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The Employees | Olga Ravn

Este es un libro muy corto y, decididamente, muy raro. 

Partiendo de la premisa de una nave espacial, cuya tripulación está compuesta por personas y androides, el libro explora los límites entre lo humano y lo artificial. Hasta ahí nada nuevo. Hay unos objetos alienígenas, que la tripulación ha recogido de un planeta para estudiarlos, y que sirven como desencadenante de la trama, pero sin tener mayor trascendencia. 

Employees Olga Ravn


Lo que hace este libro tan diferente, es su formato. No hay diálogos, ni capítulos, ni protagonistas, ni personajes en el sentido estricto de la palabra, pues apenas llegamos a conocerles. La historia está contada a través de unas entrevistas o encuestas de opinión, o de satisfacción con el trabajo, en las que cada personaje cuenta lo que le viene en gana contar, en respuestas que van desde una línea, hasta una o dos páginas.

En estos testimonios, solo vemos las declaraciones del trabajador; ni las preguntas iniciales del entrevistador, ni las respuestas que este pueda dar a las preguntas que los personajes le plantean. Nunca sabemos a quién pertenece el testimonio, si a un personaje nuevo o uno de quién ya hemos oído con anterioridad. Muchas veces, no sabemos si quién habla es humano o androide. Y por si eso fuera poco, los testimonios no están necesariamente en orden cronológico. 

Lo cual, y esto no deja de sorprenderme, no impide que nos hagamos una idea muy clara de lo que está ocurriendo, y de los dilemas y conflictos que sufre la tripulación. 


Lo que hay que tener claro, es que este no es un libro para leer de corrido, esperando que sea él quién proporcione las respuestas. El libro toca temas toca complejos e interesantes como prosaicos, relacionados con la vida, la muerte, el trabajo, y las relaciones sociales; y deja muchas preguntas abiertas para la reflexión o interpretación del lector. 

Por poner un par de ejemplos, hay un pasaje que me gustó mucho, sobre una inteligencia artificial tan avanzada como para tener sentimientos, pero que ansía deshacerse de ellos, porque reducen su productividad. U otro, en el que se plantea la pregunta de si una inteligencia artificial sueña cuando está apagada, o si el estado apagado es por el contrario, equivalente a la muerte. 

Este es un libro para leer despacio y hacer una pausa al final de cada testimonio, para reflexionar y dejar que cale lo que acabas de leer. Del mismo modo, creo que sus escasas 130 páginas tienen mucho más que contar de lo que aparenta a simple vista. Al terminarlo, me he quedado con ganas de desencuadernarlo, ordenar los testimonios en orden cronológico, y volver a leerlo. Y de tratar de dilucidar a que personaje corresponde cada declaración, para desentrañar aún más los entresijos de esta historia. 


Sea o no un libro al uso, me ha gustado mucho, y al ser tan cortito, puede que incluso lo vuelva a leer (cosa que raras veces hago), porque esto absolutamente convencido de que es de esos que, en cada lectura, descubres algo más. Eso sí, la portada me genera una incomodidad indescriptible. ¿Cómo se les ocurrió poner ese cuadrado encima del título? 

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