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Princep's Fury (Codex Alera #5) | Jim Butcher

Con Tavi rumbo a Canea, pensaba que este quinto libro iba a aportar sangre fresca e ideas nuevas a la saga. Estaba absolutamente convencido de que iba a ser el más diferente. Sin embargo, ha resultado ser un gran «más de lo mismo». No necesariamente malo, pero sí un tanto reiterativo, sobre todo en los compases iniciales. 

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Las primeras trescientas páginas o así son, como ya he dicho, más de todo lo que ya estamos acostumbrados. Tavi con sus legiones. Tavi hablando con los perros. Amara y Bernard en una misión secreta tras líneas enemigas. Amara y Bernard hablando de lo mucho que se quieren y de si van o no van a tener hijos. Isana politiqueando. Gaius y sus intrigas. Fidelias y su falsa identidad. Legionarios luchando contra el Vord. Etc, etc, etc... 

Nada nuevo bajo el sol. Es cierto que esta no es una saga donde los personajes evolucionen mucho, pero a veces tenía la sensación de estar leyendo conversaciones y situaciones que ya había leído antes. Un estancamiento total que ha hecho de las primeras trescientas páginas una experiencia bastante pesada, a pesar de haber dejado pasar tiempo entre libros. 


Creo que parte del problema es que, hasta ahora, aunque los personajes no cambiaran mucho, sí cambiaba su posición. En el primer libro Tavi es un campesino, en el segundo un paje en la corte, en el tercero un espía y en el cuarto un capitán. Él, su personalidad, su forma de ser, de pensar, de afrontar los problemas, sigue siendo la misma en todas esas situaciones. Son la influencia que puede ejercer, los recursos a los que tiene acceso, las situaciones que se le presentan y las restricciones que le impone su puesto lo que cambia.

En este libro Tavi es el príncipe, pero es como cuando en el trabajo te dan un ascenso de esos que solo lo es en nombre. Su nueva posición podría haber dado pie a intrigas cortesanas, a discusiones en el senado, a otro tipo de situaciones y escenarios. Sin embargo, sigue siendo Tavi con sus legiones, sin otro apoyo más que el de los soldados cuya lealtad logre granjearse. Sí, es el príncipe, pero podría haber seguido en su rol de capitán y todo transcurriría exactamente de la misma manera. 

La otra parte del problema es que el arco narrativo de Amara estaba cerrado al final del libro anterior. Su relación con la maternidad, con Gaius... todo estaba atado y más que atado. Pero quizá por miedo a abandonar el personaje, parece que el autor se ha forzado a darla en este libro algo que hacer, aunque luego no tenga consecuencias con respecto al resto de la trama. 

Y algo parecido pasa con Fidelias, quien tras su gran epifanía del libro anterior, queda relegado a un papel testimonial. O con Bernard, que tampoco pinta nada y se convierte en un silencioso acompañante para Amara. O Araris, que ni desenvaina la espada siquiera y solo está ahi para sujetarle el bolso a Isana. O Ehren, que se ve reducido a un mero testigo para mostrarnos las acciones de Gaius sin darnos el punto de vista del propio Gaius, preservando así sus secretos. Es como si llegados a este punto, no supiera qué hacer con ellos, pero tampoco quisiera dejarlos al margen. 

La mejor parte han sido quizá los pocos capítulos de Isana, pese a que tras las revelaciones del libro anterior su arco podría haberse dado también casi por finiquitado. Sin embargo, son los únicos capítulos que aportan algo de novedad en cuanto a entornos y personajes, y que ahondan en uno de los pocos misterios que nos queda en la serie, que es la conjura tras la muerte de Séptimus

En general, hay algo un poco forzado en muchos aspectos de este libro. No sé si es el forzarse a no abandonar ningún personaje, o a no introducir personajes nuevos. Si es el forzarse a que fueran seis libros, uno por cada furia y escalón en la carrera de Tavi, o el no querer introducir elementos y misterios en el penúltimo libro, que lo entiendo, pero si se iban a cerrar tantas cosas en el cuarto, igual sí hacia falta. Lo cierto es que da la sensación de haberse escrito encorsetado por unas opresivas condiciones de contorno. 


Si algo redime al libro, desde luego, es la parte de Isana y la intensidad del último acto, que consta de una trepidante sucesión de grandes momentos y revelaciones, con algunas de las batallas más visualmente espectaculares que hemos tenido hasta ahora en la saga. Y el último párrafo es de los de que te hacen saltar del sofá.

Con todo esto no creáis que el libro ha torpedeado la serie y ya hace que el resto no merezcan la pena. De hecho, seguro que habrá a quien no le importe repetir de algo que le gusta, sin necesidad de probar sabores nuevos. Todo va en gustos. A mí simplemente me ha parecido más flojo que los anteriores y he echado en falta algo de novedad y frescura. 

Aún así, ya tengo el sexto en la estantería y estoy deseando ver cómo termina toda esta historia. 

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