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La Gracia de los Reyes (Dinastía del Diente de León #1) | Ken Liu

El libro ha recibido un aluvión de premios y buenas críticas, y lo entiendo, porque méritos tiene. El mundo que ha creado el autor es amplio, rico, evocador y no falto de originalidad; y la historia, pese a su simplicidad superficial —dos hombres que se revelan juntos contra la tiranía pero acaban siendo rivales— tiene una escala y ambición enormes, con multitud de giros y momentos dramáticos. 

El estilo narrativo, por desgracia, no me ha gustado nada. Y no soy el único. Basta mirar un puñado de reseñas para ver que este es un punto que ha polarizado completamente la recepción de la obra. 

Gracia Reyes Dinastia Diente Leon  Ken Liu

La Gracia de los Reyes se lee más como un libro de texto que como una novela. Salvo por algún diálogo o escena suelta aquí o allá, esta todo narrado en una tercera persona omnisciente muy distante, propensa a verborreas de información cada pocos capítulos. 

Fue aquí. Conquistó esta ciudad. Conoció a su mujer. Vio morir a su hermano. Mucho tell y poco show

Me recuerda a esos documentales históricos de Netflix que son mayoritariamente un narrador o un historiador hablando, pero que de vez en cuando te meten una escenita con actores para hacerlo más visualmente atractivo y tener algo que poner en el tráiler. 

Esto hace que el extenso y variopinto elenco de personajes quede, por desgracia, reducido a poco más que unidimensionales recortes de cartón de los que importa el nombre, su posición y poco más. No solo eso, sino que sus pocos rasgos de personalidad quedan completamente encasillados en uno u otro extremo del espectro. O son pináculos del intelecto y la virtud, o son absolutos idiotas, incompetentes y propensos a la traición.

Además el autor hace algo bastante curioso que es introducir elementos únicamente cuando pasan a ser históricamente relevantes, en lugar de irlos desarrollando progresivamente unos en paralelo a otros. Si un soldado no es puesto al frente del ejército hasta el quinto año de la guerra, no sabemos nada de él, ni se menciona su nombre siquiera, hasta llegado ese punto, y solo entonces, tras su primera intervención relevante, aunque esta sea a cien páginas del final, se nos pone al día de todo su trasfondo. 

Lo mismo ocurre con reinos o territorios. Si uno aún no ha sido relevante en la trama, no se sabe nada de él, hasta que pasa a serlo y ¡pum! volcado de información al canto, con toda su historia, su industria, cultura... aunque ese territorio solo vaya a aparecer durante un par de capítulos y luego no vaya a volver a ser relevante. 

Es como si estuviéramos leyendo sobre acontecimientos históricos y nos topáramos de pronto con un nombre, de un sitio o una persona, algo que no reconocemos, y por curiosidad acudiéramos a la bibliografía, en busca de más datos sobre esta figura. 

Como ir de link en link en una wiki: útil para recabar información, pero una forma muy poco orgánica de estructurar dicha información dentro de una novela. Incluso me hace sospechar si la obra no estará un tanto demasiado inspirada en la historia real de China o algún otro sitio.

Es cierto que la cosa mejora bastante en la segunda mitad, una vez que la trama se asienta en el conflicto entre los dos protagonistas y deja de dar saltos en el tiempo y el espacio, y de introducir tramas y personajes que se siguen durante un par de capítulos para luego ser abandonadas y quedar en nada. Pero el estilo no cambia y el desenlace, e incluso los sentidos panegíricos del último capítulo, me han dejado un tanto indiferente. 

Los elementos de fantasía, los pocos que hay, tampoco me han aportado gran cosa. Todo el conflicto entre reinos y facciones se pinta como una gran partida de ajedrez entre los distintos dioses, en la que estos tienen a sus favoritos de entre los mortales y tratan de guiarlos o de inclinar la balanza hacia uno u otro lado, sin llegar a romper un pacto de no intervención que tienen entre ellos. 

Es un concepto muy interesante, pero lamentablemente no conduce a nada. Podría haberse dejado fuera del libro, y no habría cambiado nada. 

En resumen, la historia me ha gustado, me encantaría leer más sobre este mundo, pero no sé si puedo sobrellevar otro libro más en este estilo. Se hace lento, me hace tender hacia la indiferencia, y de no ser porque lo he escuchado en audilibro mientras iba en el coche y no tenía otra cosa mejor que hacer, no se si lo habría terminado. Una pena. 

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