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El Príncipe Cruel | Holly Black

El Príncipe Cruel es la primera entrega de la trilogía de Los habitantes del aire y, sin perder de vista que es una novela juvenil (muy muy juvenil), no está nada mal. No es como otras YA que he leído recientemente, que si las lees sin estar en pleno desorden hormonal, son para arrancarse los ojos. 

Principe Cruel Holly Black

El libro sigue los pasos de Jude, una humana en el mundo de las hadas, y hace un gran esfuerzo por mostrarnos un mundo mágico, donde todo y todos son son hermosos, coloridos, brillantes y maravillosos. No es uno de esos libros que te describen las cosas al principio y nunca más.  Si leyeses cualquier capítulo del libro, sin ningún tipo de contexto, sabrías que este mundo tiene algo de fantástico. Constantemente hay recordatorios de que este no es el mundo real, que es un mundo de hadas,  donde la fruta puede hacerte enloquecer, y la música es tan hipnótica que si no te paran danzarías hasta morir. 
Pero al mismo tiempo y no precisamente de forma sutil, nos va mostrando que tras esa fachada de luces y colores, la sociedad de las hadas está podrida hasta la médula, alcanzando terribles niveles de crueldad. 
De hecho, durante la primera mitad, el libro trata sobre un caso flagrante de abuso escolar y crueldad adolescente, en el que dos hermanas tratan de soportar la discriminación y los abusos por parte de sus compañeros, cada una a su manera: una se deja hacer y espera que se aburran, mientras que la otra decide plantar cara. 
Creo que el tema se trata muy bien y se presenta de tal manera que, aunque estemos en un mundo de hadas, como el foco está puesto en las personas y su forma de lidiar con la situación, y no en los medios mágicos que emplean para ello, el mismo conflicto podría haberse presentado en un instituto cualquiera. Es una de las mejores secciones de la historia, y una que te deja dándole vueltas a las cosas cuando dejas reposar el libro.

La segunda mitad de la trama gira en torno a una intriga palaciega con la sucesión del rey de las hadas, que es decentilla como mucho. No está mal, pero mucho misterio no hay, y los tejemanejes e intrigas distan mucho de ser sutiles o elegantes. Falta el típico personaje astuto y de lengua afilada habitual en este tipo de tramas, engatusando a unos, embelesando a otros... al ser Jude una ciudadana de segunda en el mundo de las hadas, no tiene acceso ni relación a los principales elementos de la intriga política, y al ser el suyo el único punto de vista del libro, la trama sufre en esta parte.
Solo se recupera un poco cuando ella toma el timón de los acontecimientos, llevándonos a un giro final completamente inesperado en el que nadie gana, pero que aún así, resulta ser el menor de los males. 
Es como cuando estas por ahí con amigos, y como nadie decide y a todos les da igual donde ir, por no llevar la contraria o imponer su criterio, o por no hacer algo que a otro no le apetece, acabas cenando en el Burger... ese tipo de final. 
Puede parecer anticlimático, y seguramente sea una excusa para enganchar con el siguiente libro, pero creo que encaja muy bien con la crueldad que se nos ha mostrado a lo largo de la historia, y con esa temática que se planteaba al principio, de la inevitabilidad, de que no hay una salida en la que todos terminen sonriendo, de que da igual si luchas o no haces nada, alguien va a salir mal parado.

Y como es un libro adolescente, toda la trama se entreteje con una historia de amor que es posiblemente lo peor del libro: no hay química entre los personajes, resulta forzada, no aporta nada a la historia, más bien le resta, aparece tarde y mal, y cuando lo hace, destroza todo el trabajo que se había hecho al principio con el tema de los abusos... muy mal. 
Por supuesto, también tenemos el obligatorio triángulo amoroso, no nos vaya a faltar en una novela adolescente, y la obligatoria pelea con la mejor amiga en la marca del 75%, que se resuelve minutos antes del conflicto final. Obligatorio todo por contrato. 
De estas tramas secundarias, la de la relación con la hermana (que adopta el rol de mejor amiga en esta historia) es la más interesante, porque plantea una pregunta importante: ¿hay que ser leal a la familia, solo porque sean de tu sangre, hagan lo que hagan?

Lo último que me gustaría comentar, y que es algo que me ha gustado mucho, es la forma en que la autora establece al principio las reglas de la magia y el mundo de las hadas, y luego las emplea una y otra y otra vez. No es uno de esos libros donde te sueltan algún detalle fantástico sobre el mundo, para luego no volver a ser mencionado más que de pasada y no afectar al comportamiento de los personajes en lo más mínimo. No.
Aquí las hadas tienen magia, y son inmortales, y todo lo que tu quieras, pero no pueden mentir. Por eso, son muy literales, muy cuidadosas en el uso de las palabras. Y no es algo que aparezca cada vez que la trama lo necesita; cada vez que un faérico abre la boca, puedes ver como usa las palabras de una forma caprichosa, diciendo cosas que son estrictamente ciertas, pero esconden un engaño.
Pueden estar hablando un personaje cualquiera, y uno de ellos dice, "A él yo nunca le haría daño" y el otro se siente seguro, porque no puede mentir. Pero no ha dicho a qué "él" se refiere su frase ni para qué "él" es cierta. 
El libro juega mucho con este concepto y se nota que está muy cuidado. Y de nuevo tengo que decirlo, ojala hubiera habido un personaje más metido en las intrigas palaciegas, porque jugando con esta idea, de que no se puede mentir, y todo cuanto dices puede ser categóricamente cierto, con todo un elenco de personajes retorciendo las palabras, y nuestro héroe tratando de desentrañar sus mentiras y posibles significados, podría haberse hecho algo muy muy chulo.
Además, Jude es humana, Jude puede mentir, Jude puede prometer y no cumplir. Lo tiene fácil para engañar a la gente. Un faérico, por otro lado... me hubiera gustado ver como un fáerico manipulaba a todos al final. 

Como he dicho, el libro tiene partes buenas y partes malas. Si hubieran obviado la historia de amor y todas las pamplinas asociadas, seguramente hubiera sido mucho mejor. La parte en la que Jude está en el centro de la escena, con los abusos y todo lo que ocurre al final, está muy bien. Pero la parte de las intrigas, cuando ella está en la periferia y apenas alcanza a ver que está pasando, se hubiera beneficiado mucho de un segundo punto de vista, tal vez de alguno de los personajes de noble cuna.
En cualquier caso, un buen libro de literatura juvenil; desde luego no para mí. No me queda interés alguno por leer la segunda parte, pero aunque no sea un libro que recomendaría fervientemente, tampoco es un libro que, si viera que te lo vas a leer, tratara de disuadirte. 

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