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Jade Legacy (Green Bone #3) | Fonda Lee

Tremendo final para una saga que, para mí, ya se ha convertido en uno de los grandes descubrimientos del año. Es de admirar cómo, libro a libro, Fonda Lee es capaz de perfeccionar su prosa, crear una trama más ambiciosa que en el anterior, innovando, haciendo avanzar el mundo y los personajes, pero manteniéndose fiel a lo que hacía el primer libro tan especial. 

Jade Legacy Fonda Lee


A diferencia de los dos libros anteriores, cargados de acción y que transcurrían a lo largo de uno o dos años, este libro tiene una mecha mucho más larga, que me recuerda a la Trilogía del milenio de Kenn Follet. La acción de Jade Legacy se distribuye a lo largo de dos décadas, con abundantes saltos, flashbacks y elipsis temporales; algo que la autora gestiona a la perfección: cada salto en el tiempo va a acompañado de un cambio de perspectiva, y a veces incluso de ubicación geográfica, y los personajes constantemente hacen comentarios o reflexionan sobre lo que ha ocurrido en el tiempo transcurrido entre capítulos, de forma que en ningún momento el lector llegue a sentir que la historia avance realmente a saltos, sino de forma orgánica y natural. 

Tampoco he sentido en ningún momento que me estuviera perdiendo información, o que los acontecimientos se desarrollaran fuera de escena. Y en veinte años da tiempo a que pasen muchas cosas y a que la vida de muchas vueltas. Eso sí, el libro, no es tan trepidante como los anteriores. Pasan muchas cosas, y hay grandes momentos de acción, o de potente carga emotiva, pero siempre intercalados con secciones más lentas, de trama e intriga, en la que tanto los personajes como la autora, como maestros ajedrecistas, van colocando sus piezas en posición, tejiendo las relaciones y rencillas entre los personajes. 

Toda esa urdimbre de lealtades, traiciones, planes, chantajes y secretos, por supuesto, tiene su recompensa, en un final abrumador. El libro va ganando ritmo paulatinamente, a medida que avanza la trama y las cosas se complican, pero las últimas cien páginas son de coger el libro y no poder soltarlo. Y el final... no tengo palabras. Se me ha escapado casi una lagrimilla, no digo más. Es casi poesía la forma en que todo encaja en su lugar al final, sin dejar un cabo suelto, sin dejar a nadie de lado. 


Una vez más, no puedo sino recomendar encarecidamente este trilogía, que, sin conocerla de nada, me he empezado y terminado en estos seis últimos meses, y que puedo afirmar con seguridad, estará entre mis mejores lecturas del año. 

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