mentiras o las medias verdades que hay tras esas lecciones.

Damaya por el contrario, aporta poco o nada a la historia, y la autora lo sabe, porque rápidamente desaparece de escena y vuelve solo puntualmente para introducir algún personaje aquí, o un lugar allá. El sistema de magia no tiene tantas reglas como para que merezca la pena un personaje al que le enseñan todo de cero. Es mucho más interesante un personaje como Sienita, que ya ha aprendido el dogma, y ahora, cuando por primera vez atraviesa las paredes de obsidiana de su mundo, tiene que contrastarlo con la realidad.  

Essun está a medio camino entre las dos. Es un personaje más maduro, más cínico. Es la única de las tres que vive el apocalipsis, y a través de la que podemos ver cómo reacciona la sociedad al mismo. Nos muestra visiones del sistema de castas y del orden social de las comunidades que escapaban a los ojos de Sienita, pero aparte de eso... pues es la típica historia postapocalíptica de un padre que hace lo que sea por recuperar/proteger a sus hijos. Nada nuevo bajo el sol. Al final es el personaje que lo une todo y entrelaza las historias, pero hasta entonces, pues es eso, una madre deambulando tras el apocalipsis en busca de su hija, conociendo a otros supervivientes... lo habitual.

En un momento dado, cerca del final, hay una gran revelación, que entiendo que si no te la has visto venir te deja con la boca abierta, pero a mí me pareció que estaba claro casi desde el principio. ¿Se considera spoiler hablar de algo que es tan obvio? Bueno, no voy a decir nada, por si acaso. 
Lo cierto es que el libro termina con más interrogantes que respuestas, y pese a lo mucho que hemos descubierto junto a Sienita, da la sensación de ser un preludio a una historia de mayores dimensiones que está por venir. Cuando finalmente las tres historias se hacen una, nos hemos asomado un poco a los secretos de este mundo, sabemos cuáles son las preguntas que hay que hacerse, pero estamos lejos de conocer la totalidad de las respuestas. 

En resumen, una vez te sobrepones a la narración en segunda persona, la historia y los entresijos del mundo están muy bien, especialmente la parte que corresponde a Sienita. El final deja muchas preguntas abiertas y no cierra nada, así que supongo que eventualmente me leeré la segunda parte, porque me he quedado con la intriga, y porque realmente creo que el conflicto entre frío utilitarismo y empatía da pie a un universo muy interesante, pero ahora mismo necesito que mi cabeza se recupere de esa lectura en segunda persona. 

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