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Death of a Chief | Duglas Watt

Death of a Chief es la primera de una serie de novelas policiacas ambientadas en la escocia de finales del siglo XVII. La trama sigue a John MacKenzie y su joven ayudante, Davie Scougall, en sus intentos por esclarecer la misteriosa muerte del jefe de uno del clan MacLean.

Death Chief Douglas Watt

La pareja protagonista actúa como una especie de Holmes y Watson. MacKenzie, más analítico y observador, es quien hace los increíbles saltos de lógica que finalmente permiten resolver el caso, mientras que Scougall aporta una visión más llana de los acontecimientos y plantea precisamente las preguntas que se hace el lector.

El libro se lee sin querer, sin apenas es fuerzo, pero el asesinato en sí no tiene mucha enjundia. Los personajes investigan un poco, y bam, misterio resuelto. Además, la resolución final usa un artificio del que no soy nada partidario, que consiste en usar información que los personajes saben pero al lector no se le ha revelado, robándote de ese satisfactorio momento de «Claro, qué tío más listo, ¿cómo yo no me di cuenta?». 

Sin embargo, lo que el libro hace muy bien es mostrar la Escocia del siglo XVII, a través de los conflictos religiosos, la crisis de los clanes desposeídos, la división entre antiguos nobles, ahora endeudados, y la emergente y adinerada clase burguesa. 

También es muy interesante (y valiente por parte del autor), ubicar una novela policiaca en una época en la que no había policía propiamente dicha, mucho menos detectives. Los dos protagonistas, así como el investigador oficial del caso, son abogados. Y sí, están investigando la muerte de este hombre importante, pero no es su prioridad. Si tienen que atender un evento o ausentarse durante un par de días, ponen la investigación de lado, sin el mayor miramiento. 

Esto crea un ritmo más distendido, en el que los investigadores no tienen por qué resolver el caso contrarreloj, por miedo a que el rastro se enfríe, o el asesino siga matando, y da pie a una lectura más relajada, en la que averiguar la identidad del asesino es un pasatiempo tanto para el lector, como para los personajes, siendo la vida diaria la que toma el primer plano. 


Esta fue la lectura que me llevé para unas vacaciones por Escocia, y fue una elección más que acertada para la ocasión. Pasamos por muchos de los sitios en los que se desarrolla la novela, y la ventana al pasado que ofrecen estas páginas nos ayudaba a comprender mejor la imagen que pintaban tours, museos y castillos; y viceversa, lo que nos contaban en una visita guiada, luego se veía reflejado en el libro. 

Sin embargo, de haber sido otras las circunstancias, hubiera sido una lectura bastante intrascendente, y por eso no puedo realmente recomendarla. 

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