Un grupo de mercenarios retirados, viejos y achacosos, decide reunir a la banda para una última aventura. Esa es la premisa con la que abre este libro, dándonos una perspectiva ya de por sí bastante original para el género de aventuras y fantasía, donde lo que abunda es el protagonista joven e intrépido, y no el veterano reticente.
Pero lo que lo hace del libro algo diferente es el estilo cínico y socarrón con el que está contado, con un protagonista que está ya más que de vuelta de todo, parco en palabras y más dado a encogerse de hombros y encajar puñetazos que cualquier otra cosa.
Escribir humor es muy difícil, y como toda obra que depende de ello, este no es un libro que vaya a funcionar para todo el mundo, pero si el tono encaja contigo, te esperan seiscientas páginas de pura diversión. Los personajes, sus excentricidades y las relaciones entre ellos son divertidísimos. Especialmente el mago.
En concreto, creo que puede funcionar muy bien para lectores que ya tengan una edad, cuyo grupo de amigos se haya ido disgregando con los años y los niños, y empiecen a ver con cierta nostalgia las anécdotas de su juventud.
Aparte de eso, la trama es bastante normalita. Casi parece que se hayan ido añadiendo cosas sobre la marcha, según venían a la cabeza, más como una partida de rol que se extiende más allá de los planes iniciales del DM que como la trama de una novela. Van saltando de complicación en complicación, cada cual más variopinta, pero salvo por el villano principal, no hay una continuidad entre ellas. De hecho, no me sorprendería nada si en su génesis, esta novela hubiera sido una partida de rol jugada por Eames y sus amigos.
Hay un par de tramas secundarias entretejidas con la aventura principal, pero resultan bastante predecibles y sirven más como medio para crear situaciones hilarantes que otra cosa. Un personaje está empeñado en que cierta criatura existe, todo el mundo le vacila por ello, hasta que tadá, tadá, ¿Qué es eso que baja trotando por la ladera?
Todo esto le resta un par de puntos a la novela, pero realmente no importa, porque son el carisma de los personajes y el tono humorístico de la narración, y no la historia en sí quienes llevan la novela a hombros.
El final, eso sí, en el que los héroes tienen que usar su fama y no su fuerza para triunfar, me ha parecido una pasada.
En suma, el libro me ha gustado mucho, me lo he pasado genial escuchando el audiolibro, pero no es uno que recomendaría para todo el mundo. Este es un libro para los chicos, para jugadores de Dragones y Mazmorras, para quienes ya coqueteamos con la paternidad y entramos en una fase de la vida en que las correrías de juventud son cosa del pasado.
Pero lo más importante, el tono y el humor tienen que cuadrar con vosotros, así que mi recomendación es ir a Amazon —o a vuestra librería de confianza—, leer la muestra gratuita, y ver si el estilo casa con vosotros. Porque si el humor os resbala o no os hace gracia, la novela no va a funcionar de ninguna de las maneras.
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