Lonesome Dove es de lo mejor que he leído este año, posiblemente de lo mejor que he leído nunca, así que no es de extrañar que, pese a mi reticencia habitual hacia las precuelas, haya acabado mordiendo el anzuelo.
Dead Man's Walk hace gala de los mismos elementos que ya me conquistaron en la novela original: la excelente caracterización, la transición natural entre puntos de vista sin necesidad de romper la narración en párrafos o capítulos, y el crudo reflejo de la vida en el oeste, sin romantizar o edulcorar. Pero con un ritmo trepidante y una mayor dosis de acción, cortesía de las múltiples escaramuzas con Comanches, Apaches y Mejicanos.
Tras largo prólogo de casi cien páginas, que sirve para establecer el tono e introducir al antagonista, el grueso de la novela se lee casi como una historia de aventuras, en la que acompañamos de desgracia en desgracia a la histórica y fallida expedición desde Texas a Santa Fé de 1841.
Esas trescientas páginas que componen la expedición, me han encantado. Al principio se hace un poco raro ver a Call y Gus tan verdes y faltos de experiencia, pero eso solo lo hace más satisfactorio aún cuando la adversidad va forjando los personajes que sabes que llegan a ser. Y quizá lo más admirable es cómo la trama logra mantener la tensión pese a ser una precuela, en la que sabes que, de un modo u otro, los dos protagonistas tienen que salir airosos de cualquier predicamento en que se encuentren. El cómo, sin embargo, eso es lo que te mantiene en vilo y te hace seguir leyendo.
De hecho, creo que alguien podría leerse este libro sin saber nada de Lonesome Dove y disfrutarlo aún más si cabe. No requiere de ningún conocimiento previo, y más allá de la escena en la que Gus conoce a Clara, que tampoco tiene mayor repercusión, no hay nada que guarde relación obras posteriores. El foco es simplemente la aventura, embarcarse junto a esa expedición que salió de Austin hacia terreno desconocido y un futuro incierto.
Después de disfrutar tanto del camino, el final, por el contrario, se me ha hecho un tanto precipitado. E incluso un poco desconectado del resto de la historia. No se sí tendrá continuidad en Comanche Moon, o si simplemente va a quedar así, pero lo cierto es que después de trescientas páginas de penurias, dedicar parte de la resolución a unos mercaderes que hasta ese momento no habían aparecido, y sin embargo dejar el enfrentamiento con los Comanches poco menos que en suspenso, me ha resultado un tanto discordante.
En cualquier caso, final abrupto o final abierto, el libro me ha gustado. No está a la altura de Lonesome Dove, ni por asomo, pero lo cierto es que me lo he leído en cuatro tardes. Me ha enganchado, pese a saber desde el principio que a Gus y a Call no les iba a pasar nada, lo cual no está exento de mérito. El estilo me encanta, es inmersivo, la caracterización está a otro nivel...
Si os gustó Lonesome Dove, este libro puede ayudar a llenar un poco el vacío. Yo desde luego pienso seguir con Comanche Moon en cuanto tenga un hueco. Y si no habéis leído Lonesome Dove, no sé a qué estáis esperando.

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