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Darkdawn | Jay Kristoff

Menciono esto a modo de advertencia, oh, gentiles amigos, que Darkdawn tendrá el dudoso honor de ser el libro que me hizo no volver a leer a Kristoff. Nuncanoche, pese a los constantes flashbacks y las notas al pie, y aunque la premisa fuera calcada de Assassins Creed II, consiguió engancharme. Tumba de Dioses se inspiraba quizá un poco demasiado en Spartacus, y aunque seguía arrastrando los flashbacks y las malditas notas al pie, lo compensaba con la tensión y la intensidad de la trama. Pero este último... oh, menuda decepción. No tiene nada. Pero me estoy adelantando. 

Darkdawn Kristoff


Primero, las buenas noticias. El libro está escrito en una única línea temporal, empezando por el principio y terminando por el final. No más flasbbacks, no más empezar por la mitad, no más capítulos alternos entre el presente y el pasado, de los cuales la mitad te dan igual porque ya sabes a dónde llevan. Gracias. 

Y además, las notas a pie de página son mínimas (incluso desaparecen durante una buena parte) y cuando aparecen son para recordarte cosas que se introdujeron en libros anteriores. De nuevo, gracias. Porque las he probado en kindle con hipervínculo a un glosario al final del libro, en el libro físico a pie de páginas, y en audiolibro, que te las leen cuando llegan, y siempre, en todo formato, son molestas. Así que cuantas menos, mejor.  


Ahora sí, vamos con la trama. El libro empieza genial, justo donde lo deja el anterior, intenso, trepidante. Las primeras escenas con Mia y Jonnen, una persecución por Tumba de Dioses, un duelo con Hush y Solis, un épico rescate... vamos, un primer 10% brutal, con un ritmo digno de un final de libro. Incluso se desvela quién es el narrador de la historia, que era uno de los grandes interrogantes de la serie. 

Y entonces llegamos al infame capítulo 4. ¿Recordáis cómo hasta ahora no nos han explicado nada de los elementos sobrenaturales de este mundo? Pues hay que ponerse al día, y tenemos mucho que contar y poco tiempo, porque todo el sarcasmo y la acidez ocupan hueco, así que seamos eficientes. ¿Qué mejor forma de contar todo esto, que hacer que alguien se lo cuente todo a Mia, pasito a pasito, para que ella haga las preguntas oportunas, y que luego le aclaren los puntos más obtusos? Perfecto. 

Exposición disfrazada de dialogo es lo que es este capítulo. Quitas las frases de Mia y la ocasional descripción del entorno, y tienes listas para publicar en la wiki la entrada de mitología y la del sistema de magia. Qué... gran... capítulo...


Bueno, pero igual era un mal necesario, igual no había otra forma de condensarlo, o de irlo introduciendo poco a poco a lo largo de la historia. Igual es que van a pasar tantas cosas que tenían que meterlo así. Porque, ahora que nos han explicado todo, podremos seguir con la acción, ¿no? Claro. Claro que no... 

A partir de este punto, la historia sigue no con una, ni con dos, sino con hasta cinco tramas en paralelo: primero, la venganza de Mia, la trama principal de la serie... a la que vamos a dejar en el asiento de atrás y no vamos a volver a mencionar hasta dentro de... 200 páginas. Segundo, una misión de rescate, que pese a que todos sabemos que es una trampa, vamos a hacer de todos modos, y no vamos a preparar o planificar en absoluto. No tenemos tiempo para eso ahora, hay mucho más que contar. #sarcasmo

En tercer lugar tenemos toda la trama sobre mitología, dioses, destinos y demás, que cómo hasta ahora no había aparecido en absoluto, nos tienen que embuchar de la forma más forzada e inconsistente posible. Van en barco, la diosa de las tormentas ataca. No van en barco, no se vuelve a hacer mención a las tormentas. Encienden un mechero, la diosa del fuego ataca. Vuelven a acercarse a cualquier otro fuego... lo has adivinado, ni mencionar a la diosa.

Y en paralelo, tenemos las tramas secundarias: por un lado Mia tratando de ser una buena hermana mayor, que debo reconocer es una de las tramas más interesantes, por el conflicto que plantea entre ella y Jonnen (y no entro en detalles por evitar spoilers). Y por otro lado, el obligatorio triangulo amoroso. Porque no uno no introduce dos amantes distintos en los dos libros anteriores, si no va a crear un innecesario triángulo amoroso en el tercero para que nuestra heroína tenga que elegir. Además de que, por lo visto, el triángulo amoroso es obligatorio por contrato si quieres publicar literatura juvenil. ¿No? ¿No?


Y con todas estas líneas narrativas, aún así Kristoff consigue que durante trescientas páginas no ocurra nada interesante. Podrías terminar el capítulo 4, saltar al 30, y no te habrías perdido nada imporante.

Entre medias solo hay comentarios ácidos, comentarios sarcásticos, escenas de sexo (más sobre este tema luego), ocasionales peleas inconsecuentes para el desenlace, nuevos personajes secundarios también inconsecuentes para la trama, y escenas en las que los personajes discuten, se tiran pullas y se echan las cosas en cara de la forma más explícita posible, para que al buen lector no se le olvide todo lo que pasó en libros anteriores y todas las cuentas pendientes. Y varias veces, no vayamos a arriesgarnos. Nada mejor para un pasaje aburrido, que repetir cosas que ya sabemos de libros anteriores.

Incluso discute con Don Majo. Creo que no hay un solo personaje con el que Mia no antagonice en un momento u otro del libro. Se ve que, cuando te persigue el gobierno, el ejército, el rey de los piratas y una secta de asesinos, no hay suficiente tensión si los personajes no se crean unos cuantos obstáculos absurdos por sí mismos. Porque en toda esa primera mitad del libro, Scaeva, Drusilla, Solis, Matarañas y todos los villanos están tan desaparecidos en combate que hasta te olvidas de ellos. 

Que, hablando de obstáculos, digo yo, ¿cuántas veces pueden sorprenderles por la noche teniendo en cuenta que tres de ellos no necesitan dormir, y de esos tres, dos además son invisibles?


Y así llega el 50% del libro... y el 70%... y no ha ocurrido absolutamente nada, y estamos completamente inmersos en la fórmula de escena aburrida, sarcasmo, encontronazo entre personajes, comentario ácido, más sarcasmo, sexo, otro poco de sarcasmo, explosión de violencia, más sarcasmo y repetir. Y me aburro, y ya ni me acuerdo de qué era lo que querían hacer, porque todo eso se ha dejado al margen para lidiar con piratas, y dioses, y tormentas, y a los villanos ni se les ha visto ni se les espera...

Dicen que este libro ha decidido a los fans, que te gustará más o menos dependiendo de si preferías a Tric o a Ash... ¿QUÉ ME ESTÁS CONTANDO? Me importa un pimiento con quién acabe Mia, y un libro no te gusta o deja de gustarte por la forma en que se resuelve el triángulo amoroso. De hecho, salvo que sea una novela romántica, el triángulo amoroso ni siquiera debería ser tu trama principal... mucho menos su principal atractivo. 

El libro no me ha gustado porque la trama (o falta de ella) es un absoluto desastre: el primer 10% es excelente, pero le sigue un 60% de absolutamente nada, que el autor trata de llenar de comentarios sarcásticos y altas dosis de violencia; y no es suficiente. Y el final... 


Porque aún no hemos terminado, llegamos a la confrontación final. O la primera de las confrontaciones finales, en plural, porque cuando quieres vengarte de mucha gente, pero te pasas medio libro sin hacer nada, pues se acumula el trabajo. Y tengo que reconocer, que el recurso narrativo que se saca de la manga en la cuarta parte del libro me ha gustado mucho, y toda esa pelea, y las vueltas que da la cosa  me ha gustado mucho, aunque me hubiera gustado dedicar más tiempo al cara a cara con cada enemigo, no sé, quizá, más espaciados a lo largo del libro.

Por desgracia, luego la cosa se alarga, y cuando acaba la acción, el libro te mata con otro capítulo de pura exposición sobre dioses, y destino, y la historia de Cleo... Y esta vez ni lo disfraza de diálogo. Aelius habla, y habla y pese a que hay por lo menos diez personajes presentes en la escena, nadie dice nada. Alguna exclamación como mucho. Y tampoco es que sea ninguna revelación que lo cambie todo... no. Es información que esta bien para copiar y pegar, e ir dejando la wiki ya escrita a la vez que el libro, pero poco más. 


Y lo que queda, sinceramente, no tiene incertidumbre, porque el primer libro ya nos dijo cómo terminaba, no tiene interés porque llegas aburrido, por no decir hastiado, y tampoco es que el autor consiga hacerlo épico o trepidante, sino más bien predecible en cada paso.

Además, como los malos no han hecho nada en todo el libro, y pese a tenerlo todo a su favor, no parecen ser un obstáculo, tenemos que dar superpoderes al villano. Vale, guay. Pero luego el libro tampoco sabe qué hacer con esos poderes, no sabe darnos una buena pelea entre dos tenebros. ¿Y sabéis porqué? Porque no hay (no ha habido nunca) reglas respecto a lo que los personajes pueden hacer. Sí, lo sé, dos capítulos de pura exposición, y no han sido capaces de explicar cómo funciona la magia... lo se...

Pero es que el cara a cara final entre Mia y Scaeva es la pelea más insulsa que he leído nunca, y llamarla pelea es casi un eufemismo. El "duelo" no va y viene, no hay ataques y réplicas, no hay un punto decisivo en el que uno se impone gracias a un golpe de genio, no hay ese va y viene en el que no sabes quién va a ganar, o cómo va a salir nuestra heroína del atolladero. Todo el combate es el equivalente narrativo a contar cómo dos piedras chocan una contra otra hasta que una de ellas se rompe porque estaba algo más dura. 

¿Y he dicho como no hay un solo capítulo explorando el cambio físico y emocional que experimentan los personajes tras conseguir tanto poder? Para eso tampoco había tiempo. Scaeva y Mia se convierten en semidioses, chocan entre sí, y luego el libro simplemente... acaba. Sin más. Es como si el autor hubiera llegado con ganas; ni siquiera se narra desde el punto de vista de la protagonista... en fin...

Hay muchas historias que acaban con el héroe muerto (y sabíamos que Mia moría desde la primera página de el primer libro) y aún así alcanzan un final satisfactorio; hay muchas historias que terminan en derrota e impactante dramón; otros que lo hacen con un heroico y épico sacrificio. Este simplemente termina, sin más, dejándote en la más absoluta indiferencia. 

Y el giro del epílogo, en el que el narrador tiene el descaro de pedirte que no le llames mentiroso... mira, a esas alturas ya me da todo igual.


Y eso es todo. Un primer 10% excelente, seguido de un 60% de absolutamente nada, y un final decepcionante, ya no solo para el libro, sino para la serie al completo, que llega y te deja tal y como estaba. 

Pero he prometido que comentaría las escenas de sexo, y aún tengo alguna cosilla más que comentar. 

Las escenas de sexo... están... ahí, supongo. Tan incómodas o atractivas como en ocasiones anteriores, pero no aportan nada a la trama. No contribuyen a desarrollar o alterar la relación entre los personajes, no aportan nada nuevo, y simplemente están por estar (como casi todo en este libro), ocupando espacio que se podía haber empleado, no sé, en desarrollar más alguno de los elementos de la trama. 

Porque, y esto es algo que me sienta muy mal, esta es una de esas sagas que introduce conceptos solo porque suenan chulos, para luego abandonarlos por completo. Ya he mencionado lo de las diosas y cómo tan pronto como su escenita de gloria ha pasado desaparecen por completo, pero hay mas. 

¿Recordáis cómo Ash tiene tatuado en la espalda el mapa a la corona de la luna, un elemento clave de la trama, que se borra si la matan, y que por tanto, sin su cooperación, nadie puede llegar hasta allí? Nah... da igual, todos tienen buena memoria y pueden llegar sin problema. Y resulta que el mapa ni siquiera era tan preciso porque era una copia de la copia.

¿Los robots de Tumba de Dioses, reservados para casos de emergencia? Nada. ¿Lo de que los muchos fueron uno y lo serán de nuevo, y toda la odisea de encontrarlos, y el conflicto emocional de tener que matar a los otros tenebros para absorber su poder? Nada. ¿Toda la profecía de liberar al primero y cegar al segundo y el tercero, y todo eso? Nada, un capitulillo ahí al final, como se le hubiera olvidado, y ocurre porque sí, para que cuadre con la profecía, no porque haya un motivo justificado para ello. 

Y ya que hablamos de profecías y demás, ¿recordáis cómo Mia conseguía lo imposible gracias a su astucia, su ingenio, su fuerza de voluntad y una férrea determinación? Nah... resulta que era la elegida. Pues bien.


Y no puedo terminar sin comentar la metanarrativa. Sí, efectivamente, los tres libros de la saga existen dentro del universo de la misma, y los personajes los leen, e incluso hacen comentarios sobre ellos, sobre las notas al pie, y las critican, o las defienden... y no os lo perdáis, que en una penúltima vuelta de tuerca, las notas al pie empiezan a hacer comentarios sobre los comentarios que los personajes hacen sobre las propias notas al pie. 

¿Y sabéis que aporta todo esto a la trama? ¡Nada! Solo sirve para que Kristoff se de a sí mismo palmaditas en la espalda. 


En fin, que no quiero dedicar más tiempo a este libro, porque me cabreo solo de pensarlo. Espero, al menos, haber conseguido que no perdáis el tiempo y el dinero con él cómo he hecho yo. 

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