A ver cómo os explico yo este libro, porque no es fácil. News of the Dead consta de tres relatos intercalados, cada uno escrito en un estilo diferente, todos en el mismo valle de Escocia, pero en momentos distintos de la historia, conectados a través de un manuscrito.
La primera historia nos narra la vida y obra de un ermitaño y misionero picto del siglo VIII. Se compone de distintos extractos y versículos, en un estilo distante y apersonal, como si de fragmentos de la biblia o un texto religioso se tratase. La historia está escrita por mano de un ficticio monje cristiano, que vivió varios siglos más tarde que el misionero, y recopilada en En Libro de Conach (que será importane más tarde).
El misionero va, hace milagros, le dice a la gente que se quiera, que respete a Dios, que no peque... os hacéis a la idea. Sinceramente, esta parte no me ha aportado nada y creo que el libro habría sido mejor sin ella.
La segunda historia, escrita en el estilo epistolar, está recogida en el diario de Charles Gibb, un anticuario de principios del siglo XIX, que acude al valle de Conach, como huésped del noble de turno, para estudiar y traducir la única copia de El Libro de Conach. Sin embargo, resulta que Gibb es un sinvergüenza, que tras la fachada de su oficio, se dedica a vivir como invitado de los nobles y adinerados a lo largo y ancho de las tierras altas de Escocia y la campiña inglesa.
A esto se suma que el hijo del noble está ausente, que la hija está soltera, y toda una serie de líos de faldas, misterios y secretos. Esta es, de largo, la parte más interesante del libro, y a la que se dedican más páginas. Me ha hecho reír, me ha hecho pensar, y tiene algunos diálogos sencillamente brillantes.
La tercera y última historia del libro transcurre en la actualidad, narrada como una novela en primera persona al uso. En ella, el diario de Gibb cae en manos de Maja, una anciana del valle, que lo lee, reflexiona sobre su vida y, al final, pone pluma sobre papel y escribe su propia historia.
Esta parte es interesante en un sentido más introspectivo que la anterior, pero realmente no ocurre gran cosa. Maja nunca sale de casa e interactúa con dos personajes contados. Y su historia, revelada en las últimas cincuenta páginas, no guarda relación alguna con todo lo que Gibb nos cuenta que ocurrió en el doscientos años antes. Si esperáis un giro argumental final, que lo entrelace todo, no lo vais a encontrar.
Historias y personajes aparte, que como ya he dicho, tampoco tienen mayor conexión que la ubicación geográfica, y los manuscritos que van pasando de unos a otros, trata dos temáticas fundamentales, que sí se engloban a los tres relatos.
En primer lugar, nos hablan de la paulatina muerte de los pueblos pequeños y apartados, donde cada vez hay menos gente y, con cada muerte, se pierde todo recuerdo rostros, lugares e historias.
En segundo lugar, nos habla de lo arduo que resulta el estudio del pasado, especialmente en lo concerniente a aquellos que murieron hace tantos años que ya nadie los recuerda, si no es envueltos en mitos y leyendas, un cambiante folclore que se expande y modifica con cada generación. Por eso Maja escribe su historia, por eso Gibb escribe su diario, por eso el monje escribió el Libro de Conach; para que no se perdiesen sus historias. Sin embargo, nada puede demostrarse, pues solo queda la palabra de hombres desconocidos puesta en tinta sobre papel. Todo se pone en duda y, al final, imperan las fantasías, las leyendas, y lo que cuentan las viudas, como dice uno de los personajes, que lo poco o nada que puede demostrarse con hechos.
Es un libro interesante, no digo que no; aunque más por la temática que por la trama. Engancha una vez se pone en marcha, hacia la página 180 (de 370) y el final de la historia de Gibb me ha gustado mucho. Las otras dos historias, si se hubiesen quedado en el borrador, tampoco habría pasado nada... Para mi gusto, el libro es innecesariamente denso y un tanto farragoso al principio. Yo quitaría toda la parte de El Libro de Conach, que como he dicho, no aporta nada, y casi me he visto en la tentación de saltarme capítulos enteros, solo por no tener que aguantarla, y en cambio centraría la acción en Gibb, con Maja quizá en segundo plano. La falta de algo que conecte estas dos historias al final, ha sido una tremenda decepción.
También cambiaría las partes en gaélico o escocés, que me ha costado horrores leer, aunque sea mi segundo idioma. Me gustaría saber si alguien de habla inglesa nativa, podría abordarlas sin contratiempos.
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