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Heir of Novron (Riyria revelations #5-6) | Michael J. Sullivan

¡Impresionante! Menudo final de saga. 

Habiendo aprendido ya mi lección con los dos volúmenes anteriores, esta vez me he leído tres libros entre cada una de las dos sub-novelas que componen este tomo, para evitar caer en la trampa de leer un lento inicio de novela a renglón seguido de un final frenético, pero creo que en esta ocasión ni habría hecho falta.  

Heir Novron Michale Sullivan

La primera sub-novela, Wintertide, está bien. Recoge todo lo que quedó abierto en el libro anterior y da respuesta a toda la frustración generada por la victoria de "los malos" al final de Emerald Storm. Hay momentos muy satisfactorios y de largo esperados —la escena de Modina y el espejo en concreto es de apretar el puño, morderse el labio y corear al personaje—, pero también otros bastante dramáticos. En suma, una historia sólida que remonta tras el bajón de la cuarta novela. 

Pero no estamos aquí para hablar de Wintertide, que no es sino un tercio del libro, sino para hablar del final, de la sexta y última novela: Percepliquis.


Percepliquis no solo es la novela más larga de la serie—las mismas páginas que el primer tomo entero—, sino que es un final perfecto.

Para empezar, la novela retoma la esencia con la que empezó la saga, mezclando la acción en el presente con el misterio en torno a la caída del imperio y la descendencia de Novron. Esto es quizá lo más fascinante de estos libros y algo que había echado de menos en los dos anteriores: cómo el autor nos engaña, nos distrae y nos hace dudar de lo que sabemos, y cómo la mentira y la verdad se mezclan con el mito y la leyenda a media que los secretos van saliendo a la luz. 

Pero es que además el libro cierra un círculo perfecto. No solo ya los arcos de cada personaje, que culminan en una sucesión de momentos emotivos, luchas épicas y sacrificios dramáticos. Sino que todo lo que ha ocurrido tiene importancia, cada personaje, cada conflicto, cada traición, cada éxito y cada fracaso, cada intercambio de palabras... todo. Incluso las partes de las que dije que se podía haber prescindido en Emerald Storm, porque no conducían a nada, ahora las veo como necesarias. 

Me extrañaría muchísimo si el autor no hubiera escrito los seis libros antes de publicar el primero, porque hasta el último detalle está atado de maravilla. Cada semillita plantada, cada frase lanzada al aire... todo estaba ahí, cientos de páginas antes, a veces libros enteros. He vuelto a novelas anteriores, a leer conversaciones de Saldur o Gwenn o Esrahaddon, y ahora las veo con otros ojos. Hay cosas que debería haber sabido desde el principio, y no las he visto pese a tenerlas delante, porque me he dejado cegar por lo que creían los protagonistas, por lo que todo el mundo creía, y eso me encanta. 

Y por supuesto, las revelaciones finales son una bomba tras otra.


No puedo entrar más en detalles, porque buena parte de la experiencia de estos libros es dejarse arrastrar por el engaño e ir desentrañando poco a poco todo el misterio, pero el libro me ha dejado con una sensación de plena satisfacción. Este es uno de esos finales en los que todo encaja, como un puzle perfecto, y aunque los personajes se alejen cabalgando hacia el sol poniente y sepas que no los vas a ver más, no puedes borrar la sonrisa de la cara. 

Recomiendo esta saga encarecidamente a todo lector de fantasía. Royce y Hadrian se han convertido en uno de mis dúos de fantasía favoritos, pero no son solo ellos. Arista, Mayron, Modina... adoro a todos y cada uno de los personajes de esta saga. No sabría decir cuál me gusta más. 

Ahora mismo tengo unas ganas locas de leer más de el autor, sobre todo las sagas que tiene sobre el auge y caída del imperio de Novron, porque sospecho que la "verdad" que hemos descubierto en este libro, no es toda la verdad. 

Genial.

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