Ir al contenido principal

The Emperor's Blades (Unhewn Throne #1) | Brian Staveley

The Emperor's Blades es una gran debut en el mundo de la fantasía épica, que consigue la titánica tarea de balancear tres historias disjuntas en prácticamente todo: lugar, personajes, entorno, tono... 

Solo dos de ellas llegan a confluir hacia el final, y sólo durante un capítulo. Prácticamente podrían considerarse historias independientes, salvo por un detalle: las tres historias siguen a tres hermanos, hijos de un emperador asesinado, y es esa misma muerte la que pone las tres historias en movimiento. 

Emperor Blades Brian Staveley


El libro tiene tres arcos narrativos tan distintos, que podría hablar perfectamente de ellos por separado y casi me va a resultar imposible no hacerlo. Uno es una historia de corte más introspectivo y filosófico. Otro es una aventura clásica de fantasía, con magia y espadas, llena de acción y violencia. Y el tercero es una trama de secretos, mentiras e intrigas políticas, la cual ni siquiera llega a entrelazarse con las otras dos.

Por supuesto, en toda esta mezcla, hay cosas que me han gustado, y cosas que no, pero vayamos por partes. 


El primero de los arcos narrativos sigue a de los hermanos, el mayor, el heredero, quien sin embargo vive la humilde vida de un monje en un recóndito rincón del imperio, donde está aprendiendo sobre el sacrificio y la disciplina, pero también sobre la filosofía Shin, un estado de conciencia, carente de emociones, que en teoría es la puerta a una especie de magia, un secreto heredado de una civilización extinta. 

La segunda línea narrativa es pura acción. Sigue a su hermano Valyn, sometido a un riguroso entrenamiento, con el objetivo de unirse a los Ketral, una unidad militar de élite, al tiempo que trata de resolver el asesinato de una chica local y de desentrañar un complot contra su familia. 

Y por último tenemos a su hermana Adare, enfrascada en la doble labor de afianzar su posición como ministra de finanzas en una corte donde ella es la única mujer, y de llevar a los asesinos de su padre ante la justicia. 


De las tres, la historia de Valyn es de largo la más trepidante, la que más acción tiene, pero también la que más tira de ti como lector gracias a su doble misterio: el asesinato y el complot. 

Valyn es el único personaje que toma activamente las riendas de su historia, mientras que los demás apenas están reaccionando a lo que ocurre a su alrededor. Además, todo el concepto de los Ketral, un equivalente medieval de una unidad de operaciones especiales encubiertas que utiliza aves de presa gigantes para desplazarse, resulta muy interesante. 

La formación de Kaden, por el contrario, sirve más para introducirnos al mundo, a su historia... y no es hasta el final que empieza a ganar algo de ritmo y muy necesaria tensión narrativa. 

No obstante, aunque la acción brille por su ausencia es un monje al fin y al cabo, el modo en que los Shin tratan de enseñarle de ver el mundo, y cómo esta filosofía es puesta en práctica durante el conflicto final, me ha resultado fascinante. 


Adare, por desgracia, es quien menos páginas tiene y quien protagoniza la historia menos interesante, a pesar de hallarse en la capital del imperio, en el corazón de todas las intrigas políticas. Es la única que a veces se siente como una interrupción, y no como un cambio de personaje, en un libro por lo demás bastante balanceado entre sus tres líneas narrativas. Su historia ofrece el mejor giro final, la revelación más dramática, pero eso es todo. Nunca llega a cruzarse o coincidir en el espacio con el resto de personajes, las cosas que descubrimos de su mano aportan aportan poco o nada a las otras dos historias.

Me atrevo a imaginar que es todo un "mal necesario", en preparación para el segundo libro que a de transcurrir en la capital, y que su punto de vista se ha introducido en el libro únicamente por ese último capítulo dramático. Pero ello no quita para que sea el personaje y la trama más débil de la novela, que perfectamente podría haber aparecido como por primera vez en el segundo libro y no nos habríamos perdido casi nada.  


Dicho todo esto, creo que el libro está francamente bien escrito y no me gustaría que os llevarais la idea de que es una amalgama de tres historias distintas.  El autor logra mantener el interés y el ritmo, pese a ir saltando entre tres historias disjuntas, algo bastante difícil e inusual, y alcanza un muy buen balance entre acción fantástica, intriga política y elementos más filosóficos o introspectivos, sin que nada llegue a saturar o echarse de menos.

Un ejemplo de ello es que las secuencias de entrenamiento militar y académico, de las cuales tenemos ración doble, y que pueden resultar tediosas o caer en tópicos por el simple hecho de que aparecen en casi todas las sagas de fantasía, no se me han hecho pesadas en ningún momento. 


Otra cosa que me ha gustado mucho, pese a su sencillez, es el sistema de magia, que hace de cada hechicero un misterio por resolver. Básicamente, cada hechicero tiene un pozo de poder, que puede ser cualquier cosa, un material, un elemento, un color, un animal, un sonido... si su pozo está presente, puede hacer magia. Si no, no. Y la cantidad de magia que puede hacer depende de cómo de abundante sea su pozo. Ahora bien, como ningún mago quiere que se sepa de dónde extrae su poder, todos se envuelven en un velo de mentiras y señuelos, tratando de encubrir sus secreto.

No quiero desvelar nada, y no sé cuánto recorrido puede tener el concepto, una vez que se vaya sabiendo cuál es la fuente de poder de cada cual, pero me ha parecido una idea muy chula para tirar un hueso más que roer al lector. Otro enigma más que desentrañar. 


En resumen, fantástica primera novela, gran principio de saga y deseando leer más. Que la saga ya esté completa, con sus cinco libros, siempre es una ventaja. 

Comentarios