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Rise of Empire (Riyria revelations #3-4) | Michael J. Sullivan

Igual que me ocurrió con el primer volumen de la saga, tengo opiniones dispares para los dos libros que componen esta novela, encuadernados como uno solo. Vaya por delante que ambos me han gustado y que la serie me tiene completamente enganchado, pero en toda comparativa ha de haber un perdedor. 

Y eso que en esta ocasión me he tomado un descanso entre el primero y el segundo, para evitar caer en la trampa de leer un inicio de novela, por lo general más lento, a renglón seguido de un final frenético y cargado de acción. 

Rise Empire Riyria Michael Sullivan

Primero las generalidades. Como decía, la saga me tiene enganchado. Los personajes no hacen sino ganarse mi corazón a medida que los conozco, el mundo me resulta más y más interesante a medida que se expande y, como dije en mi reseña de Theft of Swords, el modo en que la historia teje el pasado en mitos y leyendas, de modo que nunca tengas del todo claro qué es verdad y qué es mentira, es brillante. 


De este dueto, la primera sub-novela, Nyphron Rising, es la clara vencedora de este duelo. Toma el testigo donde terminó el libro anterior, con la coronación del falso heredero, y nos arroja de lleno en el conflicto entre la iglesia y los detractores del imperio. Lo que eran rumores y conspiraciones ha pasado a ser una realidad, el peligro para los personajes es mucho mayor y la crisis no hace sino escalar. De robos y cacerías hemos pasado a batallas, espionaje y asedios. 

No obstante, más que la situación general o la trama, que me ha tenido en vilo, lo que más me ha gustado de esta tercera novela es cómo su segundo arco, quizá el más lento, ahonda en el pasado de los dos protagonistas. Sobre todo en los orígenes de Hadrian y en la relación que tenía su padre; todo ello mientas el personaje pasa por una crisis de vocación e intensidad. Hay una parte genial en la que van siguiendo una serie de pistas y acertijos, dejadas por el padre —me ha recordado a la película de La búsqueda—, que entreteje muy bien el desarrollo del personaje con la trama principal, al tiempo que se desvelan misterios del pasado, del imperio caído y el emperador perdido. 

Sin embargo, si hay un personaje que evoluciona a lo largo de esta tercera novela —también de la cuarta, pero menos—, es Arista, elevándose casi hasta el nivel de protagonista. No es solo que se desarrollen sus habilidades mágicas, sino que ella crece, como persona y como personaje. Me ha encantado cómo, a través de pequeñas escenas, poco a poco, vemos a la princesa inocente salir del cascarón de su vida de privilegio y convertirse en una figura a seguir, en un líder en este brutal conflicto entre imperialistas y detractores. 


La segunda novela, The emerald storm, presenta un cariz totalmente opuesto. Si la primera se centró en el desarrollo del conflicto y la evolución los personajes, esta no hace nada de eso. En su lugar, Royce y Hadrian se ven inmersos en la aparentemente obligatoria sección náutica de toda saga de fantasía. Viajan a Calis, descubrimos una nueva región del mundo, nuevos aliados, nuevos enemigos... pero todo parece un poco desconectado de la trama principal. Una especie de aparte o interludio. 

Hay dos giros o revelaciones bastante importantes, uno al principio, otro justo al final, pero aparte de eso, la trama no me interesaba. O no lo hacía tanto como todo lo que había quedado en pausa al levar anclas. No me importaba lo que ocurriera en Calis, no me importaba lo que ocurriera con estos nuevos personajes, lo que yo quería era volver al conflicto principal con el imperio, a la búsqueda del heredero. Por supuesto, todo esto no es sino una pieza de transición antes del tercer y último libro de la saga. Lo entiendo. Se introducen varios elementos que no llegan a ser resueltos en estas páginas y que obviamente tendrán más importancia a futuro, pero el resultado es un tanto insatisfactorio. 

Además, nos encontramos en ese punto de la saga en que los malos tienen que ganar alguna batalla para que la emoción se mantenga y eso inevitablemente conduce a un final agridulce. Todo queda abierto, a pesar de sus muchos esfuerzos, los personajes están peor de lo que empezaron, la lista de villanos es más larga, la de aliados más corta y el tiempo se agota.  

Con esto no quiero decir, por supuesto, que no me hayan quedado ganas de seguir. Todo lo contrario. El hecho de que todo quede abierto y en precaria situación me hace querer leer aún más. Siento que han llegado las pastas antes que el final del libro, que ahora es cuando debería empezar el último acto, en el que los protagonistas le dan la vuelta a la tortilla. Esa es la sensación que me ha dejado el final del libro.


En resumen, y sin ánimo de extenderme más, si os gustó Theft of Swords, creo que esta segunda parte también os va a gustar. Se expande el conflicto planteado en el primer volumen, se desarrollan en gran manera los personajes, se introducen elementos y tramas nuevas, y te deja con ansias por leer el final. Hace todo lo que una secuela debería hacer y casi todo lo hace bien. 

Dicho lo cual, The emerald storm es quizá el libro más flojo de los cuatro que he leído hasta ahora y me he llegado a plantear qué pasaría si me lo hubiera saltado. O si solo hubiera leído el principio y el final, y obviara todo el viaje en barco... 

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