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Defiant (Escuadrón #4) | Brandon Sanderson

Lo primero que tengo que decir sobre Defiant es en realidad un comentario general sobre la saga, cuya estructura sigue desconcertándome a día de hoy. Este libro no está pensado para leerse directamente después de Cytonic, sin haber leído los spin-offs de la antología Skyward Flight. De hacerlo así, demasiadas cosas habrían ocurrido off-screen, sin conocimiento del lector, y aunque son resumidas en el prólogo, no puedes condensar seiscientas páginas en tres sin dejarte mucho en el tintero. De modo que como el libro tiene que asumir que no te has leído las historias cortas, las primeras páginas son una excusa para una recapitulación de todo lo que ha pasado antes aquí y allí. Y como también tienen que asumir que quizá sí te has leído Skyward Flight, y que por tanto hace más de seiscientas páginas del último libro principal de la saga y del último capítulo con Spensa, también hay que recordar eso. De hecho, la primera batalla de este libro es casi calcada de la última de Cytonic

Total... que el primer tercio del libro es un tostón recordatorio, consecuencia de la extraña estructura de la saga, con novelas paralelas en el tiempo que ahora confluyen para el gran final. 

Defiant Skyward Brandon Sanderson

Por suerte, el libro se recupera y tras la divertida escena del lavado de naves, coge un ritmo trepidante y ya no se detiene. Las revelaciones del último acto me han dejado a cuadros y la batalla final me ha encantado. No por la escala ni por la intensidad de la acción —que también, pero creo que ha habido escaramuzas más tensas en otros momentos de la saga—, ni por ser la primera ocasión en la saga que hace uso de múltiples puntos de vista, sino por la cantidad de gestos y símbolos, así como el modo emocional e inteligente en que se resuelven los distintos conflictos, demostrando que puedes tener un final bombástico para una saga de ciencia ficción sin que todo se resuelva con disparos y misiles. 

En primera instancia no me convencía eso de que los héroes careciesen de la sangre fría para hacer lo necesario en una guerra; que tomasen decisiones arriesgadas, no solo para ellos, sino para todos, solo por no mancharse las manos de sangre, aunque luego les saliera bien. No me conquistaba ese arriesgarlo todo solo por no sacrificar tu conciencia. No sé. Supongo que esperaba una resolución más directa del conflicto. Nave contra nave. Pero debo rendirme a la evidencia y admitir lo satisfactoria que resulta la evolución y el crecimiento de los personajes, no solo en sus relaciones, sino en la madurez de sus decisiones y su forma de ver el mundo, y como como esto cristaliza en la resolución final. 

Los paralelismos entre Brade y Spensa están muy bien trazados a lo largo de toda la novela, mostrando distintas caras de personajes muy similares en cuanto a trasfondo y habilidades, en un reflejo de lo que Spensa es y en el villano en que podría haber llegado a convertirse. Pero si tengo que quedarme con una sola escena, es el último capítulo, en el que van pasando lista por su nombre de piloto a medida que vuelan en formación. No se porqué, pero me ha resultado particularmente emotivo.


Dicho lo cual, sigo pensando que la estructura de la saga, con sus spin-offs y sus novelas paralelas, no tiene pies ni cabeza. Sigo pensando que Spensa no es suficiente protagonista para llevar toda la trama a las espaldas —como evidencian las excelentes historias cortas de los spin-offs y el uso de múltiples puntos de vista en el tercer acto de esta novela—, y también sigo pensando que toda la trama de piratas en el tercer libro de la saga principal era prescindible relleno para amenizar los elementos más abstractos de la historia. 

Aún así, me ha encantado el final de la saga. Me costó arrancar, pero las últimas doscientas cincuenta páginas me las he leído del tirón. Dicen que va a haber una segunda saga en este universo, Skyward Legacy... veremos. De momento, sí recomendaría leer estas novelas. 

La saga no es perfecta, el tercer libro es un gran bache, pero los dos primeros son muy buenos, las historias cortas de la antología spin-off son geniales, y esta cuarta novela reúne todos esos elementos en un fantástico final. 

Eso sí, hay que leer las cinco. No solo las cuatro con número en la portada. 

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