Cuando empecé este libro, lo hice con el corazón dividido. Por un lado, estaba deseando regresar al mundo de La Primera Ley, y ver qué había sido de Jezal, Glokta y compañía. Por otro lado, temía que el relevo generacional no hiciera sino recordarme cómo los viejos personajes eran mejores que los nuevos. Por suerte, mis temores eran completamente infundados y el libro me ha encantado.
La historia tiene lugar varias décadas tras los eventos de La Primera Ley, y tiene como protagonistas a los descendientes de los personajes de esa primera trilogía: Orso, el hijo de Jezal, Sabine, la hija de Glokta, Ikke, la hija del sabueso...
Pero no son lo los protagonistas quienes han cambiado, sino también el mundo, que se encuentra en plena revolución industrial, con decenas de trabajadores a paso y medio de un levantamiento armado. El libro hace maravillas para sumergirnos en este conflicto, mostrándonos todas sus caras, las mejores, y las más feas; todos los puntos de vista, todas las buenas intenciones, y toda la brutalidad sin sentido. Hay un capítulo bastante largo hacia la mitad del libro, en que la acción y punto de vista van saltando de un personaje a otro a lo ancho de una plaza, que es simplemente brillante. Topos participan de los mismos sucesos, pero no hay dos que los vean de la misma forma, o que estén allí por los mismos motivos. Absolutamente genial.
Todo esto sin dejar de lado la constante guerra sin aparente beneficio que se libra desde siempre en el norte, y haciendo hueco para un poco de misterio, ¿Quién es la hilandera? ¿o tal vez sea el hilandero? ¿Es Bayaz quien anda moviendo los hilos?
Para el papel central que tuvo en la primera trilogía, el primero de los magos se encuentra bastante ausente de este libro, lo cual me ha gustado. Prefiero que la trama gire entorno a los conflictos de los personajes, que entorno a artefactos mágicos, dioses, demonios y conflagraciones mágicas. Prefiero al Bayaz político y manipulador, que al Bayaz hechicero, y creo que ese es el caso que tenemos aquí. Esa sonrisa suya al final del libro... uf, los pelos como escarpias.
Y hablando de los personajes, me han encantado. Pensaba que iba a echar de menos a la vieja banda, o que iba a ver a los nuevos como sombras de lo que ellos fueron, pero todos tienen su encanto y personalidad propia, más caracterizada por defectos que por virtudes, pero eso es algo habitual en el autor, y que me gusta mucho.
Uno de los que más me ha gustado es Clover: cínico, holgazán, pasota, traicionero... y sin embargo, uno de los norteños con más sentido común. Es una dualidad que me encanta, como Logen en el primer libro, que era el más sanguinario del grupo, un bárbaro del lejano norte, pero también era el más sensato.
El papel dominante de los personajes femeninos, del que mucha gente habla, es algo que está ahí, pero no es necesariamente algo que el libro fuerce o te restriegue en la cara como si fuera una serie de Netflix. Savine dan Glokta, Ikke, Finree dan Brock y Vick dan Teufel son personajes fantásticos por derecho propio, con personalidades y trasfondos mucho más complejas que simplemente mujeres en una posición de poder.
No hay un solo personaje que no me haya gustado. Ni uno. Ninguno que me haya parecido que esté forzado en al historia, o que sea muy simple y unidimensional, o que esté por estar. Algunos me han parecido unos idiotas malcriados, o unos cabronazos, o me han caído mal por el motivo que fuera, claro está, no todos son gente con la que uno pueda simpatizar, pero todos están muy bien escritos, con personalidades de múltiples facetas.
Y ahora, la pregunta del millón: ¿necesitas haberte leído la primera ley para disfrutar y entender el libro? Estrictamente hablando, no. Todos los protagonistas son caras nuevas, y en general personajes jóvenes que van a descubrir el mundo de la mano del lector. La historia no se apoya en ningún acontecimiento o secreto del pasado para su desarrollo, sino que plantea sus propios misterios y conflictos.
Ahora bien, lo vas a disfrutar mucho más si conoces todos los detalles de lo que vivió la generación anterior. La primera vez que Savine revela su apellido, no es lo mismo saber quién fue Sand dan Glokta, que no saberlo. Cuando Leo dan Brock idolatra a Nuevededos, no es lo mismo saber quién fue, qué hizo y cómo terminó, que no saberlo. Y cada aparición de Bayaz o Sulfur, física o por referencias, tiene un peso distinto si sabes de dónde vienen y qué clase de personas son.
Dicho lo cual, poco más tengo que añadir. El libro es fantástico. Me han encantado los nuevos personajes, me ha gustado la transición de una trama más centrada en magia y artefactos mágicos, a una gira en torno a conflictos sociales y dramas personales, y el libro hace una fantástica representación de las múltiples facetas de un levantamiento popular. Muy, muy recomendable. Yo, por mi parte, estoy deseando leer la segunda parte.
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