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Los Desposeidos | Ursula K. Le Guin

Los Desposeídos es un libro sobre utopías imperfectas, anarquía, economía, política y sociedad. Es un libro sesudo, de los que busca hacerte pensar y que te pares a reflexionar. Es un libro de los que —y esto es algo que no hago nunca—, te invita a subrayar, pues tiene ideas y reflexiones muy interesantes. Por desgracia, el apartado de acción y ritmo queda muy perjudicado en medio de toda esa filosofía.

Desposeidos Ursula Le Guin

El libro, que se desarrolla en dos líneas temporales, sigue la vida de Shevek, un científico de Anarres, una luna colonizada por una sociedad anárquica, sin gobierno, basada en el altruismo y la responsabilidad individual. Nuestra utopía perfecta, que pronto descubriremos no es tal. 

En una de las líneas temporales, acompañamos a Shevek a lo largo de su infancia, sus estudios, su paso como profesor por la universidad, su crisis existencial a los treinta, y sus relaciones amorosas y personales; un proceso en el que, poco a poco, vamos descubriendo junto a él las inconsistencias y defectos de su sociedad perfecta. 

En la otra lineal temporal viajamos con un Shevek ya adulto a Urras, el planeta en torno al que orbita Anarres; un mundo capitalista del que los habitantes de Anarres se independizaron casi dos siglos atrás. Una vez más, de la mano del protagonista, se nos van desvelando las virtudes y defectos de esta sociedad.


Como vehículo para mostrar estas dos sociedades, he de decir que es un planteamiento perfecto. Vemos ambas sociedades desde el punto de vista del mismo personaje. En ambos casos, las descubrimos con él, ya sea porque es un niño, que va creciendo y abriendo los ojos a la realidad que le rodea, o porque es un forastero en un mundo ajeno y desconocido. En las dos situaciones, lo que es nuevo para él, es nuevo para el lector. 

Además, como ha experimentado ambas sociedades, puede hacer comparaciones y emitir juicios de valor. Pero lo mejor es la forma en que la autora logra plasmar en cada frase, en cada interacción, el modo de pensar y de ver el mundo de Shevek, distinto a al nuestro. Esto hace que de cada escena salgamos con dos reflexiones, la nuestra, instintiva, guiada por los valores de nuestra sociedad actual, y la de Shevek, un anarquista para el que muchos de los términos que usamos para describir nuestro entorno ni siquiera existen. 


Por desgracia, el libro peca de falta de acción. Es más un ensayo novelizado que una novela. No hay objetivos, ni obstáculos, ni altibajos emocionales. No se juega con la anticipación o las expectativas. Es simplemente la vida de Shevek, en uno u otro mundo, narrada toda ella en el mismo tono, ya estemos en una clase de física, en una manifestación o atendiendo a un parto. El libro no es trepidante, se mire por donde se mire, el lector puede ahogarse en este mar de ideas y reflexiones, sin nada que tire un poco de él. 

Por eso, solo recomendaría este libro para quién realmente esté interesado en las ideas que plantea sobre la utopía anárquica perfecta. Es más distendida que un ensayo, está muy bien articulada a la hora de darnos a conocer el mundo y las reflexiones que plantea son de leer dos o tres veces, dejar el libro en la mesa y sopesar unos segundos. 

Si estáis buscando una historia de ciencia ficción, por el contrario, no la vais a encontrar aquí. 

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