El diciembre pasado dije que mi mejor lectura de 2020 había sido Los Gigantes Dormidos; la evidencia fotográfica tiene que estar por ahí en Instagram. Un año después (el libro lo leí en junio), ¿está esta segunda parte a la altura? El primero me lo leí en tres tardes, y el segundo no se queda a la zaga. Lo empecé en domingo, y el miércoles ya me lo había ventilado.
Los Dioses Despiertan me ha sorprendido una y otra vez, desde los primeros capítulos de Rose, hasta la última frase del libro. No me esperaba para nada la dirección que han tomado los acontecimientos. Hay varios giros narrativos que el libro pasa así de refilón, pero que son de quedarse con la boca abierta, y revelaciones importantes, de mucho peso en la historia, o que venía anhelando desde hacía tiempo. Por no hablar de conversaciones absolutamente brillantes, especialmente con Alyssa, o las fábulas de Mr. Burns.
La trama empieza despacio, poniéndote en situación, pues han pasado diez años desde el final del libro anterior, y hay nuevos personajes que introducir. Sin embargo, llega un punto en que los acontecimientos se empiezan a precipitar y ya no puedes parar de leer. Es ese crescendo que los buenos libros suelen tener hacia el final, pero que aquí empieza en el primer acto, mete la directa, y ya no hace sino echar más y más leña al fuego.
Si me hubierais preguntado hace un año o dos, no hubiera dado yo un duro por este género pesudo-epistolar, con entrevistas, archivos y conversaciones grabadas, pero después de leer dos libros de esta saga y Guerra Mundial Z, voy a tener que empezar a declararme como fan.
Dicho lo cual, al aumentar la escala de la historia y el conflicto, pasamos de una historia muy humana en Los Gigantes Dormidos, centrada en un pequeño grupo de personajes, en la que el robot y los elementos de ficción son solo el telón de fondo, a una crisis de escala planetaria, en la que Themis y todos los elementos de ciencia ficción pasan a ocupar el papel protagonista.
Eso no hace que me haya gustado menos, y creo que es el paso natural al multiplicarse la dimensión del conflicto y avanzar la historia en la dirección que lo hace, pero es algo a tener en cuenta antes de coger el libro. Ya no es esa historia de ciencia y descubrimiento, con tres protagonistas en el foco, que en su día recomendé incluso para quien no le guste la ciencia ficción, sino que Los Dioses Despiertan toma el camino de una trama de ciencia ficción en todo su esplendor, de las que solo van a gustarte si te gustan las historias de alienígenas y robots gigantes.
Poco más tengo que añadir. El libro me ha encantado, y el único motivo por el que no me estoy leyendo la tercera parte ya mismo, es porque mi novia me lo ha requisado para leérselo ella primero.
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