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Killing Moon (Dreamblood #1) | N. K. Jemisin

Estoy tan impresionado con este libro, que no se realmente por donde empezar. No es particularmente extenso ni complejo, apenas tiene un puñado de personajes, pero tiene una profundidad y una atención al detalle que está a otro nivel. 

Killing Moon Jemisin

La historia sigue una trama de intriga política sin grandes sorpresas. No entro en detalles, pero os hacéis a la idea: espías, traidores, conspiradores, tortuosas alianzas, lealtades en conflicto... 

El primer factor diferenciador del libro es la ambientación, inspirada en el Antiguo Egipto. No sé vosotros cuántos libros de fantasía habíais leído con esta ambientación, pero para mí es el primero. Y no es una mera capa de pintura para evitar caer en el recurrente medievo europeo. Las páginas rebosan con detalles, ideas e imaginería que no podría funcionar en otra ambientación.

Pero si aquí hay un protagonista, si hay algo que eleva el libro por encima de los demás, es el sistema de magia. No solo por la originalidad —está basado en los el poder de los sueños y en ver la muerte como la última piedad—, sino por cómo este sistema de magia lo influye y condiciona todo: el mundo, la sociedad, la religión, la política, la medicina, la cultura, la moral de los personajes... todo. No es un medio para un fin, ni una mera habilidad en manos de los personajes. Es un poder en torno al que necesitas estructurar toda una sociedad. Es parte integral del mundo y de la trama que, sin la magia, no podrían funcionar.

He intentado resumirlo, pero llevaba escritos cuatro párrafos bien largos y aún me quedaban cosas que contar.  No porque sea complejo o difícil de entender, sino porque está tan íntimamente ligado con cada aspecto de la vida en este mundo que es difícil reducirlo a unas pocas frases sin perder los matices que lo hacen tan interesante. 

No se puede explicar la magia de este libro sin explicar la cultura y la sociedad del mundo. Está tan bien planteado que permite tratar temas clásicos de la fantasía como la ambición, el poder, la guerra y el sacrificio, con otros tan actuales como la eutanasia, la seguridad social, o el uso de fármacos y medicamentos como medio de control. 


Ya os digo que es un libro fascinante y lo recomiendo encarecidamente a todo lector de la fantasía que le guste un buen worldbuilding. La historia y los personajes puede que os gusten más, puede que os gusten menos, me da igual. Pero la magia, el mundo que ha creado la autora y cómo estos interactúan entre sí, es alucinante. 

En mi edición viene una entrevista al final del libro en la que la autora habla de toda la documentación y el trabajo que ha hecho para crear el mundo y es... pues eso, otro nivel. La tía ha calculado incluso los movimientos de los cuerpos celestes que aparecen en el libro, porque la historia no transcurre en un planeta, sino en una luna que gira en torno a un gigante gaseoso... en fin, os hacéis a la idea del nivel de atención al detalle que hay tras la novela. 

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