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El Mentalista | Camilla Läckberg y Henrik Fexeus

La premisa del libro —un mentalista colaborando con la policía en la investigación de unos asesinatos que emulan trucos de ilusionismo—, sin ser necesariamente nueva, resulta bastante interesante. El libro, por desgracia, no lo es. 

Mentalista Lackberg Fexeus

Leer este libro es como ver una película con anuncios. La investigación, que no deja de ser la trama principal, no hace sino verse interrumpida una y otra vez por la vida personal de los personajes, hasta el punto de resultar un incordio. Que si escena de este con las trillizas. Que si escena del otro con su exmujer. Y no hablo solo de los dos protagonistas. Todos los personajes tienen que tener su momento individual bajo los focos, su dramita personal, y no una sola vez, para caracterizarlos y ya está. No. Creo que hay más capítulos dedicados a la crisis matrimonial de Vincent que a la propia investigación. 

Esto resulta en un libro que carece de cualquier semblanza de ritmo o tensión. No hay nada que tire de ti, falta ese ansia de los thrillers policiacos de pasar y pasar páginas. 

Contantemente me decía a mí mismo que todo esto iba a tener sentido eventualmente, que eran escenas e información necesarias para un gran final. ¿Porque, qué otra cosa podían ser? Pues no. La vida matrimonial de Vincent no importa un pimiento. El hecho de que Peder tenga trillizas no importa un pimiento. El perro —¿cuántas escenas hay con el puñetero perro?—, no importa un pimiento. Los problemas personales de la jefa y la forense no importan nada. La germofobia de Mina no tiene impacto en el final y sus secretitos personales ni siquiera llegan a revelarse. 

Total, que más de la mitad de las escenas del libro no sirven para absolutamente nada. 


Y esto me lleva a hablar del gran final. Porque después de este nadar a contracorriente, después de bregar en el fango de toda esta información innecesaria, si la resolución final fuera satisfactoria... pues vale. Pero no lo es. Hay una revelación bastante potente en torno al 60% de la novela, una revelación que para mi gusto llega tarde y es el verdadero gancho de la trama, y pensaba que a partir de ahí todo iba a ser un carrusel de emociones, pero nada. 

El final llega como si tal cosa. Lejos de sorprenderme, me ha dejado indiferente, porque creo que cualquiera de mis teorías hubiera resultado más interesante. No entro en detalles, pero la identidad del asesino... meh. Y sus motivaciones... ni pies ni cabeza. 

Yo esperaba un giro narrativo que me dejara con el culo torcido. A lo largo de la investigación hay un montón de cosas que no cuadran, o que resultan un tanto forzadas. El cómo el mentalista se ve implicado en la investigación, el grupo "especial" de policía, que tras no sean capaces de descubrir la relación entre las víctimas, cuando debería haber saltado en rojo en cualquier tipo de base de datos, que tengan que recurrir a los hijos del mentalista o el abuelo de la forense para resolver ciertas cosas, que el programa que escriben para descifrar el código no sea capaz de ordenar las letras... todo parece muy raro, y pensaba que había un gran plan, que el libro engañaba al lector desde el principio, pero no... y tampoco se da ningún tipo de explicación para todos estos flecos. 

Todo esto viene alineado con mi teoría de que las novelas policiacas en una ambientación contemporánea rara vez funcionan. Cuando es una novela de Poirot o Holmes, y la información disponible es la que el detective puede observar u obtener preguntando, es posible que detalles se escapen. Pero con acceso a internet, hemerotecas y bases de datos, con todos los recursos de la policía, artificios como "es que esto pasó hace años a kilómetros de aquí y no lo hemos relacionado" o "es que esta mujer cogió el apellido de su marido al casarse y no hemos caído en que era la misma" resultan bastante inverosímiles. 


En resumen, que el libro no merece la pena. Un thriller policiaco tiene dos cosas que ofrecer en mi opinión, el misterio y la respuesta, pero aquí, ni el proceso de la investigación te atrapa, ni el misterio te tiene en vilo, ni el final resulta satisfactorio. 

No lo recomendaría. 

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