Ir al contenido principal

Iain M. Banks | El Jugador

Para mi sorpresa, aunque el título debería haberme dado una pista, El jugador no gira en torno a los elementos habituales de la ciencia ficción, como podrían ser los robots, las naves espaciales o la inteligencia artificial. Aunque estos elementos están presentes en la historia, el foco de la novela se haya en los juegos de mesa. 

En muchos aspectos, casi parece una de esas novelas de ajedrez, capaces con su narración de hacer trepidante una partida de un juego cuyos movimientos no puedes ver y al que ni siquiera sabes jugar. Sin embargo, quedarse ahí sería mostrar una visión limitada del libro. 

Iain Banks Jugador

La trama de El Jugador sigue a Gurgeh, un famoso gurú de los juegos de mesa de una sociedad galáctica conocida como La Cultura, invitado por vicisitudes del destino que no voy a revelar, a participar en un torneo de Azad celebrado en el distante Imperio de Azad. Sí, mismo nombre, y no por casualidad. El Azad  es un complejo juego que el imperio ha elevado hasta tal punto, que este se usa como medio para determinar quién será emperador o qué puesto ocupará cada cual en la jerarquía durante los próximos seis años, así como para dirimir cualquier tipo de disputa o competición. 

Sin embargo, y aunque como he dicho, la novela consigue hacer de las partidas de este y otros juegos algo emocionante y trepidante, y a pesar de que es el juego y el paso de Gurgeh a través de las rondas de clasificación lo que mantiene la historia en movimiento, la novela es realmente un comentario social y casi filosófico sobre las dos sociedades que los personajes representan: la competitividad, brutalidad y encorsetada jerarquía del imperio, un estado casi dictatorial y fascista, frente a la cooperación, la libertad y el libertinaje de un estado ultraliberal como La Cultura


El libro se me hizo un poco lento al principio, hasta que Gurgeh es invitado al torneo y las cosas se ponen realmente en marcha, y los dos giros del final son un tanto predecibles. No obstante, la sección central del libro, desde que empieza el torneo hasta la última jugada, me han parecido francamente sólidas y he disfrutado cada página, con un buen equilibrio entre escenas de acción e introspección, y escenas frente al tablero de juego o simplemente explorando las idiosincracias de La Cultura y El Imperio de Azad. 


Si buscáis una novela de ciencia ficción carente de naves, explosiones y tiroteos, en la que todo conflicto se dirime por medio de astucia o un juego de mesa, pero cargada de especulación y comentario social, esta es una lectura más que recomendable. 

 

Comentarios